[Catalogando Warhammer] Orcos y Goblins: Forge World

Saludos, Señores de la Guerra.

En este antepenúltimo post dedicado a catalogar los pielesverdes, vamos a ver algo más de lo que ha salido de Forge World. Y digo algo más, porque ya hemos visto algunos monstruos aquí, y el grupo de mando orco aquí. Hoy vamos a ver cosas un poco especiales, desde escenografía a bustos.

Escenografía

Sólo hubo una pieza de escenografía de Forge World. Se trata de un tótem, obra de Mark Jones, que salió a la venta en 2008.

Bustos

De la parte de Forge World salieron dos bustos a inicios de siglo. Se trata de un Señor de la Guerra Orco (no conozco el escultor) y un Goblin Nocturno de Simon Egan.

Miniaturas a otra escala

A principios de los ‘2000 salieron unas cuantas miniaturas que eran versiones más grandes de miniaturas típicas de Warhammer, más orientadas a pintores (como los bustos) que a jugones. Se trata de un lancero Goblin nocturno de Alex Hunter (2000), un Goblin nocturno en garrapato saltarín también de Alex Hunter (2002), un Troll de piedra de Sean Green (2002?), Oddgit el chamán de la campaña Ídolo de Gorko de Alex Hunter (2002), Nazgob de otra campaña (2000) y Grotfang, de Simon Egan (2000).

Acerca de Namarie

Multifriki, aficionado al cine, a los cómics y a los wargames, en especial Warhammer (Fantasy). Co-creador de Cargad y creador de los Manuscritos de Nuth.

3 comentarios en «[Catalogando Warhammer] Orcos y Goblins: Forge World»

  1. Pues con esperar unos años, las miniaturas gigantes de principios de los ‘2000 serán la escala oficial de juego para GW. Porque con la trayectoria que llevan está claro que se han tragado una seta de las de Alicia.

  2. Los bustos son bastante feos. En aquel momento no había casi nada más en el mercado de ese tipo. Afortunadamente hoy hay cosas bastante mejores.
    En cuanto a la escala aumentada de las minis de GW es algo que ya pasó en las miniaturas de histórico…los aficionados se hacen más viejos, la vista empieza a fallar…y somos los que más pasta tenemos. Blanco y en botella.

  3. Pues sobre la pérdida de visión y a puntito de cumplir los sesenta tacos, debo decir que tiene un efecto bueno y uno malo. El malo es que, efectivamente, creo que pinto cada vez peor. El bueno, que miro las miniaturas y, como no veo un pimiento, creo que me han quedado cojonudas. El que no se consuela…

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