Saludos, Reyes de la Guerra. El domingo pasado nos echamos un torneito pachanguero muy majete. La organización estuvo a cargo de la asociación Aventum Dinamización (gracias Josué), y nos juntamos a echar unas batallas en un cine local. el cine Golem que ahora se llama 7 Infantes. Los ejércitos eran de mil quinientos puntos, y jugamos a tres rondas.
Yo jugué mi lista de ogros a 1500, la misma que llevo jugando unos meses. Me gusta porque tengo pegada, tengo aguante y tengo cañoneros. Me encantan los cañoneros, porque son igual de brutos disparando que pegando. Y puedo cantar su canción cuando los muevo, disparo, combato o los retiro de la mesa.
Mi lista de ejército es la siguiente:
- El muro que Camina – Legión de ogros con Brebaje de Fuerza.
- Los Recios de Razak – Horda de Rompeasedios, con Poción Curativa.
- Los Cañoneros de Banah y los Cañoneros de Gortag, dos hordas de cañoneros.
- Los Goblins exploradores de Fenizio, el goblin, dos tropas de goblin rojo en sacopulgas.
- Dos carros explosivos goblin rojo, pilotados por goblins rojos anónimos.
- Agitatrapos y su primo Yonohesido, estandarte de ejército. Entre los dos esgrimen un arma antigua propia de guerreros dignos, el Martillo Volador de Kevinar. Nadie sabe por qué lo tienen ellos.
El cartel del torneo, cortesía de Rubén Rodríguez, uno de los participantes.
La primera ronda jugamos Dominio, mi escenario favorito. Puntúan las unidades que acaben la batalla a 12″ del centro.
Me enfrento a Carmelo, que juega una lista de Orcos. En su ejército lleva orcos clásicos, con mucha miniatura de la época de warhammer quest, quinta y sexta.
En el despliegue me hace un frente duro al centro, con objeto de meter unidades al círculo y puntuar. Yo intento lo mismo, con un frente duro formado por la legión y los rompeasedios, y coloco en los flancos los cañoneros, para cañonear a los que intenten flanquearme. Pero me guardo una putadita para el centro, en plan «el primero que llegue pilla»: los dos carrillos explosivos.
El carrillo explosivo es un loco invento de los goblin rojos para tiempos de necesidad. Es una
máquina de guerra(mentira, entra en la categoría «monstruo» a fectos de juego) que consiste en un carro destartalado que carga barriles explosivos. Un ogro lo empuja colina abajo con cierta fuerza a favor de pendiente y el «piloto» sólo tiene dos funciones: corregir el rumbo para llegar al enemigo, o prender fuego a la mecha si no ha habido suerte de chocar con nadie.
Carmelo tiene la iniciativa, y avanza en línea con todo el ejército, quedándose lo más adelantado posible, pero fuera de la distancia de carga de mis unidades. Muy astuto. Yo me quedo con el centro estático, esperando al hueco en la brecha, mientras avanzo con perretes, cañoneros y carrillos.
Unos aguerridos orcos jinetes de jabalí intentan flanquearme pero los cañoneros les cantan su canción de muerte. Cuando se disipa el humo, los orcos han optado por volver a casa a replantearse su vida. La otra unidad de cañoneros recibe la visita a domicilio de un amable vendedor de hostias como panes. Afortunadamente aguantan el envite del carro de jabalíes con poco más que molestias. Coraje 15/17, hay mucho ogro, y muy ogros, en cada horda.
En el centro se lía un cisco de la leche, cuando los carrillos llegan a su objetivo, y los pilotos prenden la mecha del artilugio: a 1d6″ de distancia, 2d6 impactos con perforante 4. En el centro pilla el caudillo, el gigante, los hachas y los gran hachas. Pilla todo el mundo. En el lateral estrello el carrillo contra los máshachas, con poco éxito. Pero los carrillos ya han cumplido su trabajo: condicionar los movimientos del rival.
La partida se decide cuando los orcos se muestran reacios a adelantarse, para no ponerse a distancia de carga de los ogros. Por su parte los ogros esperan pacientemente a que llegue el momento adecuado, y sólo hacen movimientos para colocarse a distancia de carga, llegado el momento. Finalmente son los ogros quienes toman la iniciativa, ante la duda de los orcos, y se meten en el centro, chocando contra el enemigo. Partida que ganan injustamente, porque con que el orco hubiera lanzado unidades hacia adelante, para trabar a los ogros, quizás dañarlos de seriedad, éstos quizás no hubieran podido entrar a tiempo para puntuar en el círculo central, y hubieran arañado una victoria marginal. Seguro que no volverán a cometer ese error. Victoria amarga para los Ogros.
En otra mesa los Orcos de Mariano se enfrentan a los Elfos de Rubén. En la tercera mesa Aaron, comandante de las fuerzas terrestres de Basilea, se enfrenta a Francisco, comandante de las fuerzas aéreas de basilea ^_^¡
En la segunda ronda me enfrento a Mariano, caudillo de las huestes de Orcos. Otro jugador orco ^_^¡ Orcos es un ejército que me hace mucha pupa porque tiene la misma regla racial que los ogros, +1 a herir en combate, pero despliega muchas más unidades. Trae una lista muy variada, de orcos «tropicales», orcos piratas, goblins asilvestrados… luego hay algunas fotos.
En esta ocasión jugamos Botín. Al final de la batalla gana quien controle más fichas de objetivo, de las tres que se colocan sobre la línea central. Mariano tiene más unidades, así que mi estrategia de despliegue es la de disputar fichas, pero evitar que me rodee con facilidad. Me hace un flanco rehusado a mi izquierda, donde coloqué una hora de cañoneros, y no pone nada delante. Como yo he utilizado un elemento impasable para protegerme, la unidad de cañoneros no tiene nada que hacer durante los primeros turnos de partida. Centra sus unidades en la ficha central y la de mi derecha, donde he colocado los rompeasedios y los dos carrillos. Ahí mete de todo: jabalíes, granhachas, el caudillo en lacerador alado… Parece que los rompeasedios van a tener jaleo.
Cojo la ficha de la izquierda sin oposición, usando a los cañoneros. Ahora es cuestión de hacer daño con ellos sin resultar amenazados. En el centro avanzo con la legión, esperando a que él se acerce lo suficiente y protegiendo mi flanco izquierdo con la escenografía impasable , y la derecha con una tropa de perretes. Los rompeasedios se adelantan, pero poco. Vuelvo a dejar que sean los carrillos quienes se adelanten para «ablandar» a los orcos.
Uno de los carrillos queda atascado (aturdido), haciendo que los rompeasedios se coman una carga de orcos y jabalíes y el otro carrillo quede atascado detrás de los rompeasedios. Los Recios de Razak quedan aturdidos. ¡Aún no han tenido ocasión de hacer daño, y ya están aturdidos, qué rabia!
La legión de ogros se adelanta (pilla la ficha) y se enfrenta al ataque combinado del caudillo en lacerador alado, un regimiento de hachas, un hechicero goblin que se apuntó a la fiesta y unos jabalíes. Pero hay mucho ogro, y muy ogros, en ese muro que camina, y aguanta. Así que hace contracarga contra el hechicero, y como es individual, tras cepillárselo, vuelve a pegar, esta vez al caudillo en lacerador, haciendo mucho daño, y conservando la ficha que han cogido al acabar el movimiento sobre ella.
El carrillo explota, dañando mucho a los rompeasedios, los orcos, los jabalís… una escabechina. Los cañoneros de ese lado dan buena cuenta del resto.
Mención especial para los Trolls, que se comieron casi el doble de heridas necesarias para matarlos, pero sin conseguirlo siempre por poquito, y que regegeraron una cantidad terrible de heridas. Al final creo que conseguí tumbarlos, no lo recuerdo bien… pero vamos, que me costó cuatro turnos de cañoneros y palos. ARG ^_^¡
En el centro la legión de ogros sigue dando mamporros a buen ritmo, y se va librando de los oponentes una vez el caudillo en lacerador ha decidido replantearse la situación. Con el tiempo ya cumplido, controlo mayoría de fichas. Estamos fuera de tiempo ya, pero qué narices, ¿por qué no tirar a jugar turno 7+? Nos va a llevar un momento, y me siento mejor jugando la partida hasta el final que dejándolo ahora.
Una unidad de orcos asalta a los ogros, y obtiene un buen resultado en el chequeo de coraje. EL muro que camina se derrumba, por fin, y los orcos reclaman las fichas de botín. VIctoria para los orcos.
Tras la segunda ronda, pausa para ir a comer. Nos acercamos a un Domino´s cercano, y asaltamos el buffet de pizza.
Tercera ronda, y nos toca el escenario más soso: Muerte. Gana el que más unidades rivales deje fuera de combate.
Me enfrento a Francisco, y su ejército de Basilea. Tengo mucho callo de jugar contra voladores, y se lo que pueden hacer (y cómo dificultárselo). Me toca desplegar en la mitad del tablero con más escenografía impasable, lo que intento aprovechar para buscar proteger mis flancos o dificultar las cargas del compañero de juego. Como él tiene más movilidad, me enroco usando la escenografía, con una intención clara: «ya vendrás, ya…».
Y vino. El carro de panteras y el grifo cargan sobre la línea de ogros. Los paladines y Elohi se abaten sobre los goblin jinete de araña, y lo mismo sucede por el otro lado. Esa es su función, comerse la primera torta del enemigo. Cuando se marchan a lamerse las heridas (gracias por participar) los cañoneros de segunda fila se encargan de lo que tienen delante con eficacia y pólvora. El resto del ejército de Francisco «salta» por encima de los carrillos, para evitar su trayectoria. Un movimiento astuto.
Así que se estrella con la línea de ogros, mientras los carrillos hacen lo que tienen que hacer: giran para la derecha, y corren (es un decir, no puedes marchar si giras) hacia el enemigo. Bueno, hacia sus retaguardias… BOOM. Escabechina buena y bien repartida.
El resto de la partida, una vez las unidades han chocado, está clara: toma y daca. En mi flanco izquierdo los cañoneros se giran y avanzan hacia el centro, para cañonear cosas, mientras los paladines avanzan a toda prisa, intentando pillarle el flanco a estos. Yo sigo desplazando los cañoneros, cuidando de proteger el flanco con la casa. Así me evito una carga de los paladines, ya que deben cargar por flanco, y no pueden porque no entran. Libro los cañoneros, que se unen a sus parientes en el centro, donde están combatiendo contra paladines y elohi.
La partida se decanta a mi favor, y las fuerzas de Basilea deben reagruparse, mientras los ogros regresan a su hogar con grandes historias para narrar a sus parientes.
En las mesas cercanas las partidas están a punto de acabar. Aarón se enfrenta a Mariano, Basilea contra Orcos, en una dura lucha por la victoria. En la tercera mesa, duelo fratricida entre el general élfico, Rubén, y Carmelo el Caudillo orco.
Empiezan las sesiones de cine, y la gente se pasa por las mesas a comentar o preguntar con curiosidad. Aquí una pareja de jubilados que preguntan «por esto de las figuritas». También se pasaron algunos padres con sus chavales.
El ganador del torneo es Aarón, comandante de las Fuerzas de Basilea. El mejor ejército (mejor pintado) es Mariano. Y todos los participantes nos llevamos un par de dados personalizados con el logo de la asociación Aventum, y un «blíster» de minis antiguas de confrontación, celtos o gamezone. Yo tengo un enano montado en jabalí blindado, de confrontación. Lo usaré como rey enano en gran bestia ^_^.
Fotos en detalle de algunas unidades.
El próximo torneo lo quiero organizar a finales de Mayo. A ver si nos juntamos al menos seis u ocho, y se puede jugar con todo pintado. Empezando por mi U_U¡ que tengo el ejército empezado pero estancado.
Saludos y Kings of War.
Algún día mandaré a tomar por culo el bar y jugaré en finde T_T (puta vida).
Por cierto, los cines son 7 infantes, hace 10 años por lo menos que dejó de llamarse Golem XD.
Buen reportaje.
@Mordregon: Ya sabes que los cambios de nombre siempre cuesta asimilarlos U_U¡
Pena no haber podido jugar, aún tengo pendiente estrenar el ejército de Bestias, y pintado (al menos la capa base), ya para el próximo torneo.
No hicisteis photocall de ejércitos… malllllllll. Se nota que Rubén esquivaba las minis sin pintar a la hora de hacer las fotos 😀
Interesante articulo.
Puedo preguntar de que marca son tus ogros? Reconozco a los de GW pero y los otros?
@Canivoro:
A todas luces, parecen de Mantic. De las mejores gamas de dicha marca, debo añadir.
So ogros de la gama Reaper de Bones. No los he enseñado en detalle porque lo haré cuando tenga el ejército pintadico. Entonces los traeré al blog ^_^