Con un poco de retraso llega el segundo artículo sobre los Enanos Dweghom de Conquest. En este caso la primera subfacción: Los Clanes. Como ya sabemos tras el artículo introductorio, los Dweghom aniquilaron a sus creadores (los Dragones) y degeneraron por falta de cometido e influencia del Segundo Jinete, la Guerra, lo cual casi acabó por desintegrarlos por completo. Pusieron fin a la lucha interna retirándose a los Bastiones y si bien siguen divididos, parece que han mantenido cierto equilibrio. Los Clanes forman el grueso de la sociedad Dweghom, y son aquellos que menos “transformaciones” han sufrido por la exposición a la Guerra.
Mientras las castas de los Ardientes y los Templados pugnan acerca del pasado y futuro de su raza, la mayoría de los Dweghom viven en el presente, formando el núcleo de la sociedad. Libres del yugo de los Dragones que les convertía en meros esclavos autómatas, los Dweghom ven el trabajo como un castigo. Por ello, pasan sus vidas mostrando su Aghm: su “peso” o “valor” a través de hechos y hazañas. El Aghm de un Dweghom no es vanidad, sino su posición en la jerarquía social, su moneda de cambio y en cierto sentido, su razón de ser. Este rasgo cultural solamente es posible gracias a la increíble memoria que les fue dada por sus antiguos amos y creadores. La memoria y registrar hechos tienen un rol muy importante en la cultura Dweghom, con su disciplina particular, la Mnemancia. Sus practicantes son el eje central de la vida social.
Desde una temprana edad, todos los Dweghom son criados en guarderías comunales para ser nada más que un Guerrero del Clan, hasta que demuestren su valor. La individualidad de un Dweghom no existe si no lo justifican con hechos y acumulan posesiones solamente al subir los peldaños de su Clan, desde un simple guerreo o sargento hasta al nivel más alto, Anciano. Los bienes que van acumulando a lo largo de sus vidas son sellados en sus cámaras personales hasta su muerte, su riqueza siendo testigo del valor del individuo que ahí descansa. Los Dweghom más venerables reposan en gigantes cámaras con montañas de riquezas.
En consecuencia, la sociedad Dweghom es increíblemente competitiva y cualquier trifulca entre individuos se resuelve con desafíos regulados. Estas disputas pueden ir desde un combate físico entre dos jóvenes Dweghom hasta auténticas campañas militares y guerra total cuando dos Ancianos riñen. Los Mnemantes custodian inmensos códices con leyes y tradiciones en los que se inscriben las hazañas de cada Dweghom, asignándoles su valor, Aghm, dentro de la sociedad. No es de extrañar que las hazañas con más valor siempre son de índole militar, teniendo en cuenta la naturaleza belicosa de los Dweghom.
Esto ha creado un despiadado régimen militar que busca constantemente aumentar su poderío frente a los demás Clanes, dejando a muchos en el camino, olvidados en los niveles más bajos de la sociedad. Los abandonados y olvidados poco importan para el Clan, pues este se sostiene con los individuos con más poder y ambición. Cuando un Clan marcha a la guerra, los enemigos pueden estar seguros de que incluso un soldado raso será un combatiente feroz que se ha ganado a la fuerza el derecho a estar presente en el campo de batalla y cuya única motivación es agrandar su leyenda.
Y pensar que esta es la facción más moderada de los enan… digo dweghoms XD.
Muchas gracias por traer estas piezas de lore.
Están bastante locos 😛
Gracias a ti por el interés!