[Middle-Earth SBG] Creando un nuevo ejército de la Luz.

Mae govannen stillmaníacos,

Como sabéis, mi juego favorito es Middle-Earth SBG (Strategy Battle Game), el nombre oficial del juego de El Señor de los Anillos y El Hobbit de Games Workshop. En el post de hoy voy a contaros en qué ando metido al respecto de este juego, un proyecto de ejército que tenía abandonado y que quería compartir con vosotros/as.

Middle-Earth SBG (MESBG) es un juego al que soy aficionado casi desde su aparición, sobre todo gracias a los fascículos del coleccionable de Batallas en la Tierra Media. Donde yo vivía no había una tienda cercana, y los coleccionables (también tuve varios números del de Warhammer) eran la forma más sencilla y barata de acceder al Hobby, sobre todo cuando no tienes consciencia de todo lo que hay detrás. Os podéis imaginar lo que flipé cuando fui a una tienda del hobby y me encontré todo el material que existía (y hablo sólo del de GW).

Una de las épocas en las que más he disfrutado MESBG fue aquella entre medias de las películas de ESDLA y El Hobbit. Es esa época, un colega y yo teníamos una gran variedad de miniaturas (de las pelis), pero además GW había sacado otras muchas inspiradas en los libros y otras directamente inventadas por ellos (qué demonios, molaban mucho). En esos días salieron un montón de suplementos distintos que exploraban las regiones de la Tierra Media, y en la White Dwarf se animaba a conversionar las minis para representar a personajes, tropas y criaturas del legendarium de Tolkien (y otras inventadas), que realmente te permitían librar todo tipo de batallas y escenarios. Creo que el contenido de MESBG de esa época es de lo mejor que ha salido nunca en la White Dwarf.

Fue una época muy creativa, donde las especulaciones sobre qué cosas iban a aparecer (y cómo) en la peli de El Hobbit o en otras posibles adaptaciones de Tolkien, y las ansias por ampliar lo que daba el juego, nos llevaron a mi colega y a mí a recrear lugares y personajes de los libros, y explorar de esa forma la Tierra Media materializando lo que nosotros imaginábamos al leerlos. Esto también se debe a que durante un tiempo dejamos de seguir las novedades de GW. Al no tener una comunidad detrás, preferimos crear la nuestra propia. Para eso queríamos hacer del juego algo dinámico y divertido (nada culoduro), a fin de iniciar a gente (conseguimos de hecho crear un club de juego con seis o siete personas y hacer famoso el juego en nuestra zona, lo cual fue todo un logro para los medios que teníamos). Así que jugábamos con una mezcla del reglamento y reglas caseras que se adaptaban a nuestra forma de jugar y a lo que nos gustaba representar en los escenarios. Recuerdo especialmente un tablero temático de Erebor con un tren minero que conectaba varias estancias de la montaña, para el cual creamos reglas sobre la iluminación, puentes levadizos, el movimiento del propio tren, forjas, etc.

Os lo cuento no sólo para ver de dónde venimos en este juego, sino para dar un poco de contexto a mi forma de afrontar un proyecto de ejército. A mí me interesa explorar un entorno, una facción, unos personajes y un estilo artístico, pero, sobre todo hoy en día, también tengo en cuenta las reglas «oficiales» y sus limitaciones, ya que al final es el lenguaje común entre dos rivales en el campo de batalla. Pero estas limitaciones, lejos de ser un obstáculo, me ayudan a orientar el proyecto y tener que ser aún más creativo (con lo que hay, tengo que crearlo, sin intentar hacer combos, ni meter algo que no cuadra, etc.). Claro está que no afronto un proyecto sólo por como vaya a funcionar en mesa; de hecho, casi nunca funciona. Con esta «filosofía» en los últimos tiempos me he hecho un ejército de Angmar, inspirado en la ciudad de Carn Dûm y en sus caminos adyacentes, y un ejército de Ciudad de los Trasgos, inspirado en el porche de los trasgos de El Hobbit y en los caminos de las Montañas Nubladas (sí, me gustan los lugares de paso).

En general siempre he jugado con el bando de la Oscuridad (en el juego hay dos bandos, Luz y Oscuridad), y por tanto los ejércitos de la Luz no los controlo mucho… a pesar de que mis miniaturas favoritas son de ese bando.

Es por eso que hace un tiempo decidí hacerme un pequeño ejército muy temático. La chispa la iniciaron dos miniaturas que llegaron a mis manos en diferentes momentos: un Gandalf de El Hobbit, de failcast, y un Legolas de Rohan, ambas en unas poses un poco raras. Son miniaturas sedentes, que no están atacando ni haciendo acrobacias extrañas, y curiosamente siempre quise hacerme un ejército con minis de este tipo, minis estáticas. Empecé a pintarlas por puro gusto, sin ambición alguna de crear un ejército.

También aproveché para repintar algunas minis que siempre me habían gustado y que me resultaban muy trasfondísticas: unos sheriffs hobbits de metal. Sé que en La Comarca sólo hay tres sheriffs por Cuaderna, y GW vendía cuatro en el blíster, pero bueno, como estaba pintándolas por gusto decidí pintar las cuatro. Una vez que pinté estas seis minis, pensé que me habían quedado chulas y… ¿por qué no intentar jugar con ellas? Como me faltaba por pintar las peanas de varias minis, en el proceso de su pintado fui definiendo el estilo del ejército. Aunque es del bando de la Luz, quería darle un toque oscuro y etéreo, para lo que traté de copiar el estilo de Alan Lee en los tonos que él usa para la zona de La Comarca y los caminos del Bosque Viejo. También probé a ponerles corcho marrón para dar textura (al ser minis tan bajitas creo que venía bien para destacar algo más). Al final las peanas quedaron chulas y uniformizaban a todas las minis.

Pensando en su trasfondo, parece que el ejército se iba a localizar en La Comarca, o en el Bosque Viejo o en el Gran Camino del Este (¡cómo no!). Así que otra incorporación sí o sí de este proyecto tenían que ser Tom Bombadil y Baya de Oro, dos minis sedentes que me absoluto encantan, pero que aún no he repintado. También tengo pensado hacer un ucorno (como el hombre-árbol sauce del Bosque Viejo que atrapa a Merry y Pippin), pero ya serían demasiadas alianzas en la lista… y aunque me importen poco las reglas, tampoco voy a abusar.

Con lo que tenía podía hacer varias listas. La Comarca + La Compañía del Anillo, o bien La Comarca + Dunedáin, o Lothlórien, o Rivendel (y usar a Legolas «cuenta como» dunedáin o guerrero elfo normal).

Entonces encontré unas minis de metal de Frodo, Sam, Merry y Pippin, y de paso unas minis de héroes hobbits. Así que pensé que la mejor opción era una lista de La Compañía del Anillo + La Comarca. Aunque por trasfondo no tenía ningún sentido incluir a Legolas, lo que hice fue usar a Legolas como Legolas a nivel de reglas, pero a nivel de trasfondo sería un elfo explorador de los caminos o algo así. Como el trasfondo puede que no le importe a mis rivales, mejor ser claro con lo que es cada mini a nivel de reglas (este explorador era la mini de Legolas usando su perfil, líos ninguno).

¿Qué más podría meter? Tenía unos 600 puntos o así, y aún me faltaban 100 o 200 para una partida estándar. Así que decidí meter dunedáin, por trasfondo. Sin embargo no tenía minis de ellos. El único dunedáin que tenía era Aragorn… y resulta que tenía una mini medio rota de Aragorn en el Abismo de Helm. Así que… ¡a conversionar!

Pensando en cómo hacerlo, escuché un vídeo de Santi, del canal Bolsón Abierto, donde va explicando los detalles de los libros de ESDLA. En el vídeo, aparte de decir un montón de datos sobre La Comarca (que me venían muy bien para pensar en el ejército), mencionaba un episodio en el que aparece un pueblo casi desconocido: los Lossoth (también conocidos como los hombres de las nieves de Forochel), un pueblo seminómada que vive en el norte ártico de la Tierra Media, que ayudó al rey Arvedui a huir de Arthedain durante su guerra contra el Rey Brujo de Angmar. Los Lossoth le ayudaron a huir en unos barcos, y a cambio el rey les regaló el anillo de Barahir, que más tarde los dunedáin recuperarían para dárselo a Aragorn (el anillo con las dos serpientes).

Esto me pareció muy interesante. Me encantó la idea de un explorador de Forochel por el Gran Camino del Este, quizá convocado por Gandalf o algo así. La verdad es que no soy nada fan de las peanas nevadas y como yo vivo en un sitio donde nunca nieva, es algo ajeno a mí que no termino de entender. Sin embargo, ¿qué mejor ocasión para explorar esta temática? Vi algunas ilustraciones de los Lossoth y un par de documentales de los inuit para inspirarme… y decidí convertir a ese Aragorn en un lossadan. A nivel de reglas lo usaría como dunedáin… pero luego pensé, ¿y si lo uso de «cuenta como» Aragorn de la Compañía del Anillo y así simplifico la lista? Y ea, así quedó. Siempre tratando de respetar el carácter sedente de las minis del ejército, y ser claro con lo que lleva el ejército.

Por el momento, en mi lista tengo:

Alianza: La Comarca + La Compañía del Anillo + Wanderers in the wild.
-Gandalf, Legolas (como explorador elfo), Aragorn (como lossadan), Frodo, Sam, Merry, Pippin.
-4 Sheriffs de la Comarca, hobbit con cuerno, Fredegar Bolger, Viejo Tuk.
-Tom Bombadil y Baya de Oro.

Tengo aún que ver como ordenarla, quién va a ser el Líder y cómo voy a dividir las partidas de guerra. Es todo provisional. Lo primordial es encajar las minis, el trasfondo y el estilo del pintado, y con todo ello explorar algún aspecto de la Tierra Media.

Quizá, cuando acabe con todas estas minis, la siguiente adición sea un enano. Si uso la lista de la Compañía del Anillo puedo meter el perfil Gimli sin problemas, así que quizá haga un enano comerciante o vagabundo. No sé, ya veré, primero tengo que encontrar una mini de Gimli que pueda conversionar. Ahora me da un poco de pena haber pintado al Legolas, porque podría haberlo conversionado en un auténtico explorador y no dejarlo como un Legolas «a secas». Pero bueno, es lo que tiene ir haciendo el ejército de esta forma tan «orgánica».

Me fascina la idea de esta particular compañía yendo a resolver algún contratiempo por Los Gamos o en los lindes del Bosque Viejo, o en el Gran Camino del Este, no como algo organizado sino quizás fruto de la casualidad, de encontrarse todos ellos en un sitio al mismo tiempo. Además de poder explorar razas y pueblos apenas delineados con claridad en la obra de Tolkien, creo que tanto para mí como para mis rivales puede ser bastante divertido ver este tipo de minis sobre la mesa, independientemente de si el ejército es bueno o malo.

¿Cómo lo veis vosotros?

Un saludo de Marmollicus.