Al acabar la serie de artículos introduciendo el trasfondo de las facciones de Conquest tenía la intención de ir traduciendo el contenido del libro Companion, ya que tiene un montón de historias sumamente interesantes y solo está disponible en el idioma de la pérfida Albión.
Tras posponer esta idea un tiempo,he aquí el primero de 7 artículos en dónde se describe el mundo de Conquest desde su génesis hasta la actualidad. Hay mucho empeño en darle una razón de ser y contexto a cada aspecto del trasfondo, desde cómo se crea un planeta o especie hasta el significado de las Cruzadas del Norte/Ragnarok y la destrucción del Antiguo Dominio.
Serán artículos resumidos. El trasfondo nuevo cubre unas 80 páginas del libro por lo que evidentemente no puedo incluir todo exactamente como está. En esta primera entrega veremos el Big Bang versión Conquest y la influencia de los seres que aparecieron progresivamente para moldear Eä.
Los Primordiales
Cuando no existía nada, existía el Vacío. Pero el propio Vacío era algo incluso sin existir nada. De esta paradoja surgió la Creación, el Primordial que crea a partir de la nada. La esencia del Vació era la contrapartida de la Creación, por lo que surgió la Destrucción para equilibrar la balanza.
Durante eones se estableció la misma dinámica: la Creación huía de la Destrucción, creando universos a medida que avanzaba, solo para verlos engullidos por la incansable persecución de la Destrucción.
Poco a poco sucumbiendo al voraz apetito de la Destrucción, la Creación se plantó y probó algo nuevo: confrontar a su “gemelo” implantando a la fuerza un nuevo cosmos dentro de la Destrucción. Este acto inesperado causó una grave herida al Primordial destructor, el cual replicó con tal violencia que rompió en millones de piezas a la Creación.
Sin entender la consecuencia de sus actos, la Destrucción vio como su propia existencia era amenazada sin la Creación, la unión entre ambos manteniendo un equilibrio. Decidió que recuperaría cada fragmento de la Creación para volver a su dinámica eterna pero tal monumental tarea requería recuperarse y decidió reposar.
De la herida abierta de la Destrucción empezó a supurar un nuevo Primordial, mezcla de la esencia implementada de la Creación con la de su anfitrión. Así se creó el Equilibrio.
El Equilibrio era consciente que si sus creadores volvían a su estado natural, él ya no haría falta y moriría. Por ello, puso en movimiento las estrellas del universo (los Fragmentos de la Creación) para que no pudieran reagruparse mientras que construyó con su propio cuerpo una jaula para la Destrucción, que en esos momentos estaba en un sueño profundo recuperándose de sus heridas.
Con los dos primeros Primordiales bajo control, la Creación siendo las estrellas en el cielo y la Destrucción siendo el núcleo de un nuevo planeta envuelto en el Equilibrio, floreció Eä.
Los Cuatro Jinetes
A pesar de estar encerrada y herida, la Destrucción tenía tal poder que seguía siendo un peligro para el Equilibrio. Su esencia e influencia emanaban de su prisión, impulsadas por sus ganas de devorar la quebrada Creación y volver al Vacío.
De este deseo brotó el Hambre, primera encarnación de la Destrucción y primer Jinete del Apocalipsis. El Hambre era ciega y devoraba todo sin miramientos, incluso consumiendo partes de la Destrucción. El Primordial enfureció y empezó a desprender un calor infernal que hizo huir el Hambre hacía la superficie, que no era otra cosa que el cuerpo del Equilibrio (la corteza terrestre de Eä, mientras que la Destrucción en su núcleo).
El Equilibrio no podía parar el Hambre hasta el punto que los tentáculos del primer Jinete se acercaron a las estrellas. En su mayor parte, los Fragmentos de la Creación no tenían vida ni consciencia, simplemente esperando el momento en el que se reagrupen en su forma original. Pero uno de estos fragmentos poseía una carga potente de la Creación y vio como el Hambre ponía en peligro a su creador. Este fragmento sería la Conquista, primera encarnación de la Creación y segundo Jinete del Apocalipsis.
La Conquista despertó aquellos Fragmentos que tuvieran algo de poder individual para formar un poderoso ejército: la Hueste Celestial. El poder de los Fragmentos combinados fue suficiente para mantener a raya el Hambre… Pero esta declaración de guerra entre esencias de los Primordiales dio lugar a algo peor: la Guerra, segunda encarnación de la Destrucción y tercer Jinete del Apocalipsis. Esto escalaría aún más la dimensión del conflicto en Eä.
La Guerra se oponía a la Conquista. Usando la sangre de la Destrucción que supuraba de su prisión, forjó su propia Hueste Abisal, un reflejo retorcido de su enemigo. Hay quienes argumentan que el objetivo de la Guerra nunca fue ganar el conflicto, ya que acabaría con su razón de existir. Como tal, el tercer Jinete se conformaría con mantener una guerra perpetua.
En todo caso, el Hambre despertó de nuevo por el estruendo de las titánicas batallas entre Conquista y Guerra. En medio de todo este caos, el Equilibrio que sostenía todo este mundo sufría como nunca antes. Empezó a llorar, sus lágrimas repletas de la esencia de la Creación mezclándose con la sangre de la Destrucción que corría a raudales, inundando la superficie. De esta convergencia emanó la Vida.
El Equilibrio buscaba proteger a este nuevo ser, que en esos momentos era inofensivo, inocente y diminuto. Conquista y Guerra estaban demasiado ocupados en matarse entre ellos mientras que el Hambre portaba su atención hacia las estrellas. De esta forma, la Vida pasó desapercibida por los tres Jinetes.
Pero la Vida se multiplicó a una velocidad pasmosa, más incluso que el infinito apetito del Hambre. Pronto se propagó por toda la tierra, curando las heridas del Equilibrio y avasallando los Jinetes. Por primera vez, el Equilibrio tomó la delantera en el conflicto de los Primordiales.
El poder de la Destrucción disminuía constantemente, sus esperanzas de salir de la prisión esfumándose. Cayó en un profundo sueño lleno de pesadillas y desesperación. De este moribundo estado empezó a transformar lo que le esperaría en caso que la Vida prosperase para siempre: la Muerte. Y entonces, la última encarnación de la Destrucción y cuarto Jinete del Apocalipsis puso pie en Eä.
En cuanto murió la primera criatura producto de la Vida, el Equilibrio lanzó un aullido de terror. A pesar de no estar operativos, la Creación y Destrucción volvieron a su eterno conflicto de crear y destruir pero esta vez a través de sus agentes, los Jinetes. La Vida y la Muerte volvían a escenificar a nivel planetario el conflicto cósmico de sus padres.
El grito desesperado del Equilibrio desgarro la fábrica del universo. La esencia de los Primordiales se desprendió en parte, esparciéndose por el mundo. Algunos de estos fragmentos eran lo suficientemente poderosos para unirse a las Huestes, pero otros eran tan pequeños que simplemente fueron confinados en minerales o animales, provocando mutaciones.
Pero algunos de estos fragmentos eran distintos. Una fusión de la sangre de la Creación y Destrucción que vagan por el espacio exterior con conciencia propia pero sin objetivo determinado. Estas criaturas se movían por impulsos y curiosidad, viéndose atraídas por la Guerra de los Primordiales.
Su mera intervención puso punto y final al conflicto. Numerosos e imbuidos del poder de ambos Primordiales, encerraron a la Muerte, Guerra y Hambre en tumbas que tardarían eones en abrirse (estos artículos de los Dweghom nos explican lo que le pasó mucho después a la Guerra). Al ser hijos del Equilibrio, estos seres no querían dejar a la Conquista como único Jinete libre, a pesar de ser un aliado. Fragmentaron su cuerpo, esparciendo sus piezas para custodiar el mundo, pues en algún momento las fuerzas de la Destrucción se alzarían de nuevo.
Todavía creo que no te había dicho que estos artículos me están pareciendo súper interesantes!!
El juego me parece muy entretenido, por que lo de la segunda oleadas me encanta!! Y el trasfondo me está gustando mucho!!
Muchas gracias por este tremendo curro que te estas pegando!!!
Gran trabajo, VBS!!!!
@Borborka:
Me uno al comentario. Con ganas de saber mas cosillas!! Y ya que estamos, que ganas de ver las ciudades-estado y los no-muertos.
Me alegro que os guste 😉 Iré subiendo uno cada semana.
De las ciudades-estado y no-muerto hay algunos detalles en el libro… pero para verlos en minis me temo que falta bastante.
Me ha parecido muy interesante este trasfondo. Lástima de escala, porque no me puedo meter en más proyectos que no sean compatibles con 30mm, pero disfruto leyendo estos artículos.
Pingback: [Conquest] Trasfondo: La llegada de los Dragones y Exiliados (II) | | ¡Cargad!
Pingback: [Conquest] Trasfondo: La Humanidad y Ascensión de Hazlia (IV) | | ¡Cargad!