El desorden gobierna los Reinos Mortales. La Guerra de Almas continúa. El Necroseísmo ha barrido la realidad, rompiendo las leyes de la magia y desatando una marea de no muertos. Nagash lanzó a su principal general, Katakros el Invicto, contra Ochopartes, los dominios de Archaon antes considerados inexpugnables. El General Ossiarch cayó finalmente bajo la espada del Elegido, pero no antes de que sus ejércitos levantaran una gran fortaleza, el Arx Terminus, frente al Pórtico de Shyish. Katakros perdura, pues su esencia se instaló en una nueva forma pulida de marfil y ya se prepara para el contrataque del Caos. Sin embargo, Archaon no atacó inmediatamente el Arx Terminus. De hecho, desde su regreso a Ochopartes, pocos han visto al Rey de Tres Ojos. Para sus enemigos, esta ausencia es un presagio, porque El Elegido no hace nada sin razón y seguramente trama nuevas formas de imponer su tiranía en los Reinos Mortales.
