Pasaron muchos años. El Caos dominó sin oposición los reinos a su antojo. La venganza de Sigmar se hizo esperar, pero cuando llegó, su furia se sintió en todo el mundo. Durante el tiempo de la dominación del Caos, Sigmar no había estado ocioso. Con su poder y la sabiduría que había dejado Grungni como legado, forjó un ejército de milagros andantes. Aquellos valientes que se opusieron al Caos durante esos tiempos en que solo los necios se enfrentarían a su opresor fueron reclamados por Sigmar en las puertas de su muerte. Su espíritu se alzaba hacia Azyr cuando los tiranos acababan cruelmente con su vida y allí eran transformados en algo más. Pasaron siglos desde que el primero de ellos fue rescatado de las garras de la muerte y su transformación estuvo completa. Todos estos hombres y mujeres tuvieron que soportar el doloroso proceso y una eterna meditación y entrenamiento para poder llevar a cabo una venganza que parecía no llegar nunca. Sin embargo, el día llegó y los cielos de todos los reinos se iluminaron con los rayos de Sigmar. Habían llegado los Eternos de la Tormenta.
Invasión de Aqshy
Tal y como ocurrió con la invasión demoníaca, la primera aparición de los Eternos se dio en el Reino de Aqshy. La primera Hueste, los Martillos de Sigmar, bajó de los cielos entre rayos crepitantes sobre el Gran Erial, el continente central del reino. El ataque dio comienzo en las regiones próximas a los portales de Azyr, pues estos fueron sellados al comienzo de la Era del Caos y necesitaban ser abiertos desde ambos lados. Sin embargo, para cuando la venganza de Sigmar comenzó, prácticamente todo el continente había caído. Solo quedaban retazos dispersos de las grandes culturas de antaño. El espíritu indómito de los habitantes del Reino del Fuego había sido quebrado por las huestes de Khorgos Khul, que volvían roja la tierra con la sangre vertida para mayor gloria de Khorne. Incluso la tribu de herreros guerreros Direbrand, que antaño había luchado codo con codo con el propio Sigmar en la Batalla de los Cielos Ardientes, había sido sometida. Nadie rezaba ya a Sigmar por su salvación, pues ni creían que serían escuchados ni creían que mereciera la pena ser salvados.
Aún así, la salvación de todas formas. Vandus Hammerhand, antiguo líder de la tribu Direbrand, fue el primer Eterno de la Tormenta en luchar. Ansioso por vengar a su pueblo y a su tierra, dirigió a su Cámara Guerrera contra los fanáticos de Khorgos Khul. Las energías celestiales refulgían en cada guerrero de Sigmar, pues cada uno de ellos había sido bendecido con una porción de la fuerza del Dios Rey. Sus golpes causaban heridas atroces en sus enemigos y su armadura dorada de sigmarita, un metal extraído directamente del orbe que fue el Viejo Mundo, les protegía. Con la furia de la tormenta, establecieron docenas de cabezas de playa en el continente. Los Martillos de Sigmar no estaban solos en este ataque inicial sobre Aqshy, pues otras Huestes como los Yunques de Heldenhammer, los Leones de Sigmar y los Vengadores Celestiales apoyaron sus operaciones.
Poco a poco, el ataque los llevó hacía la Península de Azufre, donde se alzaba la fortaleza de Khul, sobre la cual se abría la Puerta de la Ira, un portal directamente conectado con el Reino del Caos. Si lograban abrir brecha, sería un golpe decisivo para liberar la península del control del Caos y poder abrir los portales de Azyr que estaban en la región. El Lord Celestan Jactos Goldenmane, comandante de la Segunda Cámara Guerrera de los Martillos de Sigmar, dirigió un precipitado ataque contra la fortaleza y consiguió penetrar en sus defensas junto a sus guerreros. Sin embargo, los líderes devotos a Khorne no se esconden tras sus tropas y Khorgos Khul decapitó a Jactos con su hacha Hiende-realidades tras un breve y brutal combate, atrapando su alma y enviándolo al Reino del Caos para toda la eternidad.
La muerte de Jactos no fue en vano, ya que permitió que el ataque en pinza de Vandus y su Lord Relictor, Ionus Cryptborn, tuviera éxito. Ambos ataques coordinados penetraron en la fortaleza y presentaron una batalla frenética contra los guerreros y demonios de Khorne. El propio señor de la guerra fue puesto en jaque sobre la pirámide de cráneos que había alzado en honor al Dios de la Sangre. Khorgos Khul estaba a punto de obtener el rango de Príncipe Demonio, usando la cabeza de Jactos como cúspide para su pirámide, cuando Vandus rugió un desafío. Bien es sabido que Khorne desprecia a los cobardes, así que era un desafío que no podía ser rechazado. Vandus estuvo a punto de morir de nuevo a manos de Khul, pues se trataba de un rival muy poderoso que tiempo atrás había masacrado a la tribu Direbrand. Además, la Puerta de la Ira no dejaba de escupir demonios sobre la fortaleza y la batalla empezaba a declinarse hacia el bando del Caos. Vandus imploró a Sigmar que destruyera el portal y el dios escuchó. Un gran rayo cayó sobre la Puerta de la Ira, destrozándola junto a la pirámide de cráneos. Sin poder recurrir a sus aliados demoníacos y con sus guerreros siendo superados, el señor de la guerra se vio obligado a retirarse y ceder la Península de Azufre a los Eternos de la Tormenta. Así se cimentó la primera gran victoria de Sigmar sobre los Reinos Mortales y dio comienzo la Era de Sigmar.
Los Eternos de la Tormenta llevaron la lucha a todos los reinos sin excepción, cumpliendo la voluntad de Sigmar y llevando la luz de la esperanza a los oprimidos. Una vez materializados en un reino, solo podían regresar a Azyr atravesando los portales o muriendo en batalla. Si se daba la última circunstancia, el alma del Eterno ascendería a Azyr junto a sus armas y armadura y allí sería reforjado para seguir cumpliendo con su deber. Por otra parte, estos guerreros celestiales habían sido creados con un solo propósito: destruir a los siervos del Caos. Pese a que cumplían con creces su cometido, la tarea de reconstruir el mundo recayó sobre los mortales, aquellos hombres, elfos y enanos que se habían refugiado en Azyr y aquellos que estaban siendo liberados por la Tormenta de Sigmar. Gracias a la apertura de los portales que conducían al reino celestial, no solo acudieron ejércitos azyritas para luchar, sino constructores, artesanos, arquitectos y agricultores que empezarían a reconstruir el mundo.
La Búsqueda de Ghal Maraz
En los Valles Colgantes de Chamon, los Vengadores Celestiales buscaron signos de Grungni, pues se creía que el dios enano había guiado sus pasos hacia este reino. Sin embargo, no lo encontraron ni tampoco a ningún enano, tan solo la mancha dejada por los adoradores de Tzeentch que les habían hecho huir. El objetivo de Sigmar en este reino era encontrar los enanos supervivientes de la Era del Caos, pues buscaba renovar antiguas alianzas, pero conforme los Eternos se abrían paso trabajosamente hacia las cumbres de las fortalezas enanas, solo encontraban cadáveres y desolación.
Llevando la lucha a las huestes de Tzeentch que se concentraban en la región, los Vengadores Celestiales llegaron hasta la antigua metrópolis de Exilia, una ciudad que data de la Era de los Mitos. En el centro de sus ruinas, se alzaba una fortaleza de proporciones imposibles. Thostos Bladestorm, Lord Celestant de la Cámara Guerrera, encabezó un ataque frontal contra la fortaleza que acabó en desastre, pues el mago del cambio Ephryx lo convirtió en metal viviente, acabando con su vida. No obstante, cuando su alma fue reforjada, contó lo que vio antes de morir. Allí, dentro de la fortaleza, Thostos había logrado vislumbrar la luz de un artefacto divino: el Ghal Maraz. El Martillo de Sigmar había sido atraído por la densa magia del metal presente en Chamon.
La prioridad en la guerra cambió drásticamente. Sigmar centró gran parte de sus recursos en recuperar su reliquia y mandó a Vandus y Thostos a liderar la ofensiva. Sin embargo, cuando llegaron a Exilia, la fortaleza ya no estaba allí. Los hechiceros de Tzeentch habían arrancado la fortaleza de la tierra misma y la habían transportado hasta un cráter de metal fundido. Esta decisión no fue arbitraria, pues ese metal estaba fundido por el calor desprendido por Argentine, una inmensa bestia divina corrompida por Tzeentch durante la Era del Caos, que ahora protegía la fortaleza. Los Eternos de la Tormenta lucharon contra adoradores de Tzeentch, hombres-bestia e incluso skavens, alimañas mitad hombre y mitad rata que roían la misma realidad y lanzaban emboscadas desde sus madrigueras. Sin embargo, el abrasador aliento de Argentine era algo que ni los guerreros celestiales podían manejar. El poder de la bestia divina era tal que los Eternos solo podían observar como sus hermanos eran fundidos dentro de sus armaduras de sigmarita. Sin embargo, no estaban solos en la lucha contra el Caos. El mismísimo Dracothion, el Gran Draco, entró rugiendo en Chamon y se enfrentó a Argentine. Los dos dragones se enzarzaron en una batalla aérea en la que Dracothion resultó vencedor, hiriendo profundamente a Argentine y haciendo huir a la bestia divina. Esto hizo que el metal que rodeaba la fortaleza solidificara y los guerreros de Sigmar, liderados por Vandus y Thostos, penetraron en la fortaleza.
Allí, no solo les esperaba Ephryx, sino también Khorgos Khul. El señor de la guerra no había perdido el favor de Khorne y su anterior derrota le había servido para despertar de la comodidad a la que se había acostumbrado durante la Era del Caos. Khul estaba ansioso de venganza y una vez más se enfrentó a su rival. La lucha fue desesperada y de nuevo el señor de la guerra a punto estuvo de matar al Lord Celestant. Los Eternos caían uno a uno por la magia de Ephryx y por el hacha de Khul, mientras iban ganando terreno centímetro a centímetro. El objetivo estaba claro y no importaban los sacrificios necesarios. Finalmente, vislumbraron la luz de Ghal Maraz. Custodiado por un total de nueve Señores de la Transformación, dirigidos por Kairos Tejedestinos, el favorito de Tzeentch, la reliquia sagrada era utilizada como motor para arrancar la fortaleza de la realidad y transportarla definitivamente al Reino del Caos, alejándolo del alcance de Sigmar para siempre. En un ataque desesperado, Thostos cargó con sus Vengadores Celestiales en otro ataque frontal, empujando a Khul y sus guerreros, y ofreciendo un verdadero muro de escudos, armadura y cuerpos a Vandus. El Lord Celestant de los Martillos de Sigmar no dudó un instante y se abalanzó sobre el martillo de su dios. Con el poder de Ghal Maraz en sus manos, se enfrentó a los Grandes Demonios y aplastó las dos cabezas de Kairos de un potente golpe. Privados de su líder, las fuerzas de Tzeentch se retiraron y los guerreros de Khul no pudieron evitar que Vandus se llevara el martillo consigo. Los Eternos habían consolidado otra gran victoria contra el Caos y el premio no podría haber sido mayor.
El Gran Rompedor volvió a Azyr y fue devuelto a su legítimo dueño en una gran ceremonia. No obstante, hacía tiempo que Sigmar había abandonado su aspecto guerrero, pues necesitaba gestionar la guerra contra el Caos como gobernante de Azyr. Aunque nadie lo sabía, el Dios Rey ya había creado a la mano que sostendría su martillo. En una cámara oculta, sellada hace muchos años, el artefacto divino fue otorgado al Celestant-Prime, el primero y mejor de todos los Eternos de la Tormenta. Este fue el primer mortal en ser transformado en guerrero celestial en los albores de la Era del Caos, en un proceso largo y tortuoso que dio lugar a un guerrero sin parangón que, sin embargo, había permanecido aletargado e imposible de despertar ni siquiera por su creador. Sigmar había comprendido hace tiempo que el guerrero perfecto no estaba completo sin el arma perfecta y la inesperada recuperación del gran martillo al fin había despertado a su mayor creación. Los Eternos de la Tormenta tenían un nuevo líder guerrero y Ghal Maraz volvería a bañarse en la sangre de los siervos del Caos.
Mira que siempre he ignorado a los Eternos de la Tormenta (intente leer el primero de las Realmgate Wars…no lo conseguí). Pero estas entradas vienen perfectas para conocer un poco más los mitos AoS.
Por cierto, «Direbrand» se traduciría como «Marcaterrible» o algo así?
Dentro de unos años quedará todo como un trasfondo old school, ya que cada vez más van profundizando y dando contextos aquí y allí…
Cada vez más se van notando las campañas más trabajadas, con mecánicas con más trasfondo integrado, más personajes que van apareciendo y como personalizar tú ejército. Ahora que 40k sacará su forma de jugar narrativo en formato «Cruzada», estoy seguro que veremos alguna cosa parecida para AoS. Y eso sin pensar si los rumores que dicen que «The Old World» se basará en Libros-Campaña…
Sí, podría ser una buena traducción pero me sonaba mal. El problema con Games Workshop es que no ponen nada fácil traducir sus nombres y además el spanenglish que hacen ellos mismos no ayuda nada. Al final opté por traducir casi todo menos los nombres propios (Vandus Manomartillo me sonaba fffatal).
La verdad es que expandieron mucho el trasfondo de la primera a la segunda edición. Esas dos campañas que os he contado tienen muchisimo detalle dentro, esto es un simple resumen. Las novelas le están dando riqueza al trasfondo de Age of Sigmar.
Enhorabuena por el artículo, buen trabajo!
Buenas.
Muchas gracias por el currazo que te estás dando. Estoy disfrutando con un transfondo que no conocía, pero que a la vez no resulta demasiado extraño pues las facciones y situaciones son bastante similares.
Tengo una pequeña duda: ¿ Es Valten el alma que está forjada en el Celestan Prime? Parece que lo dejan caer aquí y allá, pero no termino de verlo confirmado en ningún sitio. Sería un nexo más de unión con el mundo que fue.
Un saludo
@Diego Matias: Hola!. Nunca se ha confirmado, pero todos lo sospechamos. El hecho de que no le den una identidad ya deja la puerta abierta a que se la den más adelante. Lo único que se sabe con certeza es que era un gran rey y protector de los hombres en la Era de los Mitos, pero no se menciona que fuera un alma reencarnada del mundo que fue.
@Diego Matias: Yo en cambio siempre pensé que era Karl Franz
Gracias por el curro, como siempre. Se podría decir que a partir de este momento es cuando empieza la Edad de Sigmar y todo está más detallado (aunque conforme avanzan las ediciones están detallando todo cada vez más). Ahora toca un poco de empache de Stormcast en la historia, eso sí.
En cuanto a la identidad del Celestant Prime… no sé si algún día nos enteraremos de quién es, la misma Gw quizás todavía no lo sepa todavía.
A mí siempre me ha recordado al Sanguinor, si hicieran una miniatura nueva de este personaje, no sería muy distinta. En ese sentido, es como un Príncipe demonio de Sigmar.
https://www.games-workshop.com/es-ES/El-Sanguinor-Campe%C3%B3n-de-la-Hueste
@Diego Matias: @Maugan Zar:
Pero es que Valten y Karl Franz murieron muchos milenios antes de que Sigmar se pusiera a recuperar almas para forjarlas. Por cómo se desarrolla la historia, sólo puede ser el alma de alguien que muriera luchando contra el Caos durante la propia Era del Caos.
Otra cosa es que les diera por hacer retrocontinuidad y dijeran que las almas de muertos hace mucho tiempo Sigmar también las tuviera guardadas, o que hubiese podido ir al Reino de Nagash y recuperarlas o algo así (si es que las almas de los muertos del Mundo que Fue están en Shyish, porque puede que fueran devoradas por los dioses del Caos, o también podrían decir que se han ido reencarnando, y entonces sí podría ser el alma de Karl Franz o de Valten).
@Galaras: Cierto, pero Karl Franz estaba poseido por Sigmar como encarnado de los Cielos, con lo cual tambien seria factible que estubiera en la era de los mitos. a diferencia de Valten
@A. Puig:
En verdad los Stormcast ( se me hace raro nombrarlos en español…), beben mucho de todos los marines en general, y estos de la guardia sanguinaria en particular.
Los prosecutors de AoS son prácticamente una guardia sanguinaria sin retros ni bolters, pero comparten muchos otros detalles, las máscaras funerarias, las alas , armas de mano, los papiros e incluso los mismos colores en dorado.
Yo que soy más coleccionista que jugador de 40k, quería incorporar una guardia sanguinaria primaris a mis fuerzas. Quería utilizar los prosecutors de AoS con piezas de intercesora para ello. Pero hay filtraciones de que pueden salir en breve minis oficiales así que esperaré un poco antes de hacer nada.
Un saludo
@Galaras: realmente, Sigmar sí que tiene la capacidad de usar las almas de los muertos de antes de la Era del Caos. De hecho, hay una hueste entera de la que ya hablaré formada por las almas de muertos de Shysh de hace siglos (esto a Nagash no le sentó muy bien que digamos).
Lo que no puede hacerse es coger las almas del Viejo Mundo. Solo aquellos reencarnados en dioses y unos pocos que sobrevivieron tienen continuidad en los dos mundos, las almas pérdidas en el Fin de los Tiempos fueron destruidas sin más (salvo los elfos que van aparte).
Aunque siempre está abierta la puerta a que algún personaje del pasado viera su alma reencarnada en los Reinos Mortales.
@Felur:
Vaya vaya, entonces la cosa se pone más interesante.
También, puestos a pensar en qué alma humana del Viejo Mundo podría rescatar Sigmar para ser su Stormcast Jefazo, ¿no creéis que gente como Magnus, o incluso, qué sé yo, alguno de los guerreros unberogen que fueron sus compañeros cuando unificó las tribus, serían más adecuados que Karl Franz, que al fin y al cabo no deja de ser un emperador más, designado por motivos políticos?
De hecho, la cámara de héroes de eras pesadas se llama Anvils of the Heldenhammer (Yunques del Heldenhammer). Este sería el capítulo de Stormcast más sombrío, taciturno y oscurecido ya que sus almas pasaron siglos atrapadas en el reino de Nagash. Son los Ángeles Oscuros de los Stormcast.
https://ageofsigmar.fandom.com/wiki/Anvils_of_the_Heldenhammer
Pregunta para la tertulia:
Cuantos Celestial – Prime existen?
Porque se han visto varias imagenes de él y se le ve con varias armaduras diferentes
La que has puesto va luce como un Hallowed Khingt, en otra que lucha con los Nighthaunts como un Anvil of Heldenhammer y la miniatura de la web como un Hammer of sigmar.
O es el Stormcast con mas vestuario o existen varios
@Diego Matias: Guardia sanguinaria Primaris??? Yo juego 40k y ni en los rumores más locos escuché eso, no es que no sea posible, pero no es una opción viable a corto plazo dado que los Primaris no usan Jumpack, y más allá de los nuevos lanzamientos ya anunciados, no creo que se vea al menos este año.
@Maugan Zar: Puede que haya sido reforjado varias veces durante la historia. Supongo que cada vez que se reforja un Stormcast, se tiene que usar un receptáculo nuevo.
@Petraites:
Tenia entendido que el Celestan Prime va con los colores de la hueste a la que esta ayudando. Dicho de otro modo, no es de ninguna hueste.
Enhorabuena por esta serie de artículos. Reconozco que cuando me leí los resumenes del Lore de AoS no me molaba demasiado el rollo de que los Dioses eran los que movían la historia, pero con estos resumenes me está enganchando la historia, la verdad.
@Maugan Zar: El Celestant-Prime adquiere los colores de la Hueste a la que está ayudando, no está afiliado a ninguna. No es un comandante, es un líder guerrero (básicamente, el que más malos mata). La responsabilidad de dirigir las operaciones de cada Hueste recae sobre sus Lord-Celestants y, en última instancia, sobre Sigmar.
Solo existe un Celestant-Prime. Su armadura cambia según a la hueste que apoye.
Lo más importante que hace el Celestant-Prime, es redimir las almas de los campeones del caos a los que mata, siempre y cuando les quede una chispa de bondad. Y luego esos campeones son reforjados en stormcast.
Igual algún día mata a Archaon y lo vemos convertido en Stormcast XD.