Buenas compañeros de Cargad. Hace ya unas semanas GW reveló algunas de las novedades que saldrían para los Necrones en esta nueva edición, y entre ellas encontramos mas de una sorpresa. En este tema me gustaría centrarme en una de ellas, una figura muy especial, y que particularmente me sorprendió.
En este tema voy a hablaros del Dragón del Vacío, y concretamente de su paso por la Herejía de Horus, curiosamente, por no tener hasta ahora miniatura, la influencia de este ser sobre el Imperio de la Humanidad ha sido gigantesca, mas que la de cualquier otro C’tan.
Sin más preámbulos, conozcamos a Mag’ladroth.
Breve referencia al trasfondo antiguo.
Como C’tan ha ido apareciendo en los codex de los Necrones, con mayor o menor extensión dependiendo de la edición, pero siempre tomando un papel secundario en el trasfondo, a la sombra de otros C’tan de mayor importancia (y que tenían mini).
En el trasfondo antiguo, este C’tan había escapado del destino de muchos de sus hermanos tras la traición Necron, escondiéndose a la espera de cobrar venganza. Por ese entonces GW jugó un poco al gato y al ratón, insinuando, dando pistas de donde podía estar, pero sin expresar el lugar de forma clara y concisa (resumiendo, el bicho se fue de vacaciones a Marte).
Poco sentido tendría que me extendiera en el trasfondo antiguo, pues ha cambiado, y ha cambiado significativamente. Basta con recalcar que la principal diferencia es que, en el trasfondo actual, el Dragón del Vacío ya no es un C’tan huido, sino uno más de los que fueron derrotados y destruidos por los Necrones. Por otro lado lo que se encuentra en Marte no es el C’tan en sí, sino uno de sus fragmentos.
La historia de los C’tan y los Necrones.
Antes de seguir, resumamos, muy brevemente la historia de los Necrones y los C’tan. Como seguramente ya muchos la sabréis, la contare con un poco de humor y alguna que otra libertad creativa, quizás en algún tramo carezca un poco de exactitud, pero será mejor así.
Originalmente los Necrones no eran Necrones, sino Necontry, seres de carne y hueso. Pero se cansaron de serlo, ya sabéis estar vivo es una lata. Hasta que un buen día se encontraron con los C’tan, dioses primigenios, devoradores de estrella, con los que firmaron un pacto. De este modo, los C’tan cogieron a los antiguos Necrontyr de carne y hueso y los convirtieron en Necrones. Y no solo cambiaron “Try” por “es”, de hecho, su cambio de nombre fue lo de menos, ahora eran de metal, lo que molaba mucho más. Pero…
Sí, ser un Necron tiene cosas buenas, vives eternamente y te ahorras un dineral en papel higiénico, pero, y había un gran pero, aparte de que muchos perdieron la cabeza en la trasformación, los que quedaron cuerdos se sintieron vacíos, añoraban muchas cosas buenas de estar vivo, ya sabéis, comerse una buena hamburguesa, hacer algunos ritos en la cama en honor dios Slaanesh (como el rito del tigre, o del misionero, por ejemplo), mear tras estar un par de horas aguantándote en el cine, cosas de esas (en serio hay mejor placer en el mundo que descargar un minuto antes de que fuera a estallarte la vejiga). Por todas estas razones, y algunas más, pero sobre todo por la ultima, los Necrones se cabrearon con los C’tan. Pero los C’tan eran devoradores de estrellas, así que sabiamente decidieron esperar antes de hacer cualquier locura.
Tras una larga guerra contra los ancestrales, los Necrones vieron la oportunidad que habían estado esperando, y traicionaron a los C’tan, aprovechando que estos se encontraban agotados y debilitados por la larga guerra. Pero cuando fueron a matarlos, descubrieron que no podían, eran demasiado poderosos para ello, así que en un acto que fue la envidia del propio Jack el Destripador, los partieron en miles de pedazos a los que llamaron fragmentos, los cuales encerraron y esclavizaron.
Después de tan arduo trabajo, tocaba descansar, hacer una pequeña siesta de unos cuantos millones de años.
En la Herejía de Horus, nos encontramos en esta situación. Los Necrones aún están durmiendo tranquilamente, esperando y los C’tan son ahora sus siervos.
La sierpe de plata.
En la Herejía de Horus encontramos dos fragmentos de este C’tan.
Por una parte, tenemos a Asirnoth, la Sierpe de Plata. Esta era una criatura que habitó en Medusa, en la Tierra de las Sombras, un lugar extraño, lleno de ruinas xenos antiguas, que se especula, podrían ser, ruinas Necron.
El caso es que Asirnoth tuvo la mala suerte de que justamente, Medusa, fuera el planeta donde cayó uno de los primarcas mas cabezones, Ferrus Manus.
Y tuvo además doble mala suerte, porque Manus se encaprichó. Cuenta la leyenda que la estuvo persiguiendo durante días, hasta que la agarró y la metió dentro de un río de magma. Como no podía ser de otra forma, los propios brazos de Ferrus ardieron, pero aun así el Primarca aguantó y aguantó (ya os dije que era cabezón) hasta que mató a la serpiente. Ferrus tuvo suerte, pues en lugar de acabar con los brazos chamuscados, la Necrodermis de la criatura se pegó a su piel, y desde ese día, las manos de Ferrus Manus estuvieron revestidas de un metal plateado, flexible, y duró como la propia ceramita. (Moraleja, ahoga a tus enemigos con tus propias manos dentro de un río de lava, tendrás premio, para que digan que warhammer 40.000 no es educativo).
Así que, de alguna forma, y sin obviar otros factores, podemos dar un papel relevante de este C’tan en la formación, nombre y carácter de una de las legiones Astartes. Después de todo no se dirían Manos de Hierro si su primarca no se hubiera encontrado con la serpiente. ¿Los Manos de Carne, quizás? No lo creo, sería un nombre horrible para una legión, no, sería otro, pero no los Manos de Hierro.
Hay que añadir, además, la posible influencia que pudieran ejercer estos restos sobre Manus y sus camaradas. Es posible que este fragmento del Dragón del Vacío pudiera influir en los conocimientos tecnológicos del Primarca, así como hizo el fragmento que se hallaba en Marte con sus habitantes. Por lo que, sin obviar otros factores importantes, en parte, el C’tan influyó en el carácter ultra tecnológico de la legión.
El Dragón de Marte.
La participación de Mag’ladroth no acaba aquí, y es que encontramos otro de sus fragmentos en las novelas e historias de la Herejía de Horus, y no uno cualquiera, sino uno que llegó a la mismísima tierra, durante el Imperio Romano.
Resulta que el Emperador se enfrentó al fragmento como una de sus muchas identidades pasadas, como un soldado al mando del emperador romano Diocleciano. Y no solo se enfrentó a él, sino que lo venció, y lo apresó en algún lugar de la tierra, hasta que pudo llevarlo a Marte. Tal decisión no fue azarosa, sino que él Emperador lo llevó al planeta rojo, y no a otro, para que la esencia del C’tan enjaulado influyera en las mentes de los habitantes marcianos, y con el tiempo, los llevara a ser la civilización ultra tecnológica que es en la actualidad.
Este ser se ha encontrado desde entonces enjaulado en el Noctis Labyrinthus, influyendo a lo largo de los siglos en las mentes de los habitantes de Marte. En la propia novela “Mechanicum”, de Graham MacNeill, podemos ver está influencia en la mente de Dalia, en forma de una sorprendente agudeza mental, capaz de comprender y ver todo tipo de relaciones mecánicas complejas, sin que las hubiera aprendido previamente.
Gracias al tiempo prolongado que el dragón ha estado en Marte, su influencia ha constituido una pieza calve, sino decisiva, para la creación del Mechanicum y su culto al Dios Máquina tal y como lo conocemos hoy en día.
Como dato curioso, el Dragón de Marte es custodiado por un guardián, quien se encarga de vigilarlo e impedir que escape. Para tal tarea, el Emperador dio una parte de su poder al Guardián Original. Como esta casta todo y ser sabios y psíquicos de gran poder, no pueden vivir eternamente, van pasando el poder del Emperador al siguiente, para que pueda realizar tal tarea.
Conclusión.
En resumen, la intervención de los Necrones, y más concretamente de este C’tan, durante la gran cruzada y la herejía es sutil, pero relevante, muy relevante. De hecho, por lo que podemos leer en “Mechanicum” su relación con el Culto a la Máquina es muy estrecha y determinante, hasta el punto que podemos afirmar que dicha facción le debe mucho a este C’tan.
La influencia sobre los Manos de Hierro es más anecdótica, pero no por ello menos interesante.
Sin duda un C’tan peculiar y muy interesante. Me muero de ganas por saber que dirán de él en el nuevo Codex Necron.
Me fascina absolutamente el trasfondo de los Necrones. No soy un experto en su trasfondo, pero me parecía muy poético lo del Dragón huyendo intacto y ocultándose en Marte, esperando venganza. Les daba a los necrones un enemigo «interno» en su propia historia, un recordatorio de sus guerras ancestrales y un auténtico peligro si llegaba a despertar. A Marte le daba también un misterio super chulo. Que ahora el Dragón sea un mero fragmento controlable lo hace menos interesante para mi gusto, algo más anodino y «normal». La mini me gusta, pero me sobran todos los rayos y tantos detalles (me gusta la imagen de los C’tan como humanoides de metal plateados estilo Silver Surfer). A veces es mejor sugerir que enseñar!
Lo que me dolió el cambio de trasfondo de los necrones, precisamente por su implicaciones en torno al Dragón… Tener en Marte durmiendo a un dios comeestrellas, del que además depende toda la tecnología del Imperio y es adorado como tal por quienes custodian esta tecnología, que en cualquier momento puede despertar con hambre y comerse EL SOL (o sea, adiós Imperio) era algo que molaba mucho.
Saludos! llevo años entrando por aquí y me he sentido tentado de inmiscuirme-introducirme en los insignificantes asuntos-conflictos de las cosas-humanas… pero esto ha llegado a mi corazoncito de rata-necron…
Todas las dinastías que osen pretender haber esclavizado a los auténticos dioses de la galaxia deben ser consideradas como heréticas; muy pocos recordamos la gloria y magnificencia de aquellos que nos otorgaron la bendición de la necrodermis y a los cuales debemos servir para el resto de la eternidad; el Dragón, El Extraño y los dos hermanos más conocidos jamás han sido ni podrán ser esclavizados por una raza tan humildemente inferior como la nuestra a la que ellos protegieron e hicieron grande; rompo una lanza por aquellas ramas dinásticas que aun respetamos la vieja fe y tememos a nuestros dioses. No aceptamos al rey silente ni el falso triunvirato. Los dioses prevalecerán, y la galaxia será nuestra para servírsela, incluída esa pretenciosa humanidad y su dios cadáver; pero sobre todo los traidores al juramento. Larga vida al Sultán de Marte! Gloria al Extraño y sus misteriosos designios! Salve al Mensajero portador de noticias funestas! y por supuesto arrodillémonos ante la muerte encarnada; la voluntad del universo que trae la auténtica noche eterna consigo.
me gusto mucho la historia del c’than, tanto la vieja como la nueva cada una tenia su «cache»