Saludos, queridos lectores.
Acabo de terminar de escribir el Sr Nehek de este mes, dedicado a los Hombres Bestia. Así que ya sabeis de que va a ir este mes el Sr Nehek. Dentro de poco voy a tener que inventarme algo nuevo por que se me acaban los ejercitos. Quizás me pase al 40k o a Warmachine… o no.
La cuestión es que me ha parecido adecuado hablar un poco de los hombres bestia en sí mismos. O más bien de sus homónimos en el mundo real ™: los sátiros.
Los sátiros son espíritus del bosque, criaturas de la mitología griega que encarnan a la naturaleza.
Normalmente consideramos a la naturaleza como algo benigno y protector, y hasta cierto punto es cierto. La naturaleza (entendida cómo concepto divino) da la vida y alimenta a sus hijos. Sin embargo hay un aspecto que normalmente en nuestra sociedad actual no contemplamos: el salvajismo. La naturaleza no es benigna y ni mucho menos protectora. La naturaleza es imparcial y justa en su crueldad, la naturaleza da la vida y la quita, da alimento sí, pero podrías ser tú el alimento de otro. La naturaleza es algo que el ser humano hecha de menos en la artificialidad de la urbe, pero a veces nos olvidamos que la urbe nació para protegerse, en parte, de la naturaleza.
Este rollo viene a que el concepto de sátiro no es el que muchos se imaginan. El sátiro es un ser que viene a recordarle al ser humano sus instintos más arraigados. Su forma es mitad hombre y mitad animal (aunque en un principio eran representados simplemente por ancianos muy feos). El sátiro es una fuerza de la naturaleza y por tanto es salvaje. No tiene ni idea de las costumbres de la civilización, de ahí su apetito sexual desmesurado que no tiene el freno de la razón. También se le representa como un músico danzarín, despreocupado de cualquier preocupación humana. Además se les asocia con Dionisio, dios del vino. Dionisio es un dios muy particular junto a Atenea. Son hijos de Zeus y, en principio, no tienen madre. Mientras que Atenea, toda sabiduría y razonamiento, nació de la cabeza de Zeus, Dionisio nació de su muslo, lugar de bajos instintos en contraposición a la cabeza.
Si tuviera que imaginarme un ser de estas características mínimamente realista… sería un hombre bestia. Los gors son animales con manos, y con cierta capacidad de comunicación entre sí y de organización. Son seres humanos que han perdido la fina capa de civilización. Por eso me gusta esta representación del hombre-bestia, tan adecuada.
Lo único que me sobra de los hombres-bestia es precisamente el Caos. Los veo más afines a un ejercito de elfos silvanos que a un ejercito del caos. Pero claro, eso ya es cuestión de gustos. Otra de las asociaciones que se les da a los Sátiros es con el dios Pan, dios de la naturaleza salvaje y miembro de la corte de Dionisio, a quien seguía en costumbres. Hasta el punto que hoy en día se le atribuyen a los sátiros las mismas costumbres de perseguir ninfas con más que dudables intenciones que tenía Pan. Pan es la viva imagen de Orion de Lorien, si quitamos su apetito sexual: señor de la naturaleza salvaje, cazador y especialmente colérico e irascible cuando era despertado.
De Pan pasamos al Fauno. El fauno es la versión romana de Pan, que al parecer adquirió la forma de los sátiros. Cerrando el circulo de hombre-animal y dios de la naturaleza y del cual parece haber heredado su estética los hombres-bestia. El Fauno a diferencia de Pan y de los Sátiros tiene mucho más marcada su naturaleza animal, exagerando sus apariencia de cabra.
Así que si algún dia os encontrais con un gor, ofrecedle una copa de vino y a lo mejor os deja en paz. El único problema es que a lo peor llama a sus amigos centigors para que aprovechen la barra libre.
Hasta otra.