Saludos a todos.
Desde hace tiempo tengo ganas de escribir este artículo y, lo que al final me ha empujado a hacerlo ha sido parte del debate que se ha desatado en los comentarios de los artículos escritos por los compañeros Daradriell, David y Namarie sobre los distintos juegos de fantasía medieval tipo Warhammer que se pueden encontrar por ahí.
He constatado que muchos de nuestros lectores -y comentadores- tienen una opinión muy negativa hacia la faceta competitiva con la que muchos jugadores se toman juegos como warhammer (o similares), al considerar que este estilo de juego es la antítesis de lo que debería ser una partida sana y divertida. Vaya por delante mi total respeto a los lectores que opinan así; como ya he dicho varias veces, nadie puede decirte cómo jugar a TU juego, y yo no estoy aquí para hacer tal cosa.
Mi motivación es hacer llegar a nuestros lectores otra visión de este estilo de juego, en el que muchos sí que nos sentimos muy cómodos. No pretendo evangelizar a nadie: entiendo que ya somos mayorcitos para saber lo que nos divierte y lo que no. Pero me parecería una lástima que alguno de vosotros pudiera hacerse una idea demasiado negativa acerca del juego competitivo si sólo escucha la opinión de los detractores de este particular mundillo.
He escrito el artículo con warhammer en la mente, aunque supongo que mucho de lo que pone creo que puede aplicarse a cualquier juego. Escribo exclusivamente desde mi experiencia, y probablemente encontrarás falta de precisión en algún punto, pero mi intención era transmitir una idea general, más que entrar en detalles técnicos. Me encantará leer los comentarios, pues estoy seguro de que muchos de vosotros podréis apuntar cosas que a mí se me hayan escapado.
INTRODUCCIÓN
Cuando uno juega una partida, está claro que el principal objetivo es pasárselo bien. Es evidente que «pasarlo bien» es un concepto que puede variar muchísimo de una persona a otra, incluso de un ámbito tan relativamente limitado como puede ser Warhammer. Todos tenemos un grupo de personas con las que jugamos más o menos habitualmente, y lo normal es que disfrutemos más jugando con unos que con otros.
Todo jugador puede ubicarse (grosso modo) en algún punto de una escala en la que hay dos extremos:
- En un extremo ubicaríamos al jugador Trasfondístico. Valora sobre todo la historia que está representándose en la partida. Le gusta imaginar detalles profundos, tales como la historia personal del general, la motivación de la batalla, o quizá incluso esté representando un acontecimiento que se dio en la «historia real». Estos jugadores extraen placer de cosas como pintar las tropas conforme a heráldicas bien documentadas, y nunca diseñarían ejércitos que no entren dentro de la lógica de la historia del juego.
- En el otro, el jugador Competitivo, que disfruta midiendo sus habilidades con las del oponente, y superándole tácticamente. Para ellos, la lucha por ganar es la gracia del juego. Ojo, he dicho «la lucha por ganar», no el hecho de ganar en sí mismo. Un jugador Competitivo podría no disfrutar ganando si esa victoria no ha resultado de una partida que haya supuesto un verdadero desafío (por ejemplo, por jugar contra un oponente poco instruido). A la hora de diseñar el ejército, los jugadores competitivos suelen anteponer la eficacia en el campo de batalla de las tropas por encima de cualquier otro detalle: si ese carrocañón de Khorne es bueno, van a incluirlo sí o sí, por más que la miniatura sea una castaña, o que no pegue ni con cola en un ejército mayoritariamente de Slaanesh.
Se trata de una escala, no de una clasificación rígida: cada uno de nosotros normalmente se encuentra en algún punto intermedio, tendiendo más hacia uno de los lados. Yo, por ejemplo, creo que me definiría algo así como 80% competitivo y 20% trasfondístico: puedo disfrutar haciendo un ejército basado en un trasfondo, pero lo que más me suele atraer es darlo todo en la partida para alzarme con la victoria.
Nota importante: cuando digo «darlo todo» siempre me limito dentro de un contexto juego limpio. Hacer trampas es faltar al respeto a tu rival-compañero, y eso es despreciable por importante que pueda parecer la partida que juegas.
VERDADES Y MENTIRAS SOBRE LOS TORNEOS
Jugar con tus amigos o conocidos de un modo más o menos duro es elección de cada uno, pero lo que define de verdad a un jugador competitivo es que acude a menudo a jugar torneos. Si te gusta competir, vas a ir a torneos. Por supuesto, hay torneos de todos los niveles de competitividad, desde los torneos introductorios de la tienda o la asociación del barrio, hasta el circuito que organiza ETC (luego hablameros de esto).
Unas cuantas cosas que puede que no te esperes sobre los torneos:
- La mayoría de los jugadores tiene una sana intención de disfrutar y pasárselo bien, incluso por encima de quién gane la partida. Desde luego, hay de todo; y cuanta más gente acuda a un evento, más probabilidades de que haya estúpidos… como con todo en la vida. Pero, por fortuna, la inmensa mayoría son buenos chicos que quieren disfrutar de su hobby.
- Un torneo es, ante todo, un sitio donde se junta gente (a veces mucha gente) que tiene el mismo hobby que tú. Eso significa que es un buen sitio donde hacer amigos.
- Te sorprenderías de la cantidad de jugadores bastante trasfondísticos que se encuentran en los torneos, incluso en torneos «serios». Hablando con los jugadores, descubrirás que muchos han creado personajes con historia y trasfondo interesante, heráldicas, etc.
- Otro aspecto del hobby que se cultiva mucho en un torneo es la pintura. Siempre hay algunos ejércitos que son una auténtica pasada, y la experiencia puede aportarte ideas y motivación para hacer lo propio con el tuyo. Quizá descubras una marca que no conocías, o una conversión que nunca habías visto.
Y también hay algunas cosas que SÍ que son totalmente ciertas:
- En los torneos, el objetivo primordial es ganar la partida, y para ello hay que superar tácticamente a tu rival. En el amor y en la guerra, todo vale, y realmente se llega a ver todo tipo de tácticas que muchos considerarían «rastreras» o «culoduras»: medir los movimientos al milímetro, no dejarte rectificar lo más mínimo, «olvidar» ciertos detalles o reglas especiales negativas para cierto momento de la partida… Todos estos aspectos farragosos vas a verlos de vez en cuando en las partidas en los que la gente se juega algo.
- Un tema especialmente desagradable: en las partidas competitivas hay que andarse con ojo para que no te hagan trampas. No digo que los jugadores competitivos sean todos unos tramposos, pues sinceramente no me he encontrado más que algunos casos aislados, sino más bien que los jugadores sin escrúpulos pueden tener más motivación para hacer trampas en una partida en la que se juegan algo.
- Hay gente que se pone muy nerviosa en los torneos. Y cuando estamos nerviosos, hacemos tonterías, nos ponemos más irritables de la cuenta, o parecemos más estúpidos de lo que realmente somos. También es cierto que muchas de estas estupideces terminan inmediatamente después de contar los puntos de victoria, con los ánimos más calmados.
- La gente que va a torneos «afila» listas. Una lista afilada es aquella que encuentra una combinación que tiene una ventaja clara, aunque sea injusta, o incluso totalmente ridícula. A veces se llega a abusar de fallos tipográficos o errores de traducción. Por fortuna este punto se reduce bastante cuando se usan ciertos reglamentos óptimos para torneos (The Ninth Age y Kings of War, por ejemplo), pero en la época de Warhammer octava (y anteriores) estaba a la orden del día.
ETC Y THE NINTH AGE
ETC (¿alguien me puede decir qué significan las siglas? XD) es como se conoce a la principal asociación de jugadores que velan por el juego organizado de lo que siempre había sido Warhammer. Los torneos ETC encarnan realmente lo que es el juego competitivo warhammero; ahí es donde encontrarás a los jugadores más competitivos, y muchos de ellos tienen una dedicación casi profesional al asunto.
El circuito ETC en España comienza por los TOE: se hacen varios clasificatorios por toda España, en cada uno de los cuales se otorga una o dos plazas para la gran final, que suele ser en Madrid (este año es en Aranjuez). Se trata de competiciones por equipos (lo veremos más abajo).
La asociación ETC existe desde hace bastante tiempo, y la mayor parte de su andadura se ha desarrollado con las ediciones oficiales de Warhammer. Warhammer octava edición tenía una serie de problemas como juego para competición. Entre las reglas básicas había muchas que dejaban demasiado lugar a la interpretación, como por ejemplo la línea de visión real, o las dispersiones de las armas de plantilla. Luego estaba el tema de las cosas (unidades, reglas especiales, combos de objetos, hechizos…) demasiado poderosas, que hacían un poco absurdo el juego competitivo. Por todos estos motivos, mucha gente siempre ha opinado que warhammer no era jugable en «modo competitivo».
ETC abordó el problema elaborando una serie de parches llamados «drafts» (no me preguntéis por qué XD). Cambiaba sólo algunas cosas del reglamento básico, como la comentada línea de visión real, los terrenos misteriosos y algunos objetos mágicos como Fortaleza chunga aquella. También incluía cambios en los ejércitos, limitando las opciones más poderosas, y prohibiendo el uso de personajes especiales.
Lo cierto es que estos ajustes funcionaban realmente bien en para el propósito que perseguían, y la prueba es que los torneos del circuito siempre gozaron de buena afluencia, e incluso bastante gente usaba las reglas de ETC para sus partidas casuales. Una de las críticas más habituales hacia el juego competitivo de warhammer es que «warhammer no estaba pensado para torneos, y por lo tanto no funcionaba». Es una afirmación bastante ridícula, que no se corresponde con la realidad. Warhammer se ha usado para torneos competitivos durante muchos años, y hablamos de eventos con una gran afluencia de personas que repiten una y otra vez; para todas esas personas, es indudable que el juego «funciona» para torneos. Por supuesto, esas personas probablemente disfrutan de su juego de una forma muy distinta de lo que lo hacen otras, ya véis: volvemos a la discusión Trasfondístico-Competitivo. Pero esto es, en mi opinión, una de las grandes ventajas de este juego: cabe mucha gente y muy distinta, así que un día puedo ir a un torneo muy duro a luchar «a cara de perro» por cada lance del juego, otro día puedo quedar con mis amiguetes en el club para recrear el asedio de Altdorf en una épica (¡y absurda!) batalla de 36.000 puntos por bando, y otro día distinto puedo invertir la tarde en darle 7 capas de luces a la armadura de mi general. Todas las opciones son igual de sanas y respetables.
Pero volvamos al tema, que me pierdo. En estas, llegó la muerte de warhammer, el fin de los tiempos y todo aquello. De la noche a la mañana, toda esa gente a la que le gustaba competir en warhammer se había quedado huérfana… y era mucha gente, así que estaba claro que algo había que hacer. Se contempló la posibilidad de continuar con el reglamento de octava, cambiar a AOS o incluso a Kings of War, pero todas esas opciones se desecharon: AOS es un juego demasiado distinto del warhammer al que todos estábamos acostumbrados, y no estaba diseñado para competición de ninguna forma. En cuanto a Kings of War, en un momento dado estuvo a punto de ser elegido como sucesor de warhammer para ETC, pero al final se desechó porque a esta gente en realidad lo que le gusta es warhammer, con todas sus ventajas e inconvenientes. Sólo quedaba una opción: hacer una novena edición que se adaptara a las necesidades de la organización. Y así llegó The Ninth Age, a la que nos gusta llamar símplemente Novena.
Uno de los objetivos era tener un reglamento mejor para su uso en torneos. Como podrás comprobar, el reglamento de Novena está escrito de un modo muy práctico y preciso. Aunque también hay una versión «en bonito», la que posee la mayoría de jugadores es la «práctica». Tanto es así que mucha gente considera que el estilo técnico y austero del reglamento le resta «sabor» al juego (sus detractores le tachan de «carente de alma» y «gris»). Pongamos un ejemplo de lo que digo. Pongo la regla especial terror tal y como reza en el reglamento de warhammer octava edición y luego la versión del documento de La Novena Era en español:
- Terror: Cuando una unidad que contenga una o más miniaturas con esta regla especial declare una Carga, el objetivo debe realizar un Chequeo de Pánico. Si lo falla, deberá Reaccionar a la Carga con Huir, en caso de que pueda hacerlo. Además, las miniaturas que causan Terror también causan Miedo, y serán inmunes al Miedo y al Terror.
Es evidente que la segunda redacción ocupa menos espacio (importante para llevar un manual más pequeño encima, y más barato de imprimir), se lee más rápido (importante para no perder demasiado tiempo en medio del fragor de una batalla) y genera menos confusión (importante para tener una partida limpia y fluida). Este tipo de cosas contribuyen a que el reglamento de The Ninth Age sea más adecuado para el juego competitivo de lo que nunca fue el de ninguna edición oficial de warhammer.
Queda claro, y justificado, que el mundo competitivo warhammero pasa por el sistema de reglas de The Ninth Age (por supuesto que también está Kings of War, pero ese es tema de David… yo no lo zepo). ¿Quiere esto decir que el reglamento de Ninth Age sólo vale para jugar torneos y partidas competitivas. Mi opinión es un rotundo no. Una vez más: tú puedes jugar como te dé la gana, y también puedes cambiar las reglas que no te gusten. ¿Los Enanos mueven más de la cuenta porque marchan triple? Mueve doble, que también es perfectamente legal. Lo que quiero decir con esto es que los grupos de jugadores principalmente trasfondísticos nunca son un problema para los diseñadores de juegos, ya que no buscan combinaciones retorcidas de las que abusar. El hecho de que en un reglamento no las haya, o haya menos, no debería afectar para nada a estos jugadores, en mi opinión.
TORNEOS POR EQUIPOS
Los torneos por equipos son cada vez más populares en nuestros días, en gran parte por ser el sistema primordial de los torneos ETC en España. Jugar por equipos tiene una serie de ventajas:
- La piña. Formar parte de un grupo de personas, normalmente amiguetes, que van a colaborar y esforzarse por un bien común, es todo una experiencia gratificante. Y no hablo sólo de la partida, sino también de la preparación de la lista, el viaje al torneo, las pausas entre partidas, recoger los premios…
- Este sistema tiende a equilibrar el juego en general. Dado que no se puede repetir raza en el equipo (es decir: sólo puede haber un Enano, un Imperio, un Skaven, etc), debe existir obligatoriamente cierta variedad. Y todo ejército, por poderoso que parezca, tiene su forma de ser contrarrestado. Se forma un efecto de piedra-papel-tijeras, de manera que los equipos suelen diseñar su plantilla según los roles que deban cumplir, y luego tratar de forzar unos emparejamientos provechosos para sus intereses.
- El resultado final del torneo suele ser más justo que en los individuales. Un jugador individual puede tener suerte, pero es muy difícil que ocho jugadores tengan todos tanta suerte.
Desde luego, también tiene inconvenientes:
- Si no puedes encontrar un equipo, no vas a poder ir a un torneo. Esto puede resultar problemático para jugadores de ciertos sitios en los que el juego no sea tan popular. Siempre puedes meterte en los foros e intentar ocupar una plaza en algún sitio (y así socializar, de paso), pero desde luego los torneos individuales no tienen este problema.
- Hay algo en el juego por equipos que fomenta aún más la competitividad, y a veces se llega a límites que no deberían alcanzarse. No sé, es como si los jugadores estuvieran luchando por algo más importante que su propia victoria, y ese extra de motivación a veces resulta demasiado para ciertas personas. Por fortuna, es un mal que se suele solucionar con el tiempo y la experiencia: a medida que el jugador se va curtiendo, suele mantener la calma con mayor facilidad.
Como ya he dicho más arriba, en España se organizan TOEs muy a menudo. Los equipos para estos torneos están compuestos por 8 jugadores, y también hay un capitán (puede ser un jugador) y puede haber uno o más «coach» (una especie de consejero al que se puede consultar bajo ciertas circunstancias), e incluso puede haber suplentes. A cada clasificatorio suelen concurrir unos 16 o 18 equipos, y los mejores de ellos pasan a la final, donde se decidirá qué equipo irá al Internacional. Este torneo es, probablemente, el más competitivo y profesionalizado de todos los que existen. El año pasado, el equipo español (Custodes) hizo un papel increíble, incluso con posibilidades de alzarse con la victoria final hasta casi la última ronda del torneo (si alguno de sus miembros está leyendo esto, desde aquí mi más sincera enhorabuena). Si echáis cuentas, en cualquier clasificatorio TOE hay unos 180 participantes, más los árbitros, los espectadores, los vendedores de bocatas y cocacolas, y los dueños de las tiendas del lugar (que muchas veces montan un pequeño puesto de venta)… Es realmente una convención friki-warhammera muy llamativa.
Una de las cosas que más chicha tienen de los torneos por equipos es el tema de los emparejamientos, y me parece interesante explicar cómo funciona el tema. Primero se determina qué equipos se enfrentan entre sí, normalmente mediante el llamado «sistema suizo» (la primera ronda al azar, y a partir de ahí los equipos se emparejan por orden de puntuación, de forma que los mejores se enfrentan con los mejores, sin poder repetir emparejamiento). Una vez determinados los enfrentamientos de los equipos, los capitanes de ambos equipos se juntan para hacer los emparejamientos de los jugadores integrantes de ambos equipos. Estos emparejamientos se deciden mediante un «juego de cartas».
- Ambos capitanes ponen una carta boca abajo, y le dan la vuelta a la vez.
Ejemplo: el equipo Team Cryer pone su carta de Enanos y el equipo Custodes pone Imperio.
- Cada capitán da dos cartas al oponente para enfrentarlas a su carta. Igual que antes, estas dos cartas se colocan en la mesa, boca abajo, y se desvelan a la vez.
Team Cryer considera que para enfrentarse al ejército que ofreció Custodes (Imperio), les conviene ofrecer Orcos y Hombres Bestia. A su vez, Custodes piensa que para enfrentarse a lo que ofreció Team Cryer (Enanos), les conviene ofrecer Altos Elfos e Imperio.
- Cada capitán elige cuál de las dos opciones que les han ofrecido prefiere.
El equipo Custodes prefiere elegir para su Imperio a los Hombres Bestia y el equipo Team Cryer prefiere enfrentar a sus Enanos con Altos Elfos.
- Las cartas de los ejércitos no seleccionados vuelven a las manos de los capitanes propietarios (cada uno cuenta ahora con 6 cartas) y ya han quedado establecidos dos emparejamientos.
Tenemos Enanos-Altos Elfos y Hombres Bestia-Imperio. El equipo Custodes recupera su carta de Imperio que no ha sido elegida, y el Team Cryer recupera su carta de Orcos.
- Se repite el proceso otras 3 veces. Llegados a este punto, quedarán 4 cartas en mano de cada equipo, y habrá 4 emparejamientos preparados. Ahora se continúa como antes, pero con una diferencia: de los dos posibles enfrentamientos ofrecidos, la carta que no se elija se enfrentará con la última carta que queda en mano.
En la última ronda, Custodes pone Hombres Lagartos, y el Team Cryer le ha propuesto como emparejamientos Ogros y Elfos Silvanos. Custodes tiene aún guardada en mano la carta de Imperio (recordemos que le fue devuelta al principio, ya que no fue emparejada). Custodes elige emparejar a Hombres Lagartos con Ogros, y los Elfos Silvanos (no elegidos) se enfrentaran al Imperio (en mano). Podría haber optado por emparejar a sus Hombres Lagarto con Elfos Silvanos y Ogros (no elegidos) con Imperio (en mano).
- En resumen, hay tres rondas de emparejamientos que siguen una mecánica similar. En cada ronda se emparejan 2 enfrentamientos y, en la última ronda, las cartas que quedan se emparejan automáticamente (las «no elegidas» con las «en mano»).
El juego de cartas es lo típico que es muy difícil explicar pero muy fácil de hacer. Dicho de otra forma: por escrito parece muy lioso, pero, una vez lo veas, te enterarás enseguida.
Como ya he dicho, el tema de los equipos es la principal gracia (o defecto) de este tipo de torneos. Decidir la composición del equipo, qué ejércitos van a cumplir qué roles y, por lo tanto, la lista de ejército concreta de cada jugador según el rol que debe desempeñar, es la clave del devenir del equipo en el torneo. En términos generales, se suele hablar de tres tipos de listas:
- Listas «escudo»: la idea de estas listas es que sea muy difícil hacerles puntos, aunque sea a costa de sacrificar su capacidad ofensiva. Están diseñadas para sacar un empate. Son las que se suelen sacar en primer lugar a la hora de emparejar, ya que suelen ser las más estables.
- Listas «espada»: estas listas son mucho más arriesgadas. Son capaces de hacer un gran resultado a favor, pero mal emparejadas pueden recibir fácilmente una derrota aplastante.
- Listas «de control»: una especie de híbrido que puede funcionar de alguna manera como espada o como escudo, en función de las circunstancias.
Bueno, eso es lo más básico del mundillo de los torneos ETC por equipos. Pero no todo el mundo competitivo warhammero en España está centrado en ETC, ni tampoco todo es por equipos. También hay torneos ajenos a esa organización: individuales, por equipos de 8 o incluso por equipos de 4. Los más famosos son los Regionales. El que más conozco yo (por motivos obvios) es el andaluz. Es un torneo individual, en el que hay normalmente hay 8 plazas para cada provincia (en cada provincia se suele hacer un clasificatorio previo para ver quién obtiene plaza). El Regional de Andalucía, aunque es competitivo, es muchísimo más distendido que un TOE, y probablemente supone un buen punto de partida para cualquier jugador que quiera probar cómo es el entorno competitivo sin meterse de directamente en lo más difícil.
CONCLUYENDO…
Con este artículo espero haber despertado vuestro interés, o al menos vuestra curiosidad, en el mundo competitivo warhammero. Competir es otra forma de disfrutar de nuestros juegos favoritos. No es la forma ideal de todo el mundo, pero sí de muchos de nosotros. Al final, todos somos una comunidad de jugadores con intereses comunes, seamos más o menos competitivos. Lo voy a expresar de otra forma: el hecho de que exista cierta cantidad de jugadores que demanden productos del hobby para jugar torneos puede dar lugar a que cierta empresa produzca, pongamos por ejemplo, unas excelentes miniaturas de Enanos Martilladores, y que serán una delicia para que un aficionado a la pintura los compre, por más que no piense tocar un torneo ni con un palo. El hecho de que exista el juego organizado competitivo que existe en torno a The Ninth Age es un aliciente más para que mucha gente tenga interés en este juego, y eso no puede más que beneficiar a toda la comunidad, incluso a aquellos jugadores con intereses en otra edición, no importa que sea 6ª, 7ª, 4ª o incluso KoW, siempre tendrán en común que van a poder usar casi la misma gama de miniaturas.
Bueno, hasta aquí mi artículo. Espero que os haya interesado, y me encantará leer vuestros comentarios. Vuelvo a recalcar que la intención de este artículo es proponer una experiencia, a mi juicio bastante enriquecedora, a aquellos lectores que hasta ahora no la conocieran demasiado bien, o sólo hayan recibido referencias de gente con una otra opinión más negativa.
Más información en: ETC-Spain – The Ninth Age
¡Permaneced atentos a Cargad!
Yo empecé a jugar con 3a hace hace ya un tiempo 🙂 y con el grupillo de gente con la que solía jugar, adaptamos un sistema de «liguilla» sacado de uno de los libros de Realm of Chaos donde se explicaba como evolucionar la facción de un paladín del Caos (añadiendo tropas, objetos, etc… de ejercitos vencidos en combate)
Años más tarde en la WD publicaron algo parecido, «La senda del elegido»
Nos gustaba mucho porque permitia partidas rápidas y al ser bastante limitado en puntos no daba pie a listas «durillas»
Buenas! Me gustaría dejar mi opinión al respecto. Yo también llevo tiempo pensándolo y nunca me había animado a compartirla.
Mi opinión dista bastante de la tuya en este tema. Verás, llevo en 40k veinte años, cuando empecé, a los que hoy os llamáis competitivos, los llamábamos culoduro.
Bajo mi punto de vista, los culoduros, os habéis autoproclamado competitivos, pero nada más lejos de la realidad, la realidad es que no sois competitivos, hacéis listas muy fáciles de utilizar y buscando la ventaja antes de ni siquiera desplegar el ejército, al igual que culoduro suena mal, y lo habéis cambiado por competitivo, lista para mancos, o autoplay, las habéis llamado listas duras.
Dices que buscáis un combate interesante e igualado, y por eso vais a torneos. Mentira, buscáis cualquier ventaja que podáis encontrar en el codex, precisamente para evitar un combate igualado, y tener la partida ganada antes de empezar.
He visto muchos más jugadores realmente competitivos jugando listas genéricas, que jugando listas para mancos. Esos sí que se aseguran de diseñar una partida equilibrada.
No te equivoques, eres un culoduro, no competitivo, evitas el combate igualado, y tu lista no es afilada, es facilona.
No me metas perdigones en el café, y me digas que es azúcar.
@Santiago Campos Soriano: la principal idea que quiero transmitir con el post es que nadie te obliga a ser culoduro como tú lo llamas, ni tampoco deberías criticar tan despectivamente a quienes entienden tu hobby de forma distinta, porque al final todos estamos en el mismo barco.
Una pregunta: ¿alguna vez has probado listas de esas que te parecen tan sencillas? Cuando sales de tu círculo de confort, tus amigos habituales que ya más o menos sabes lo que juegas, las posibilidades se multiplican y ganar la partida no es ni mucho menos tan fácil como pareces verlo.
Pero bueno… ojalá me enseñaras una lista autoplay de esas. ¡Me encantaría llevarla a un torneo y pasar como el Cid por las mesas!
@Santiago Campos Soriano: no creo que esa forma de expresarte sea muy correcta. Por otro lado demuestras no haber ido a un torneo en tu vida o haber ido y no saber perder.
@Santiago Campos Soriano:
¿Hablas de listas «autoplay» y fáciles de jugar? Está claro que no sabes lo que cuesta llevar una burbuja en Imperio, por ejemplo… Jugar competitivo es más difícil, ya que exprimes tanto las reglas que el más mínimo error hace que la partida se vaya al traste. Pero supongo que ha sido más un error tuyo de expresión que otra cosa. Un saludo.
Es mi opinión, y creo que os habéis ofendido porque os habéis dado por aludidos. No era mi intención menospreciar a nadie. De hecho no insulto a nadie, y desde luego, que cada uno juegue como quiera, pero lo que es, es. Pensad un poco en lo que he expuesto, y ya me diréis si no llevo parte de razón.
Fenixcoria, desconozco esa lista. Pero desde luego, he visto listas, que o juegas con algo preparado contra eso, o no puedes jugar.
A ver, ejemplos que yo recuerde, en su época el príncipe de slaanesh, o la de los dos señores rúnico con fauces, o la de los 7 kaudillos en moto, o el consejo de videntes con 2+ repito y repito. O spam wyverns.
Todas esas listas, partían con ventaja cuando salieron. Madre mía, una vez vi una venomspam, contra una lista sin spam. Y el chaval se atrevía a decir que era muy competitivo. Y yo pensando, si con esa lista me gana hasta mi madre que no sabe ni tirar el dado!
@Santiago Campos Soriano: es cierto que en los torneos a veces te emparejas contra un rival que te viene muy mal, porque tu lista carece de las herramientas para hacerle frente. Ante esto, lo que hacemos es:
1) Aunque sabemos que no vamos a ganar, tratar de rascar unos puntillos. No vas a ganar, pero tampoco tienes que perder de paliza. Puedes utilizar tus tropas ligeras para entretener o desviar su mega-unidad invencible, puedes esconder tu dragón de los cañones detrás de una casa, o puedes ir destruyendo unidades pequeñitas que te den algunos puntos. Si es por equipos, al final todo suma. Si es individual, siempre te vendrá mejor que perder 20-0.
2) Tomamos nota de lo que nos falta en la lista, para rectificarla y tener mejores opciones la próxima vez.
Ya ves, lejos de ser simple o autoplay, hay muchos matices.
Con esta serie de artículos Cargad ha creado un agujero en la disformidad y ha nacido un nuevo dios del Caos (lo de Slaanesh no fue nada comparado con esto), ¡comentarios al dios de los cometarios! XD
Bueno, ahora en serio, me gusta ver la opinión de los jugadores más competitivos (y toda esta serie de artículos, por cierto falta alguien que habla de Age of Sigmar).
A mi me parece mal que algunas empresas dejen de lado cualquiera de los aspectos del juego, se nota mucho ahora en Warhammer 40k donde los competitivos están totalmente marginados. También se da en otros juegos pero al revés, como Infinity y el ITS, aunque es menos acentuado y los pachangueros no estamos abandonados (tenemos Paradiso y hay misiones del ITS trasfondísticas)
@Santiago Campos Soriano: Culoduro y competitivo no son lo mismo para nada, de hecho hay tantos culoduros entre jugadores trasfondísticos como entre competitivos. Siguiendo la escala Dragus yo sería trasfondístico un 95 % y me muevo más en ambientes pachangeros pero he visto los mismos culoduros que en ambientes competitivos. Decir que has visto jugadores más competitivos por usar listas genéricas no te lo discuto, pero es que hay listas genéricas que son más afiladas que listas autoplay. Por ejemplo una lista genérica de Elfos Oscuros de 7ª es muy dura y puede machacar a listas afiladisimas (o autoplay) de otros ejércitos, y eso en competitivo no tiene gracia ni diversión (a mi como trasfondo me encanta, de hecho estoy preparando una lista ogra para hacer frente a un ejército elfo oscuro dentro de poco)
@Santiago Campos Soriano: desconozco el mundo de 40k, pero supongo que será similar al fantasy de antes.
En el caso que cuentas, el jugador competitivo lo que haría al enfrentarse a eso sería, en vez de quejarse de la injusticia de las reglas, buscar una manera de derrotar a esa lista. Piensa, seguro que algo habrá…
@Santiago Campos Soriano: Todos hemos jugado la lista de Octava, con Saber de Muerte, tirando Sol a seis dados. Pero siempre hay posibilidad de tumbar listas así, o al menos rascarles cosas.
Te pondré otro ejemplo: por muy afilada que sea una lista de Khorne, si no sabes jugarla, la «furia asesina» puede hacer que tus unidades acaben en Orcera vareando olivos.
Incluso te puedo poner ejemplos de otros juegos, como Magic, en los que tener el mejor mazo no sirve de nada si no sabes jugarlo.
Menudo tema mas complicado…yo deje de ir a torneos de infinity por este tema, el competitivismo no me va, jugar con tiempo, que empiece el otro con una lista de dolor… poco divertido va a ser. Pero he jugado partidas normales, sin presión, y aunque pierdo, ha sido divertido. Yo vengo a aquí a divertirme, a tirar unos dados y unas risas… lo peor que me ha pasado es encontrarme un «competitivo», que retorciera una regla, lo discutieramos y el arbitro le diera la razon (luego en casa cogi reglamento, lo lei y tenia razón pero bueno). Desde aquel momento, a los torneos voy con cuentagotas. Obviamente, esto es solo una opinion…
@eldevorador detorreznos: esa situación que pones también te puede pasar en una partida de parchís un sábado por la tarde en tu casa, si el que juega contigo es de esa clase de persona.
Ir a un torneo implica conocer a gente distinta, salir de tu zona de confort. Puedes conocer jilipuertas, y también estupendas personas… Como en cualquier actividad social.
Me pasa la mismo que a otros compañeros.
No me gusta nada jugar contra alguien que se denomina competitivo.
Yo juego para jugar. Para divertirme.
Para pasar tres o cuatro horas de mi vida (que me cuesta sacarlas un esfuerzo terrible) sufriendo a un tipo que viene a ganar (se disfraza como se quiera pero suele ser así), prefiero hacer otra cosa, como pegarme ladrillazos en un pie.
Yo de torneos solo conozco el Magic, pero seguro que es extrapolable.
En Magic los tipos de jugadores se clasifican en tres y lo de jugadores casual o kitchen tablet está muy presente.
Discusión más que manida en mi grupo de juego, la conclusión siempre es la misma. Todos los juegos son susceptibles de que en algún momento suceda una escalada de terror hacia el competitivismo. Y al final tu grupo de juego se limita a aquellos con los que compartes tu idea de pasarlo bien.
Los casual nos juntamos y los competitivos se juntan. Cuando nos mezclamos no suele ir bien.
Como veis es todo subjetivo, y después de discutir mucho el asunto, sobretodo con jugadores de combo (vienes a jugar con los amigos y traes combo???), hay que respetar la forma de jugar de cada uno, nadie va a convencer a nadie, hay que asumirlo.
Entiendo la parte de que se lo pasen bien ganando. Pero que sean coherentes y lo asuman, que no se diga que vienes a jugar si lo que vienes es precisamente a no dar opción (a jugar) al contrincante (y peor si es tu amigo!).
Por favor, que nadie se sienta aludido.
Hablo de mi entorno.
Un saludo!
Que no cese la discusión que no va a ningún lado!
No deja de sorprenderme el razonamiento de los que os llamáis «casual»: «juego por jugar, hay que pasarlo bien, respeta mi rollo». Pero luego llega alguien que entiende el juego de otra forma (viene con un mazo de combo, ¡llamad al 112!) y lo tomais como una falta de respeto.
Por lo que estoy acostumbrado a leer en los comentarios de este y otros blogs, veo mucha más intransigencia, acidez y menosprecios en los jugadores casuales que en los culoduros.
Mi opinión va más en la dirección de Santiago Campos. Dejé de competir cuando, llevando enanos, me enfrrente en un torneo a dos listas de enanos puro Gunline y luego un Skaven con decimotercer hechizo potenciadoi hasta la náusea. Que puedes prepararte para esto? Por supuesto. Pero al final resulta que todos optaríamos entre tres ejércitos (uno de ellos el último en ser editado) y dos listas. Poco triste. En mi abundante experiencia, no vi mucha variedad la verdad; y eso es lo que creo que quiere resaltar el compañero.
Me parece bien que el autor defienda la competitividad, pero lo cierto es que poco de eso vi. Padecí listas clónicas, la mitad de las veces con poco respeto al trasfondo (vampiros que se quedan atrás? Hombres lagarto con más bichos gordos que unidades de lagartijos?) y gente afilando la interpretación de las reglas de forma muy, muy partidista.
Supongo que si te va el rollo ese pues hasta puedes disfrutar, pero sinceramente, yo pasarme un día padeciendo listas que ya sé cómo me van a jugar, y apalizar, por que me gusta una lista donde las unidades representan lo que me cuenta el trasfondo de mi libro y donde dependo de una puñetera tirada afortunada para en el mejor de los casos poder igualar las opciones, pues cómo que no.
Evidentemente, cada uno vive Warhammer de la forma que quiera, pero no pretendamos decir que el gris oscuro, casi negro, se parece al blanco porque no es verdad. La triste realidad es que el 87’35% de los jugadores contra los que he jugado era así. Mala suerte? Puede.
Saludos
Te voy a dar una opinión también desde mi experiencia (escasa, para que negarlo) del tema de torneos. No voy a entrar en el tema de afliar listas y eso, si es fácil o no… supongo que como todo requerira su tiempo testar y eso… (o hacer copypaste de internet).
Me voy a centrar en lo que considero importante en mi ocio: el ambiente. Y es que has dado todas esas claves en tu artículo: gente nerviosa, irritable y a cara de perro. Vamos como un trabajo cualquiera. Ese no es un ambiente que disfrute especialmente. Recuerdo una partida de un torneo en la que mi oponente dejo de jurar en hebreo y lanzarme miradas asesinas en cuanto empezó a darse cuenta de que iba ganando . Luego sonrisa estrechar manos y muy amigable. Pero me quede con la sensación de haber tratado con una persona que no merecía la pena, falsa, una persona que si no me hubiese ganado, quizá ni me hubiese dirigido la palabra. Un solo oponente desagradable te fastidia el día. Y tuve la mala fortuna de encontrarme a más de uno.
Al final, valoras estas emociones negativas y el resultado es claro: a jugar con gente conocida, realmente amable y buena gente. Juego casual.
Me diréis que esto no es cierto, y enseñaréis fotos de gente sonriendo en torneos. En las fotos todos sonreimos siempre, aunque estemos pasándolo mal.
El mero hecho que aceptes la posibilidad de que te hagan trampas intencionadamente es para mí algo muy difícil de aceptar en un juego (repito un mero juego) que debe ser de caballeros.
Hablas de lugar de encuentro del hobby, pero me pregunto a veces cuanta gente habrá tenido su primer contacto en un torneo, y al ver el ambiente de gente nerviosa e irritable no habrá vuelto.
Warhammer no es un sistema ideal para torneo, comparado con otros sistemas. Que se hagan torneos no demuestra que sea bueno. (Ahí tienes los torneos de comer flanes, por ejemplo. XD) He jugado torneos de magic, por comparar: las reglas son mucho mas claras, los casos y los eventos están mejor explicados. Es todo mas fino. Hay un cuerpo oficial de jueces, sanciones por trampas…. Curiosamente, esto hace que los torneos de magic sean más tranquilos. (Que si, que tontos en todas partes pero….)
En la pintura, ya sabes que soy un poco talibán de esto. En los torneos se está viendo mucha mini pintada ultimamente por los puntos; y si es cierto que se ven cosas chulas, también se ven muchos brochazos para cubrir el expediente.
Decirte que ninth age, en lo que he podido ver por internet, son el grupo que más gris plástico enseña. Por un lado por que pintar un ejército de fantasy es más trabajoso que uno de 40k. Por otro lado, por que las opciones oldhammer ya cuentan con ejércitos asentados. Incluso Kow os gana, debido a esas posibilidades que dan al modelismo las peanas únicas de regimiento.
Espero que entiendas que esta es mi opinión, mi postura. No me considero un gran transfondista, si no un simple tira dados, al que cuando escucha juntas las palabras «torneo» y «warhammer», le llegan recuerdos poco agradables.
@Pasabaporaqui: hola compañero. Puedo entender muy bien tu postura, todos hemos sentido lo mismo alguna vez. La situación que cuentas era lo que había antes de la llegada de T9A. Si volvieras a jugar ahora, verías que lo de las listas clonicas es mucho menos abundante y que ya no hay discusiones de reglas que no se puedan resolver con el manual (lo de tirar el dado para ver quién tiene razón ya no es necesario).
Sí que sigue persistiendo el mismo espíritu de aprovechar cualquier oportunidad de obtener ventaja, eso viene con el jugador y no lo va a solucionar ninguna regla.
Un saludo.
@Bairrin Irrabofanhavva: hola tío. Entiendo que tu experiencia se limita a antes de novena. Desde que llegó las reglas se parecen a magic en términos de claridad y, como muy bien dices, eso ayuda mucho a mantener buen ambiente.
Sobre lo de los imbéciles de los torneos… Pues sí, haberlos haylos, creo que no lo he ocultado en ningún momento. También he dicho que es como todo: hay buenas y malas personas. Es lo que tiene salir de tu grupillo y relacionarte con más gente, que puedes encontrar todo tipo de personas.
Si eso es suficientemente descorazonador como para que no te merezca la pena, chico, lo lamento. Mi forma de pensar es otra, muchos piensan así y muchos al revés.
Sobre lo de los flanes… ¿cómo puedes decir que ese torneo no sería un espectáculo increíble? XD
Dragus…. Los que jugáis competitivo en novena sois casi los mismos de 8 y 7. Novena tiene muchas cosas buenas. Pero lo que seguro no tiene es la capacidad de cambiar el carácter de las personas.
Yo no quiero perder mi escaso tiempo para jugar partidas contra gente que se comporta o son así. Lo he visto mil veces, y no solo en warhammer.
Por otro lado, mucho quejarte de que nadie puede decirte que no eres warhammero, pero luego bien que vienes a decirle a otras personas como deben de ser los torneos. Estoy harto de esa actitud de los jugadores mas competitivos, de el juego «de verdad» es nuestro. Pues no.
Coincido contigo en ese punto de pesimismo, pero al final, lo pagamos todos. Alguien, algún día, debería reflexionar porque pasamos de torneos donde entraban más de 100 jugadores a torneos de 30 o menos. Quizás una de las respuestas sea esa.
No digo que mis ganas de ganar sean menores que las de cualquiera, pero creo que mi comportamiento general era mucho mejor que la de la mayoría de jugadores con los que me he cruzado. Incluso detalles cómo poner sobre la mesa todo mi ejército, incluyendo unidades cómo los mineros, me han sido reprochadas con sorna por rivales «de los listos». No sé, si las bases del torneo, especifican que mi rival debe identificar mi ejército, poder acceder a mi lista y demás, lo que no voy a hacer es sacarte la «sorpresa» en el turno 3, riéndome yo, pero tampoco tengo que consentir que mi rival me trate con condescendencia por haber sido imbécil poniéndola al principio de la partida.
Ojo, y Warhammer ni tan mal, que al menos en mis tiempos no había premios que te hiciesen sentir «envidia», pero en otros juegos, donde el acceso a determinados premios te da una cierta ventaja en futuras competiciones (por ejemplo, Krosmaster) y donde no puedes conseguirlos de otra forma (mercado secundario aparte), hace que al final todo se reduzca a cuatro listas pugnando por los premios gordos. En fin, que me gusta ganar, pero no a base de copiar lo que ya sé que funciona, y si le unimos el paternalismo de algún jugador que he padecido, pues te quitan las ganas de ir.
Saludos
@Dragus: los torneos de comer flanes son graciosos… hasta que los competidores empiezan a vomitar. Creeme… 😛
A mi lo que se me hace curioso es que en un blog que habla sobre juegos de miniaturas todo el mundo tenga que dedicar los primeros párrafos (en este caso CUATRO) a explicar que es sólo su opinión y que nadie debería ofenderse.
Lo de lo políticamente correcto en España se nos ha ido de las manos totalmente.
Yo sólo quiero comentar una cosa, quien escribió el artículo de Reforged fui yo, David tuvo el detalle de pedir que lo escribiese. Lo digo porque bueno, me tire toda una tarde escribiendo y si se va a mencionar dicho post, que se sepa de quien es la autoría. Además, así no se le achaca mis opiniones a David, pues puede estar o no de acuerdo, y tampoco se le puede hacer responsable de lo que haya dicho. Saludos. 🙂
Tras leer el post comentar que todos los puntos que comentas, de cómo la gente afila las listas al máximo, que intenta buscar el combo más bestial por ganar (aunque se cargue el trasfondo o la propia idea del ejército), de cómo llegan hasta hacer trampras o ponerse irascibles (sobretodo esto último) con tal de ganar un premio (que muchas veces ni merece la pena), son cosas por las que nunca apareceré por un torneo.
Entiendo que haya gente a la que le guste jugar de este modo, pero yo quiero pasarmelo bien representando una batalla en un mundo de fantasía con su lógica interna, gane o pierda. Por simple diversión, y sin jugarme nada. Seremos menos que opinamos así, pero existimos. Y somos otro tipo de jugador (cómo tú bien dices).
Aunque por supuesto, quien disfrute del juego competitivo, adelante. No veo el problema en que disfrutes del hobby de la forma en que más se satisfaga. Y puede que haya quien disfrute de ambas opciones, válido también.
El problema no es jugar torneos o pachangas el problema es la gente y muchos de esos que vam con el cuchillo afilado son subnormales perdon por la expresion. Personas con una vida frustrada que tienen que ganar a cualquier costa para olvidar lo triste que es su vida.
A mi me gusta competir me encatar ir a un torneo y ganarlo si puedo. Pero os aseguro que me lo paso igual de bien si quedo primero o ultimo( aunque nunca he bajado de mitad de tabla) voy a pasarmelo bien y echar 3 partidas en un dia y a pasarmelo de fabula. Llevando una lista echa por mi nada de copiar y pegar en internet.
Y lo mas importante todo eso es posible por que no compito en novena un juego demasiado roto y me he volcado mas hacia el historico donde por norma suele haber gente las sensata.
Y si te has sentido ofendido o dado por aludido lo que pasa es que eres un triste y tienes que ganar pasar subirte la moral jugando listas que has visto a otros
No creo que el tema sea de competitividad, sino del estilo de juego, en este caso, es un estilo basado en las famosas listas.
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Yo dejé de jugar WFB y W40K. Cuando justamente sentí que jugaba contra una lista en lugar de contra una persona. Para ser exacto antes de desplegar ya todo el mundo sabía quién iba a ganar solo por la lista.
Da lo mismo si es competitivo o casual, simplemente los reglamentos se prestaban para ello (o más bien los libros de ejercito/codex).
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Hoy en día por eso me gusta KoW, donde tu oponente es una persona, no una lista o las reglas. Me puedo hacer una lista sumamente temática y las posibilidades de ganar se alteran bastante poco. Por eso mismo me parece que los jugadores que gustan de hacer «listas ganadoras» no les entretiene KoW.
Muchas gracias Dragus y el resto del equipo de Cargad por estos excelentes artículos de análisis.
Me parece muy interesante el punto mencionado en el artículo en el que novena era constituye un excelente armazón para jugar partidas «trasfondísticas». ¿Quieres jugar en novena un escenario donde se incluya una unidad de enanos borrachos defendiendo la taberna de bugman? les ajustas a la baja un punto o dos para darles estupidez y ya esta.
Como jugador trasfondístico veo grandes ventajas en novena y un gran defecto:
– El testeo constante y a gran escala de novena era ha permitido que exista gran equilibrio interno entre las opciones de cada ejército, que todos los ejércitos pueden enfrentarse unos a otros y capar las burradas de 8ª, esto no sucedía por ejemplo con los elfos oscuros de 7ª o con la magia de octava.
– El gran problema de novena era y 8ª es la escala de las batallas, todo mata mucho y en consecuencia se necesitan desplegar más minis para tener partidas jugosas. En ese aspecto me quedo con la de sexta edición mucho más manejable. Este cambio de escala además dificulta poder adaptar suplementos y materiales preexistentes muy buenos como manual de campo para generales o asedio.
Dragus y sus post o en casi todos los post:
-El juego estaba jodido porque GW jodió el competitivo, pero llegó Novena a Salvarlo!!!
*Oye pero a mí no me gusta el competitivo Dragus
-Pero porque no has probado novena era, prueba novena era!, prueba novena era!!
+soy un usuario veterano, no me gusta el competitivo, desde siempre veo que está rodeado por gente de listas autoplay, blablabla…
-Pero porque no has probado novena era, prueba novena era!, prueba novena era!!:
#soy un jugador que probó novena era no le gustó, me pase a XXX que veo que…
-Pero siempre venís los del juego XXX, a hablar de forma negativa de 9th age, me parece fatal sois unos Haters, seguro que jugaste a la actualización 0.0011.0011100.0 de novena, juega a lo último de novena era, juega a lo último de novena era!.
@ilegalrima: Juega a lo que quieras, hamijo… Pero lo innegable es lo innegable; no es lo mismo un Kaudillo Goblin que un Devorador de Almas. Ea.
@Mr. Fenixcoria
La mitad de los espectadores piden penalty, la otra mitad insulta al jugador por tirarse…
Para mi el problema es el que ya expuse en los primeros post sobre este tema: «Para ganar o usas esto que es LO QUE VALE o has perdido». Puse varios ejemplos que conozco mejor como el mundo del LoL, el World of Warcraft y Pokémon. Me parece muy triste que haya miles de opciones que no se usen «porque no son competitivas».
Muchas veces me he quejado a un amigo mío amante del starcraft, de que solo tiene 3 ejércitos y yo querría más variedad (lo mismo me pasa con el warcraft III, que su historia me encanta y me he jugado la campaña 15 veces sin exagerar…pero ni una competitiva). Pero al final entiendo que si el starcraft está pensado para los coreanos competitivos…¿Para qué más ejércitos? Metes tres, los «equilibras al máximo» y vamonos que nos vamos. Y así se ven las partidas la mayoría de menos de 10 minutos…donde cada uno se prepara un ejército y va a por el otro, macrogestionando y microgestionando a tope esa batalla, pero una vez uno pierde «tira el» GG y fin de la partida aunque su base esté intacta.
El total war warhammer lo tengo de salida, tengo todos los dlc de salida, me encanta ese puto juego porque es de warhammer. Pues no he jugado ni una partida online. Solo juego con un amigo mio que ha conocido warhammer gracias a mi y al total war y jugamos partidas temáticas. Yo paso de meterme en el competitivo para que me saquen un spam de orcos negros, y dentro de x parches ese mismo jugador me saque otra cosa que será la que esté rota en ese momento.
Respeto que alguien se divierta así, yo simplemente no me meto a jugar y ya está. Warhammer porque las minis son caras y muchos cuando empezamos no teníamos un duro para tener varios ejércitos. Pero lanzo una pregunta a todos los que lean esto y espero que sean sinceros. De los que se admiten competitivos: Si los ejércitos de warhammer salieran por dos perras, ¿Cuántos cambiaríais vuestro ejército con la salida de un nuevo libro o edición que haga que otro sea mejor en el competitivo?
Como dije en el otro post, en el LoL la gente juega lo que juegan los pros y como lo juegan los pros…en el WoW la gente en cada parche cambia de clase para ir a la top (en esta expansión como subir el arma artefacto es un coñazo de meses la gente está llorando porque blizzard «»»no les deja hacer reroll por la mecánica del arma artefacto»»») y en el total war warhammer la gente va a jugar el ejército roto con la lista rota y la táctica rota según el parche que sea.
Yo en el LoL uso lo que em da la gana gane o pierda, en el WoW llevo con un Druida healer desde que empecé a jugar a la semana de salir la Lich King, en Pokémon uso mis favoritos, sin mega-evoluciones, sin legendarios y si me entero de que mi rival va a repetir algún pokémon mio, pues lo cambio para que nuestros equipos sean diferentes, en el total war warhammer uso a mis elfos silvanos y cuando salgan usaré a los oscuros (mis dos ejércitos de el warhammer real) y siempre usando listas transfondísticas y según la organización de sexta (por ejemplo si uso a los orcos y goblis solo meto una de orcos negros aunque pueda más, salvo que use la «lista de la tormenta del caos de grimgor»)
Me da igual perder 20 veces y ganar solo 1, pero no pienso tocar el «meta-game» a menos que no tenga otra opción.
P.D.: Sin querer picar a nadie ni ofender, pero os dejo una reflexión final: Por supuesto aquí nadie obliga a nadie a jugar de una forma y por supuesto nadie aquí le dice a otro qué es warhammer ni nada de eso…pero ¿Por qué en algún momento dado «alguien» puede llegar a pensar que existe un «»meta»» si se supone que cada uno juega como quiere? ¿No se supone que la expresión «Meta-game» implica que esa es la «forma de jugar»? ¿O por meta se refieren solo a que es «la forma óptima de jugar para ganar»?
Un saludo y gracias tanto por leerme a todos como a todos los que estáis escribiendo todos estos artículos geniales.
@Alfredo Murillo Soto: no hemos hecho mención alguna a aquel articulo. Vinculo otro articulo de David, no el tuyo.
@ilegalrima: vale, tío, está claro que no hablamos el mismo idioma. De verdad, juega lo que te salga y como te salga, no tengo la más mínima intención de convertir a nadie, mucho menos a tí. Para que quede clarito: por favor, ni te acerques a nada que tenga que ver con novena, no te va a gustar. No es para tí, en serio. No pasa nada.
Y creo ni haber dicho una sola palabra en contra de ningún juego, todo lo contrario: todos los sistemas y estilos tienen su sitio en este gran hobby warhammero.
@José Manuel Vázquez Peña: partes de un principio incorrecto. Ya no hay opciones malas en los ejercitos de novena. Puedes poner lo que te guste y será siempre más o menos funcional en el campo de batalla. Sí que hay tropas que combinan mejor o peor con otras, pero el tema es años luz mas equilibrado que en octava y anteriores.
Lo del meta es un efecto de que unas tropas sean especialistas en algo. Si ese algo por lo que sea es lo que gusta en tu zona, esas tropas serán mejores. Suele pasar que al final las tornas cambian.
Por ejemplo, si se ven muchos dragones, la peña pondrá cañones para contrarrestar, lo que hará que la cantidad de dragones baje, y los cañones volverán a ser ineficaces, y así sucesivamente.
@Dragus: Estás hablando de todos los artículos que se han escrito sobre el tema, el mío también formaba parte de la serie. Pero vamos, que no pasa nada.
@Dragus: Estás hablando de todos los artículos que se han escrito sobre el tema, el mío también formaba parte de la serie. Pero vamos, que no pasa nada.
En general creo que se esta obviando el término «competitivo» o se esta asociando mal. Desde mi punto de vista el ser competitivo significa que te gusta ganar, que al menos uno de tus objetivos es ese, ganar a la par que te diviertes (o no) y que suponga un reto y/o «esfuerzo» alcanzar esa meta. Ahora bien, muchas veces «competitivo» y «culoduro» se emplean como sinónimos, aunque no creo que sea del todo acertado, si bien un «culoduro» no puede darse sin espiritu «competitivo» que yo sepa.
Yo me considero una persona muy competitiva, me encanta ganar y haré todo lo que pueda para hacerme con la victoria, pero este hecho no significa que aproveche cualquier resquicio del reglamento, omisión, doble interpretación o lo que sea para que juege a mi favor. Más bien al contrario. A mi lo que me apetece ver es un espectáculo visual de tropas maniobrando y combatiendo adaptandose a los acontecimientos y quiero que mis tropas ganen «representando» precisamente eso. Blasfemaré en 1000 lenguas ignotas, insultaré a medio panteón, se me hincharán las venas de ira etc cuando las cosas no vayan bien o me reiré a carcajadas cuando una gloriosa carga de jinetes de jabalí por la espalda se trunca en la desintegración de la unidad por la dichosa animosidad, pero siempre intentaré no ser un culoduro.
Mis listas siempre han sido blanditas, pero yo metía la unidades/minis que me gustaban. De hecho, soy la única persona que conozco que ha jugado alguna vez con arqueros orcos. La gente me miraba raro, pero oye, a mi me molan.
Sólamente fui a un torneo en mi vida, a principios de octava (con mis arqueros orcos, por supuesto), muy ilusionado yo por ver todo ese ambiente de miniaturas, pintura, ejercitos, intercambio de tácticas y todo eso que parecía desprederse de las WhiteDwarf… Y la ilusión se rompió. Empezando por partidas contra dos jugadores (uno llevaba el ejército y a mitad de la partida apareció un amiguito que le salvó la partida diciendole «haz este combo y aquel»), ejércitos de tres hordas y ya, caras de perro, omisión voluntaria de reglas, cargas fallidas por 2mm (demasiado común incluso fuera de torneos), y el para mí más aberrante, inmoral y antideportivo de todos los comentarios: «Yo no he escrito las reglas». Enchufismos y amiguismos varios entre organización y participantes, premios de pintura a ejércitos a medio pintar ¿en serio? y así un largo etc. Todo eso hizo para mí que desestimase cualquier participación en un torneo futuro y aunque tiempo después estuve a punto de entrar en algún ETC al final la balanza se inclinó a no hacerlo. Supongo que tuve muy mala suerte.
En otros juegos en cambio el ambiente fue muy distinto, como ADM, con gente que jugaba bandas muy afiladas pero donde me daban hasta consejos en mitad de la partida (¡contra ellos mismos!).
Desde mi punto de vista, creo que para ver si una persona es competitiva o culodura bastaría con un experimento sencillo, jugar con listas estandar relativamente equilibradas. Si hace lo posible por ganar con el ejército disponible es un jugador competitivo, si sus quejas a lo pobre de la lista son continuas y a que si tal o cual unidad hubiese sido más efectiva que esta o aquella y suelta espuma por la boca es un jugador culoduro,
@Dragus: Si te entiendo, pero si ese equilibrio por ejemplo se va a ganar (si me equivoco por favor decidlo) poniendo a casi todas las tropas básicas casi iguales. Me explico: para mi un enano es un enano, un hombre es un hombre, un orco es un orco, un goblin es un goblin y un elfo es un elfo. Para ganar en equilibrio no quiero que me pongan al goblin como si fuera un humano o un elfo pero «con skin de goblin».
De hecho es que antes no lo he explicado bien. Yo en realidad no busco equilibrio. Pero no busco equilibrio porque yo quiera ganar siempre, sino porque para mi un enano nunca va a moverse tan rápido como un elfo, o un goblin nunca va a ser tan hábil con las armas como un enano. Ya lo puse de ejemplo, si yo quisiese llevar un ejército temático de una chusma de goblins comunes de las tierras yermas solo con guerreros goblins, arqueros, jinetes de lobo, algún carro y si eso algún troll, me da igual que ese ejército no gane nunca. Son mis goblins, mi chusma de mierda que trata de asaltar a los incautos aunque luego reciban por todos lados.
Para mi esa es la magia. Aunque por supuesto alguien puede encontrar la magia en grandes estrategias con rivales equilibrados. Yo si veo a alguien con una mierda de ejército de goblins usando la escenografía, tácticas usando su superioridad numérica y superando a un rival aparentemente «invencible» es una visión sublime y muy divertida. Y sobre todo muy épica. Lo otro es una partida de ajedrez que lo mismo te da jugarla con «papelitos» como cuando no teníamos pasta para las minis xDD
A mi lo que me divierte es llevar el fantástico mundo de warhammer a los tableros de juegos y ver a héroes y a villanos llevar a tropas de élite y a pobres desgraciados a la lucha y la gloria.
Ante todo decir que lo que comento es desde mi punto de vista y por lo que ocurre en la zona donde solemos movernos para jugar.
yo intento estar alejado del ámbito de torneos sobretodo si estos tienen algún tipo de premio, aunque aveces no ahí otra que acercarse a alguno ya sea por acompañar a algún amigo o por ver si a cambiado algo en este tiempo, pero al final termino saliendo por la puerta de atrás pero no por la competitividad, el uso de listas afiladas u otras cosas, simplemente por el ambiente que nos encontramos. No se yo soy un persona muy sociable y hablo por los codos, he hecho grandes amigos en torneos, pero en los últimos años en un gran porcentaje, ni te hablan, saludico de manos y si dice algo es para discutir una regla, si ve que empieza a perder la cosa se vuelve incluso mas tensa y en general partidas frias en el aspecto personal con tu contrincante.
La ultima con 9a era, yo llevaba una lista pachangera, ni siquiera se podida decir trasfondica ya que fue lo que pille deprisa y corriendo ya que un amigo me invito a ir con el.
El primer contendiente un partida bastante reñida, un chico majete que se prestaba a la conversación, partida muy entretenida y reñida pero con grandes dosis de humor entre mi contendiente y yo.
segundo contendiente me planto una lista que bueno no sabría como llamarla, pero de inicio no tenia mucho que hacer, pero entre una buena dosis de suerte con los dados y la mala suerte de el sumado a algunos errores graves al usar su lista y que creo que cuando se vio que ya no le funcionaba pienso que se dedico a suicidar sus unidadas para terminar rapido y darme la victoria, si no, no lo entiendo. El ambiente con chico en la partida fatal, discutiendo reglas cada dos por tres para llevárselas a su campo y cuando la tenia perdida y que el arbitro no le daba la razón ni me miraba, se dedico a soltar alguna que otra lindez entre varios asistentes, incluso varias veces le tuvieron que llamar la atención.
Continuo, otro chico con la misma lista del segundo con alguna pequeña variación, esta vez directamente me barren de la mesa, el ambiente aquí algo mejor pero igual de tenso, ni una palabra salvo para discutir reglas, e incluso por hablar con un amigo mientras el hacia su turno me suelta «oye que aquí se bien a jugar». Termina la partida saludo y le comento que bien jugada a lo que respode con una sonrisita a lo ale ale vete. Mientras estoy recogiendo se acerca el del segundo encuentro y me dice «ves aquí se viene a jugar no a tirar dados, mucha suerte has tenido conmigo» no salía de mi asombro no os la podeis imaginar, total que viendo el percal, termino de recoger, plego del torneo y nos dirigimos al club comentando lo vivido.
Esto que parecería un caso aislado, me lo he encontrado multiples veces, como digo aquí el juego de torneo se esta convirtiendo en un circulo con los mismo jugadores y da igual la edad no será la primera vez que alguien mayor que yo y yo pinto ya canas se a puesto de un modo que ni le fuera la vida en ello. Cosa que no entenderé nunca en un juego.
Repito se que existe gente de todo tipo, pero es que últimamente al menos por aqui, los torneos están llenos de gente asi y de hecho creo que cada vez se acrecienta, ya que poco a poco solo van quedando en los torneos esos mismos jugadores. Ya que en los últimos años las veces que hemos probado o acompañado a alguien a torneo cada vez son menos gente y los pocos que ves son siempre los mismos y es una pena por aquí habíamos visto torneos bastante tochos en asistencia y últimamente si alguno llega a poco mas de 20 personas ya es un triunfo.
Lo malo es que por los clubs y tiendas de aquí ya tenemos un precedente con 40k, donde de ser el juego mas jugado en torneos de tiendas, clubs, poco a poco paso a ser un ghetto de jugadores con listas afiladas y ha terminado por no organizarse nada ya que al final ni entre ellos querían jugar, y solo puedes jugar si dejas muy claro que estas montando una pachanga o en tus grupos de amistades.
Lo bueno es que la gente jugando por clubs o gente buscando pachangas o partidas narrativas a ido en aumento, por lo que la necesidad de ir a torneos para jugar por aquí se ha paliado bastante.
Mi experiencia es como la que comenta @Totena Tote. El problema no es el juego competitivo, es la fauna que abunda en campeonatos que en vez de divertirse jugando sólo disfrutan si ganan a cualquier precio y sacrifican diversidad de ejércitos, juego limpio, trasfondo, buen ambiente y muchas veces educación.
A todos nos gusta ganar, pero por encima de todo hay que disfrutar de cada batalla, se gane o se pierda. Me lo he pasado teta siendo masacrado, y me he aburrido ganando partidas a competitivos que agrian el ambientedesde el primer turno y se amargan cuando huelen la derrota. Que vayas a ganar no significa que te tengas que comportar como un imbécil.
Buena a todos. No soy mucho de escribir por aquí, pero si que os leo a diario.
En primer lugar quiero decir que comparto lo dicho por el compañero @Santiago Campos Soriano. Eso sí, yo hubiese defendido lo mismo que él usando otros términos.
Yo también llevo unos veinte años jugando a 40k, y además de mi círculo de amigos habituales si que probé durante una etapa jugar torneos y conocer gente nueva y otros estilos de juego. No se me puede tachar por tanto de hablar desde la ignorancia.
En esa experiencia aprendí varias cosas, y la primera de ellas es que cuando hay un sistema de puntuación que conduce a un premio (llamese vale de tienda o un trofeo) los jugadores:
– Discuten por interpretar las reglas según su conveniencia. Llegando hasta sobrepasar la línea del ridículo entre adultos.
– Son capaces de hacer hasta trampas con tal de conseguir el premio.
– Las listas se afilan exprimiendose hasta llegar a un sin sentido vomitivo. Saliéndose ya no solo del trasfondo, sino que «compras» partes de tu victoria si tienes capitales suficientes como para adquirir y spamear aquella unidad que en ese momento está desequilibrada.
Y la segunda cosa que aprendí que ésto es extrapolable a la vida misma (ahora me pongo filosófico, perdón por el offtopic). Y es que en esta vida de capitalismo exacerbado que conlleva a un consumismo sin límites, es decir, nos están «vendiendo» constantemente que «tenemos que ser el mejor». Y digo yo ¿para que narices necesito ser el mejor?…
Será mi edad (tengo 37), o mi condición (soy padre de dos criaturas), o será que cada vez me es más y más difícil encontrar un rato para charlar o jugar a un Wargame con un amigo. Pero valoro infinitamente más el jugar relajado, sin mirar el crono, con una cervecita en la mano, con dos listas equilibradas que previamente hayamos intercambiado para comprobar que efectivamente lo están, y mirar el reglamento lo justo y necesario y no tener que llamar al árbitro.
Puedo decir que, hoy día, sigo encontrando y conociendo gente que entiende esto de los Wargames como yo. Y, por supuesto, conservo compañeros y amigos como Santiago Campos con el que llevamos casi desde el principio tirando dados.
Mi opinión.
Ser COMPETITIVO es sano. Entendiéndose como tal alguien a quien le gusta enfrentarse a un buen jugador, alguien que (sin hacer trampas) sabe mover, sabe hacer listas, sabe cómo, cuándo y por dónde pegarte (y por qué). Gente que busca RETOS, que quiere ganar, pero prefiere perder contra alguien mejor donde pueda aprender, que ganar a alguien novato.
El problema es que gracias a (o por culpa de) Internet, hoy en día hay mucha comunicación y eso ha llevado a que la gente no PIENSA las listas, simplemente coge la lista mejor del ejército mejor, compra ese ejército (a veces hasta lo monta) e intenta jugar como ha leído por internet. Todo fácil y rápido, sin esfuerzo y con el «buah soy el mejor» de recompensa. Eso NO ES SER COMPETITIVO, ya que competitivo viene de competición y esa persona no quiere competir, quiere ganar y por tanto intenta partir de posiciones de ventaja. Es un jugador copia-listas, de los mismos que miran el mazo ganador de Magic y van a comprarlo. Los mismos que cuando el mazo (o las miniaturas) quedan «bajo par», lo venden y compran otro ejército. Sería el «ganar a toda costa». Suelen ser además gente con muy mal perder («si he cogido la mejor lista y he gastado XXX en tenerla no puede ser que ahora me apalice un tío con una lista de sólo goblins»), con lo que este tipo de jugadores puede llegar a ser incluso tramposo. A esos jugadores yo les diría antes de empezar «oye, si te doy la victoria, ¿jugarás igualmente?», que la mayoría dirían que se conforman con ganar.
Cuando un jugador «trasfondístico» se enfrenta a un jugador competitivo, si el jugador competitivo es buena gente (que los hay y muchos… hay jugadores que cuando acabas piensas «joder qué palizón, pero qué bien ha jugado») hasta te explicará dónde y cuándo has fallado. Eso NO ES MALO, eso es bueno.
Cuando un competitivo se enfrenta a un copia-listas se lo puede pasar bien (y el copia-listas mal). El problema principal viene cuando un jugador trasfondístico se enfrenta a un copia-listas porque el segundo va a ver opción de masacrar (y alimentar su ego) y el primero no se lo va a pasar bien.
Así que, no, ser competitivo no es malo. Lo malo es querer ganar sin jugar copiando listas de internet. Aprovechar el trabajo de otros para ganar de la forma más fácil y rápida posible, sin tener en cuenta el adversario.
@Santiago Campos Soriano:
Te leo y no necesito comentar nada más. Más claro es imposible explicarlo,
MIS DIES HAMIJO.
Añadir lo frustrante que es transportar las minis y montar todo el chiringuito para que ocurra eso que dices
@Santiago Campos Soriano:
Te leo y no necesito comentar nada más. Más claro es imposible explicarlo,
MIS DIES HAMIJO.
Añadir lo frustrante que es transportar las minis y montar todo el chiringuito para que ocurra eso que dices@Dragus:
Bueno, voy a poner un buen ejemplo de lista autoplay,
40 necrofagos
40 necrofagos desplegados al lado por si se diera el improbable caso de que te la matan entera en el primer turno
señor vampiro a full, con poder para mover extra a los necrofagos, rodeado de tumularios, estandarte de regeneracion
magia suficiente para cargar al primer turno
el resto de puntos ¿que mas da?, en palmeros que no iban a entrar en batalla por que la unidad de necrofagos con regeneracion y danzas macabras lo mataban todo.
Modo de empleo: tira palante
¿sigo?
spam de horrores y gran inmundicia con espada-mayal
modo de empleo: cada fase de magia tira hechizo de horrores con 2 dados a 4+
sigo?
deathstar de elfos oscuros
sombras con 3 asesinos con estrellas lacerantes, mago con anillo de hotek, estandarte y nobles, principe
modo de empleo: cada fase de disparo elijo una unidad sobre el tablero y la borro del mapa,
como tengo armas a dos manos y soy practicamente inmune a magia no me disparas, como soy hostigador y llevo un puñado más de chucherias, tampoco
skavens
doble abo cargando 360 para proteger, todos los cachivaches con plantilla y pergamino de energia para el decimotercer hechizo. el resto de porcentajes en ingenieros
modo de empleo: cada turno matas un ingeniero y arrasas al de detras, con lo que estas avanzando una pulgada por turno y tengo 6 fases de magia y disparo a placer, y un par de abos por si algo se acerca.
40k
razorspam de caballeros grises y asesinas del culto de la muerte
aviación orka usando whaagh para disparar los aviones y sus 9 armas de artilleria
pastelería necron con sus 9 croissanes, estas dos ultimas listas perfectsas teniendo en cuenta que se acababa de estrenar la regla voladores y que eran los dos unicos ejercitos que disponian de aviones decentes
@Namarie te doy mi palabra que me encontré una vez en esa situación en la que describes , y me ha hecho tanta gracia que aquí estoy para contarla.
Resulta que coincidió mi etapa de jugar torneos con la primera ocasión en que Demonios del caos salió como Codex propio en 40k. Yo jugaba con mis Ángeles Sangrientos de toda la vida,y después de ganar mi primera partida, por el sistema suizo, me tocó con un conocido jugador de mi ciudad de la peor calaña que jugaba esos Demonios.
Pues bien, estaba desplegando y ya me estaba dando la brasa conque fuese más deprisa porque eso le perjudicaba para «llevarse» el torneo. Pues le di la mano y concedí la victoria absoluta sin haber rodado el primer dado. Y a continuación le dije ¿aprovechamos el rato para jugar más relajado una partida?
¡Y me lo acepto!
¿No os parece increíble? ¿este chico iba a disfrutar del juego o a por el p*** premio?
PD: tengo muchas otras anécdotas, como aquel que le pillé empujando su unidad cuando andaba comprobando algo en el Codex; aquel que quería desembarcar y cargarme de un land raider y como no llegaba abrió las puertas para ganar unos centímetros y decía que el reglamento no especificaba como debían estar las puertas…. ¡para mear y no echar gota Oiga!
@José Manuel Vázquez Peña:
Muy cierto lo de Starcraft, es más una competición de mecanografía que de estrategia, ya que ahi gana el que mas acciones por segundo mete
@Vito F.B.: Perdona, pero ahí te equivocas totalmente. Un culoduro es ni más ni menos que un afilalistas. El 99% de la gente que va a los torneos, y según Dragus son competitivos, son afilalistas. Por tanto son culoduros.
El termino culoduro se el aplica a aquel que tiene las posaderas como la piedra de pasar horas y horas sentado delante del libro de ejército, buscando la mejor combinación posible para ganar con su ejército. Y significa eso desde hace más de 20 años que se inventó el término. Que ahora los jugadores de torneos hayan desvirtuado el significado de la palabra, por que se sentían ofendidos por que se lo llamaran a ellos (por que lo eran) y lo utilicen para denominar a un tramposo o similar, y que ellos son solo afilalistas, es problema de ellos. Un culoduro es un afilalistas, y si como el autor del post esgrime, los jugadores de torneo lo hacen por que es lo normal para ganar, entonces los jugadores de torneo en su mayoría, son culoduros. No hay más.
@Totena Tote:
Lo que comentas no son casos aislados, es la fauna típica.
En mi zona, se juegan dos partidas por la mañana y una por la tarde, y comemos todos los asistentes en el mismo restaurante.
Yo llevaba caballeros grises, ejercito que empecé en 3º edición que a pesar de ser muy malos eran las mejores minis de marine.
Total, que el rival al que gane en la ultima partida, uno personajillo muy famoso en los torneos y querido aquí por todos, que cuenta con una tirada de salvación por piel escamosa de 6+ contra impactos recibidos en el codo y que también jugaba caballeros grises con lista rigurosamente copiada del top 8 de Serbia, comentaba que mi lista era una mierda por no llevar razorspam, 3 servoterrores y en lugar llevar joakeros. Personajillo además con muy mal perder y artífice de genialidades tácticas como mandar a su general de 700 puntos solo contra una unidad de verdugos y quejarse de que se muere de un golpe para luego decir que cuando renueven el libro de ejército nadie va a jugarlos, o de pactar resultados de batalla entre su grupúsculo de amigos para que el premio quede «en casa».
Conclusión, los teóricos 50 euros del premio, vale más pagarlos por no tener que sufrir gente así durante 10 horas
Yo, la mas divertida que recuerdo, fue un matrimonio sacandose los ojos en torneo (les habia tocado entre si), pasando ya al tema personal desde la discusion de juego. Cuando les llamamos al orden, desde organizacion, se calmaron y siguieron jugando. Al terminar su partida, en vez de disculparse por el espectaculo dado a los ancianos y niños que estaban en el local social con otras actividades, nos dijeron que para la proxima los dejaramos, que era su manera de sacar tensiones.
Y las actitudes comunes mas feas, mas alla de las multiples trampas que vi, para mi son el pasotismo total y desgana que regalan muchos jugadores en mesas bajas con el torneo avanzado (como si les diera asco jugar si no pueden ganar el torneo ya); y el jugar «a joder» entendido como obviar cualquier pacto de caballeros que se alcanza al principio o en medio de la partida, por ejemplo, permitir rectificar si se te olvida algo por ambas partes hasta que decide que no le interesa y llama al arbitro, o que un elemento de escenografia funciona de X manera hasta que el decide que no, que ahora funciona de Y manera y cristo arbitral. Y esas actitudes calan en los jugadores que las sufren, y si se quedan en el circuito muchos acaban igual, perdiendo cualquier caballerosidad porque «el de enfrente me va a joder en cuanto pueda».
Coño, es siempre lo mismo, por ejemplo, fuera de Warhammer, quereis que hablemos de lo que paso en los dos primeros interplanetarios de infinity??? o de fow?
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Primero, felicidades a ¡Cargad! por esta serie de artículos que exploran todo el universo de posibilidades, a la espera de que alguien nos hable sobre Age of Sigmar. Se nota que el tema interesa por la ingente cantidad de comentarios. Y si un blog consigue muchas visitas y participación de la comunidad, un blog es necesario y hay que felicitar a sus escritores y lectores.
Es una pena, pero desde que los Ancestrales llegaron al mundo no se han podido mezclar el agua y el aceite ni los competitivos con los pachangueros (pongamos que llamo así al grupo B que podría ser hobbyeros, trasfondísticos o lo que se os ocurra).
Los competitivos miran a los pachangueros como el Valencia al Levante, con condescendencia, son gente graciosa cuya existencia no les molesta, pero a la que no entienden bajo ningún concepto. Tal vez son gente que accede a este modo de juego porque no son capaces de llegar a la élite, no sé.
Los pachangueros miran a los competitivos como el Levante al Valencia, con odio y acritud, seguramente por la actitud anteriormente explicada de mirarles siempre por encima del hombro. Esos tíos son gente que sólo quiere ganar, no divertirse, y que no tienen ningún respeto por el trasfondo.
Y cuando juegan juntos, el conflicto es seguro. Aunque el competitivo quiera meterse «opciones tropicales», al final va a tener una forma de jugar afilada. Va a redirigir hasta el infinito con sus unidades y personajes sueltos barateros a esa unidad de 10 minotauros dirigidos por un héroe con 100 puntos de armas mágicas que el pachanguero se metió para hacer zumo de todos los enemigos del caos que se le pongan al paso porque, sencillamente, tienen furia asesina y puede hacerlo. Sería más peliculero enfrentarlos con su búnker correspondiente con general y hacer un combate épico, pero eso en su cerebro no tiene sentido y convierte la partida en un tiradados, concepto que en su mente es muy, muy negativo por carente de mérito.
El jugador pachanguero se meterá su ejército de goblins nocturnos con trolls de piedra, porque tiene miniaturas de trolls de piedra aunque los trolls comunes sean más baratos y para él usar de piedra como comunes es simular. Se meterá sus personajes goblins nocturnos porque son los que deben dirigir a una horda goblin nocturna, e irán los insensatos con un liderazgo máximo de 7 por ahí.
Esto acaba siempre igual. El competitivo vapulea al pachanguero. El competitivo no se divierte, ha sido muy fácil. Puede que incluso se haya permitido dar algunos pequeños consejos sobre meter trolls comunes y hacerlo de uno en uno, no esa locura de horda de 18 con liderazgo 7 y estupidez. Si se dan muchas batallas entre estos dos, es incluso posible que el competitivo reproche al pachanguero no hacerse listas un poco más competentes, que así no mola jugar porque no se divierten (true story).
El jugador pachanguero no se ha divertido, porque ha sido vapuleado por un jugador que no valora el juego. Si esto pasa durante varias batallas, el pachanguero abandonará el juego o dejará de jugar con el competitivo. Porque ha convertido su mayor virtud y forma de divertirse (hacer listas trasfondísticas, temáticas, respetando la esencia de Warhammer) en un defecto. Has hecho una tontería y por eso has perdido. No sabes jugar, o bien no te lo tomas en serio.
La pura verdad es que jugar torneos es la caña. Conoces gente nueva, aprendes táctica, te dan ideas nuevas para listas, dedicas un día o dos al juego que más te gusta y entre torneo y torneo ves tu evolución. Además, llegará ese día que nadie dé un duro por ti y tú demuestres lo buen general que eres. Es difícil sentir un orgullo mayor con la victoria que en un torneo. Y ese descubrir una triquiñuela táctica nueva y pensar «qué cabrón» cuando te la hacen. Y esa visión de todas las mesas repletas de miniaturas. Ese descubrimiento de transformaciones y formas de pintar revolucionarias en los diferentes tableros. Ese hablar de Warhammer haciendo listas o matrizando la semana antes, la noche antes, en la puerta antes de que abran. Ese hablar de Warhammer con el bocadillo en la comida. Ese hablar de Warhammer tras cada batalla y cuando todo ha acabado. Warhammer concentrado a tope en un fin de semana. Warhammer. Warhammer. Warhammer. Eso sí, será más fácil si cambias de mentalidad y te unes a ellos por un día. Lo contrario (seguir con tu espíritu) te llevará a la frustración si no tienes una buena resiliencia y te convertirá en un tonto que no sabía jugar.
Jugar pachangas también es genial. Tirar dados es maravilloso. Ver cómo un cañón de salvas destruye a una unidad de 20 orcos negros en un turno porque el hijo de Satanás ha sacado problemas y luego un 6 da un giro sorprendente a cualquier partida. Ver cómo ese slann y su tocho unidad huyen porque en el chequeo de liderazgo, tirado de dado en dado, sale un 6, seguido de un 6, seguido de un 6 no tiene precio. La suerte da para muchas anécdotas y risas, y ofrece portunidades de venganza en el futuro. El jugar una batalla de asedio puede llevarte a darte cuenta de que las reglas no tienen ni pies ni cabeza y dejan miles de situaciones sin explicar, pero creo que todos coincidimos en lo espectacular que es. Jugar escaramuzas. Jugar escenarios de batallas subterráneas por Karak Ocho Picos. Jugar campañas que comienzan con tus tropas embarcadas asaltando una playa llena de artillería. Jugar una partida de tormenta de magia y sacar de la caja un mamut del caos que tus amigos sabían que te habías comprado. ¿Quién puñetas necesita táctica para divertirse jugando cosas así? Eso sí, si te vas a embarcar en estos líos, cambia de mentalidad, porque si no te puedes aburrir y que te conviertan en culoduro.
Vamos, que se requiere un pacto y cierta adaptación. Porque sea con las reglas que sea, cualquier juego en la vida sólo tiene sentido sí ambos juegan con las mismas reglas o directrices. Si mis reglas me impiden jugar con personajes orcos dirigiendo a las unidades de goblins, debo jugar contra alguien con ese mismo código, o al menos alguien que lo respete. Sí mis reglas me impiden jugar con personajes especiales, ídem. Y así sucesivamente.