Saludos, habitantes de la ciudad espejada. Segunda jornada de la Liga Sombraguja, en mi amigable tienda local, Minas de Moria.
«¿Estás bien?» pregunta el gigantón mientras extiende su brazo hacia ella. «Si, gracias». Angharad se sacude las piedras que cubren sus piernas y se incorpora pesadamente. Las ruinas son inestables, y el cristal de los Katophranes está muy degradado en esta zona, haciendo que el tiempo transcurra de forma extraña, afectando a los mismos edificios.
«Tenemos que movernos hacia allí». Obryn sigue la indicación de Severin, y observa un grupo de cristales de gran tamaño en la lejanía. Esa zona parece segura, y quizás puedan reposar allí durante una jornada. El joven guerrero arde en deseos de seguir luchando, pero el cansancio está empezando a pesar.
«Señor, he recogido los pertrechos, podemos partir cuando quiera». Severín no oye estas palabras. Su mente está perdida en una tormenta de remordimiento. El recuerdo de la aciaga noche, acaecida varias jornadas atrás. La larga noche.
En esta jornada me enfrento a una banda de seguidores de Sígmar, bajo el gobierno de mi compañero de juego, Pedro.
He cambiado algunas cartas de mi mazo. Aún llevo cartas de control de objetivos en el mazo, pero he añadido algunas que puntúan cuando ataco al enemigo, o me desplazo a su zona. En el mazo de poder he introducido algunas de las cartas de «tira un dado» para probar.
El mazo de objetivos de Pedro es de control de objetivos también, parecido al mío. Su mazo de poder está algo más enfocado a la defensa, y tiene algunos objetos interesantes como «llamafragmentos», que le permite intercambiar un objetivo que ocupa al principio de la ronda por otro, de forma que puede perruquear un poco más a distancia a la hora de reclamar objetivos.
Desde el principio le meto presión, intentando controlar mientras le niego sus objetivos. Y me acompañan las tiradas de dados. ¿Sabes cuando te sale todo bien, robas buenas cartas, y tienes unas tiradas de dados que asustan? Pues ese fue mi día.
Mención especial para la insana combinación de «trampa temporal» para realizar un ataque y a continuación hacer una carga con esa misma miniatura sin dar tiempo al otro a reaccionar, saltándose un poco las leyes de la física (alterando el continuo del tiempo), lo que te permite pillar a un enemigo a solas y darle la del pulpo. Además he añadido un par de cartas de empujar gente, que siempre vienen bien para sacarlas de objetivos, o acercarlas a alcance de martillo.
Los Portadores de la Luz se hacen con a la victoria, mientras el enemigo se repliega. Estos son los sigmaritas de Pedro (pintados por Diego, el dueño de la banda de tzeentch que vimos la semana pasada).
Nos leemos en la siguiente jornada.
Me encantan este tipo de entradas. Gracias 😀
@McAllus: Irán llegando cada semana / quince días, hasta que acabe la liga ^_^