Saludos, mercenario. ¿Estás deseando unirte a la hermandad de los sicarios que resuelven problemas por dinero? No se si estarás tan seguro de ello cuando conozcas a tus compañeros de misión.
A través de su red de contactos Blaine hizo circular una oferta de trabajo. Era un trabajo simple, pero no exento de riesgo. Había una información relacionada con el desarrollo de una vacuna que fue robada a una corporación. El cliente la estaba desarrollando en una instalación secreta, situada en INFORMACIÓN CLASIFICADA. El trabajo consistía en recuperar la información y destruir todo indicio de la presencia del grupo de extracción.
EL PLAN
Por supuesto, el plan se fue al traste. El equipo equipo tenía que acceder a las instalaciones usando una credenciales falsas, pero la tapadera saltó por los aires.
Unas instalaciones secretas, un fulano llamado Doctor Koyner, del que no hemos podido obtener información ninguna, una organización paramilitar y la ominosa presencia de la larga mano del Consejo de Los Siete son las noticias buenas. Me habían dicho que trabajar para Blaine era jugársela. ¿Por qué no haría caso?
EL EQUIPO
Mis compañeros tampoco eran para hacer una fiesta.
La Capitana Erika Dulinsky tenía bien ganada su fama. Cuando era oficial de las fuerzas militares de la Corporación Reiker sirvió en una docena de mundos a lo largo de tres campañas. Dicen que lo hizo siempre con honores y distinciones. Toda una heroína. En una ocasión salvó la vida a docenas de marines heridos, tomando una posición de tiro Goran ella sola. Esos orcos debieron de pasarlo mal cuando la vieron aparecer soltando granadas, repartiendo muerte. Y luego se cargó otros dos emplazamientos de armas.
Se dijo que la echaron por insubordinación, aunque yo creo que simplemente se dio cuenta de que trabajar para el mejor postor era más interesante que hacerlo para esos capullos de Reiker.
Esa mujer es puro hielo. Es capaz de mantener la calma en mitad de un infierno.
El siguiente de la lista es el Robot de Utilidades B07153. Pero lo llamamos Curby. Este tipo de robots están por todos lados en el espacio corporativo. Los diseñan para ser unidades de apoyo para las fuerzas de combate. La mayoría sirven como mulas de carga, y los más populares actúan como medi-bots. Siempre viene bien un médico de combate que no huye de los tiroteos.
Estos cacharros no se diseñaron para ser muy listos. Y tampoco es que sean grandes conversadores. Pero cuando hay que «hackear» un sistema, nos viene muy bien. Porque ya sabes, cuando hay que abrir una puerta viene bien un tipo que no huya en mitad del tiroteo. Aunque sea un trasto de brillante culo metálico.
Este tipo, Ira / Wrath, es un chungo. Dicen que es el único Judwan capaz de ejercer la violencia. Con lo brutal que es, creo que las cosas están mejor así.
¿Sabes eso que cuentan del adiestramiento que les hacen a los Ejecutores para que se vuelvan unos robots asesinos? Esos tíos son voluntarios, y los vacían por dentro. Pues a este se lo hicieron a la fuerza.
A este tipo lo busca toda la galaxia. Pero en vez de estar preocupado por eso, casi estoy aliviado. Es mejor tenerlo de tu lado que enfrente. Sobre todo cuando notas que te mira, bajo la máscara.
El tipo del lanzallamas, Francesco Selvaggio, parece un soldado decente y capaz, pero el tema disciplina no va con él. Le gusta mucho usar el cuchillo, y es nuestro experto en demoliciones.
Ha servido en un montón de corporaciones distintas, pero nunca ha pasado de ser sargento en la Corporación Klinser. Le botaron por algo que pasó durante la campaña en Argo. Dicen que fue por hacer contrabando, pero creo que la causa fue que se estuvo lucrando robando a la población civil.
O quizás tiene algo que ver con su apodo, El Diablo. Se lo ganó por su participación activa en la campaña de bombardeo incendiario de la ciudad de Argo. Allí se ganó el apodo, además de las cicatrices, por las quemaduras. Si juegas con fuego, te quemas.
Como muchos de su raza, los Kayowa, Alyse ha pasado la mayor parte de su vida viviendo en las sombras. Una vez me contó que de joven estuvo trabajando para el Sindicato Rigel, una de las bandas criminales más jodidas de la Tercera Esfera. Se que ha entrenado con el legendario Maestro Tung. Y luego está esa cosa que hace de robar la esencia vital a otros para curar sus heridas (y a veces las de sus camaradas).
Cuando habla de su gente lo hace con una mezcla de lástima y desprecio. Los Kayowa suelen disimular su aspecto con máscaras o prótesis cuando viven entre otras razas. Alyse no es así. Está orgullosa de ser como es. Si esta mujer no me diera tanto miedo, creo que me gustaría.
Oggan Helkkare es una excepción en la galaxia. Un Padre de la Forja que ha convertido la Esfera Galáctica de Co-Properidad en su hogar. Lleva años ganándose la vida como ingeniero desde su taller de Gelgar II.
Siempre anda presumiendo orgulloso de que sus máquinas son las mejores de la EGCP, de la misma calidad que podrías encontrar en el Reino Estelar, lejos de la chatarra habitual del espacio de la Corporación. Y es cierto.
Ogan querría vivir en una nave Guardián, con su gente. Pero no puede. Es un exiliado. No habla mucho de ello. Le expulsaron de su clan por algo que pasó durante la construcción de algo en torno a una estrella.
En una ocasión me dijeron que está emparentado de forma directa con unos de los principales clanes del Reino Estelar. ¿Te suenan los Krestursson? Se lo pregunté una vez y no me respondió. Solo estuvo mirando por la escotilla de observación durante un buen rato, y luego me dijo «un Helkkare no es nada, no tiene títulos». Y luego siguió calibrando el motor.
El tipo es un genio. Sus armas centinela proporcionan potencia de fuego adicional, y sus escudos de energía portables son increíbles. Es un placer tenerlo de nuestro lado cuando el combate se vuelve intenso.
Bien pensado, la verdad es que tenía buenos compañeros… pero luego todo se torció.
Fin de la transmisión.