Saludos, Señores de la Guerra.
No es que hablemos mucho de juegos de mesa (hay cientos de blogs que tratan el tema de forma profesional), pero de vez en cuando aparece uno que dices «anda». La Caída de Hispania es de esos que me ha llamado la atención. Se trata de un híbrido de wargame y gestión de recursos, basados en (a que nunca lo adivinaréis) la caída de la Hispania romana. Ha salido hace un par de días en Verkami, tiene un objetivo de sólo 4000€ (un objetivo bastante modesto) y ya lleva casi la mitad, a falta de un mes para la finalización de la campaña. El nivel de aportación normal es el juego, a 50€ (hay quien lo ha conseguido por 48), y uno de los addon más interesantes es el de quinto jugador (ampliando a un tablero mayor), dando más protagonismo a nuestros vecinos norteños. Por si fuera poco, todos los mecenas tendrán una versión de imprimir y jugar a la semana de finalizar el proyecto.
Os paso el comunicado oficial, para los indecisos 😉
“El último día del año 406 después de Cristo, el gran rio Rin se heló. Aprovechando tal circunstancia, miles de hombres, mujeres y niños cruzaron el rio y transvasaron los límites del Imperio Romano. No había una fuerza militar que se opusiera, simplemente la frontera se desintegro y las tribus bárbaras entraron en el Imperio. El fin del Imperio Occidental, y con él, el de la Hispania Romana, había comenzado.”
Durante años, los restos del Imperio Romano en Hispania, se vieron sometidos a los conflictos provocados por la llegada de decenas de miles de bárbaros. Periodos de luchas y saqueos eran seguidos de otros periodos más benignos, mientras poco a poco, los recién llegados se iban fundiendo con los hispanorromanos y creaban nuevos entes políticos. A comienzos del Siglo VI, la supremacía del reino visigodo, marcará durante los siguientes dos siglos, el porvenir de la península Ibérica.
El periodo final de la administración romana en Hispania es uno de los más desconocidos en la historia de España. Sin apenas fuentes escritas sobre el periodo y con bastantes lagunas en la arqueología, esta época ha sido poco (o nada) tratada en los juegos de mesa.
Este es el marco temporal con el que comienza La Caída de Hispania, un nuevo juego de tablero que recrea el fin de la Hispania Romana. El juego representa los últimos cien años de presencia romana en la península Ibérica, con cuatro jugadores (ampliables a cinco) asumiendo el papel de jefes de las facciones hispanorromana, sueva, visigoda y bárbara.
Cada jugador dispone de unas huestes (representadas en el juego con cubos de madera) y un tesoro de mites (antiguas monedas romanas), para manejar su facción y controlar las distintas zonas del tablero (denominadas conventus), consiguiendo puntos para alzarse con la victoria. Las huestes pueden ser comandadas por algún líder histórico, como el romano Asterius o el suevo Rekhila, ganando en capacidad de combate y movimiento.
Sistema de juego
La Caída de Hispania utiliza un sistema de motor de cartas, con una baraja única que va determinando el orden de los movimientos y combates sobre el tablero, a la vez que implementa una serie de eventos históricos en el juego. Según se descubre una carta los jugadores pueden mover o combatir con sus huestes, a la vez que la peste, los piratas o las revueltas campesinas hacen mella en las distintas facciones.
El juego dispone de dos modos de juego; el histórico se desarrolla durante diez turnos, cada uno de una duración variable, lo que obliga a los jugadores a tener muy claras las estrategias, teniendo en cuenta esta duración indeterminada. En el modo corto de juego el fin de la partida se marca con el fin del Imperio Romano de Occidente, con una duración variable de turnos (entre 6 y 8).
Durante el transcurso del turno, cada jugador cuenta con unas cartas para poder modificar el movimiento, el combate o proporcionarle alguna ventaja particular. Algunas de estas cartas son específicas para cada facción, y otras son comunes y pueden ser empleadas por todos los jugadores.
La fase de alianza es muy importante en el juego, puesto que permite a dos facciones actuar conjuntamente y no combatir entre ellas. Sin embargo, nada es eterno, y menos la alianzas entre jugadores, siendo siempre posible la traición entre aliados.
Mientras el juego se desarrolla sobre un tablero que representa la diócesis Hispana y el sur de la Galia, el resto del Imperio Romano de Occidente está representado por el marcador de la Caída de Roma. Este marcador, afectado por los vaivenes del juego y por las decisiones de los jugadores, marcará el fin del Imperio, lo que supone un mazazo a las aspiraciones de victoria del jugador hispanorromano.