Saludos de Marmollicus,
Hoy, en un informe de batalla de Warcry, unos Enanos del Caos se embarcan en la búsqueda de los códices antiguos, en unas tierras esteparias donde ya han llegado unos curiosos Corvus Cabal más caóticos de lo habitual.
Unos años en el futuro…
Yendo de camino a cierta ciudad humana, me encontré con un viajero que acababa de visitar un importante museo. Al parecer allí había visto de primera mano unos códices que, se supone, fueron escritos por un gran maestro de los viajes. Se supone que son una relación de las tribus y pueblos que habitan a lo largo de una gran ruta comercial; sin duda una información harto valiosa para saber qué puedes encontrar en aquella vasta extensión de tierra y qué riquezas existen allí.
Muchos años después de haber sido escritos, alguien los guardó en una biblioteca o en una aldea, que en algún momento quedó en ruinas. Los pocos que conocían el valor de los documentos que aún se escondían bajo la arena, a cambio de ayuda para derrotar a sus antiguos enemigos, recurrieron a la ayuda de aventureros y conquistadores caóticos, que, venidos desde ultramar, se adentraron en aquellas tierras. A lo largo de estas batallas, un grupo de ellos llegó a las ruinas, descubriendo allí los códices. Pero cuando ya iban a llevárselos a sus barcos, por el Oeste aparecieron otros seres que también querían para sí aquella información.
El caso es que este viajero, Jozez, como creo que se llamaba (en su propia lengua), continuó contándome:
–«Quiero creer que lo que te voy a desir a continuasión surge de las superstisiones de abuelas enanas tratando de haser que sus pequeños nietos barbados se vayan a dormir. Estas viejas enanas, Bulfa, Grotha… quisá recuerdan lo que sus padres y abuelos les contaban en su niñes. Historias horribles sobre lo que su rasa es capas de haser, sobre la maldad que aguarda pasiente en el interior de sus corasones, esperando salir. Como les ocurrió a sus primos del Este. Amigo, lleva cuidao cuando te aventures en las tierras de los servidores del dios toro de fuego -no recuerdo como lo llaman ellos en su retorsido idioma- porque esos tipos son capases de lo que sea con tal de conocer dónde habitan gentes que aún no conocen de su maldad, pues sólo así logran convenserles para que los sirvan o incluso para convertirlos en sus esclavos. Así es como calman las ansias de su dios y las de ellos mismos, pues viven dominados bajo el poder de sus saserdotes».
Lo que me estaba contando, más o menos, era que aquellas ruinas estaban en el reino de los «primos del Este» de los enanos que todos tratamos como amigos, y que fueron éstos quiénes sorprendieron a aquellos ladrones. ¡Maldita sea! ¿Por qué me encontraba recorriendo estas tierras malditas? ¿acaso no había rutas alternativas que evitaran el reino de los servidores del dios toro de fuego?
En fin, no se sabe cómo, al parecer, y según su relato, los códices fueron recuperados hace mucho de unos barcos abandonados. Estos barcos habían pertenecido a aquellos conquistadores caóticos que pocos recuerdan ya. De esos códices, cuatro en total, tres fueron recuperados de esos barcos y llevados al museo (quién sabe si las gentes que aparecen en ellos han muerto, o han sido devoradas por los Ogros o las legiones del Caos… ya son meras antigüedades, después de todo). El cuarto, se dice, está aún bajo custodia de seres malignos y despreciables. ¿Cómo se perdió? ¿cómo acabaron en naves encalladas? ¿qué ocurrió cuando el pueblo de Hashut encontró a los servidores del Rey Pájaro en aquellas ruinas?
En el Presente.
La Partida.
Lugar: La Escotilla Juegos.
Rival: Minirouro.
Tamaño: 1000 puntos.
Bandas: Iron Golems (Enanos del Caos) vs Corvus Cabal (Conquistadores).
Como podéis ver, estoy jugando a Warcry con un estilo muy personalizado. El juego me da pie a crear bandas desde cero y contar sus historias particulares (¡en función de la aleatoriedad del propio juego!). El problema, como suele ser siempre, es que si creas una banda propia, o inspirada en otro universo, tienes que utilizar las cartas, atributos y reglas de una banda «oficial». En este caso, decidí usar Iron Golems y Corvus Cabal para configurar estas dos bandas. Después de crear las minis y tal, lo que hice fue hacer cartas personalizadas, con fotos de mis minis pero con los atributos de las minis de las bandas oficiales, como si estuviera jugando con una banda básica oficial. Es decir, si una banda básica de Iron Golems se compone de 3 Legionaries, pues yo en mis Enanos del Caos metí 3 Legionaries. La mini no es la del Legionary, pero traté de representarla de la forma más fiel posible.
Como ocurre en cualquier partida de Warcry, lo primero que hicimos fue tirar un dado para determinar la iniciativa. Me parece que yo la obtuve, así que fui sacando las distintas cartas.
La primera carta, la de escenografía, fue esta. No sé muy bien qué representa, así que imaginé que se trataba de las ruinas de una antigua biblioteca. Como ocurre con las ruinas de edificios monumentales, aquellas ruinas estaban ocupadas por grupos nómadas, de pastores por ejemplo, que usaban los restos de los edificios como establos. De ahí que haya estructuras de madera toscas por todas partes.
Respecto a la Misión que debíamos cumplir para ganar la partida, nos salió la de «Cacería de las Piedras del Reino». Vale. ¿qué piedras? ¿qué reino? ¿porqué cacería? Como no tenía ni idea, mi mente tejió una mini historia rápidamente, que es la que habéis leído arriba. En lugar de piedras, serían mapas o documentos valiosos (por los que alguien iría hasta un lugar abandonado, posiblemente en medio de un desierto), relevantes para que dos bandas se enfrentasen para conseguirlos. Los códices contendrían información sobre lugares ricos de una ruta comercial importante, algo que ambos bandos querrían poseer a toda costa (los enanos para esclavizar y monopolizar la ruta comercial; y los conquistadores para buscar tesoros y negociar con los nativos de aquellas tierras).
Como podéis ver, quién al acabar la Ronda 3 tuviese más tesoros en su poder, ganaría la partida.
En todas las partidas de Warcry siempre hay un giro, algo aleatorio que afecta a la partida. En este caso, nos salió «Viento Sangriento», que básicamente consiste en que todas las minis que hayan recibido una herida tienen un +1 en sus atributos de Fuerza y Ataques. En plan que cualquier herida los hace enfurecer. Me gusta pensar que la ambición de ambas bandas por conseguir los códices es este «viento furioso».
Por último, la carta de despliegue de las minis. Ya sabéis, antes de nada cada banda se divide en tres partes (escudo, daga y martillo), y cuando se saca esta carta, queda establecido dónde y cuando desplegará cada «destacamento». En este caso, mi rival (conquistadores) desplegaría en el lado derecho, y yo en el izquierdo. Es decir, mi daga desplegaría en la Ronda 2, y mi martillo ¡en la Ronda 3! ¡Malditos enanos lentos!
La partida transcurre en algún punto de la frontera de un reino de los Enanos del Caos y unas grandes estepas salvajes, en una antigua biblioteca abandonada hace décadas. Allí, entre ruinas, se dice que los antiguos habitantes de la aldea (posiblemente esclavizados y asesinados en alguna razia proveniente de uno u otro lado) habían registrado y documentado antiguos mapas traídos por cartógrafos y viajeros que por allí pasaban. En estos códices se localizaban diversas tribus y pueblos que hasta incluso hoy en día han conseguido librarse de reinos esclavistas, conservando algunos ingenios tecnológicos y antiguos secretos anhelados desde hace tiempo por muchas malvadas voluntades.
Así, se cuenta que unos extraños visitantes, venidos de lejos, están avanzando hacia las ruinas de esta aldea para hacerse con esos planos vitales en su campaña de descubrimiento y colonización de estas tierras. Por su parte, los Enanos del Caos han recibido avisos, quizá de hobgoblins temerosos, de que alguien está amenazando un punto clave de sus fronteras. No quieren que nadie se adentre en sus territorios y mucho menos que alguien extraño se haga con los antiguos mapas… «para que otros los tengan, ¡lo tenemos nosotros!» – como diría uno de sus sacerdotes. Y es que su codicia y ansia por esclavizar no conocen límites.
Yo conduciría a los Enanos del Caos a sus fronteras, para recuperar los códices y expulsar a los extraños. Mi rival, por su parte, desembarcaría cerca de la aldea, para hacer una incursión y hacerse con los códices, para después huir de nuevo.
Siguiendo la carta de Escenografía, dispusimos el tablero así:
Después de sacar la carta de Misión, colocamos los códices (las «piedras del reino» según la carta oficial). Cada jugador podría colocar dos códices en dos sitios a más de 4» de otro códice y del borde del tablero.
Y desplegamos las minis.
Ronda 1
En la Ronda 1, los esclavos de los Enanos avanzaron. El Blemio se situó sobre un puente entre dos edificios, y el Cíclope orco se aventuró a recorrer una calle a ras de suelo. Por su parte, uno de los Enanos del Caos decidió (un poco a su bola, para qué nos vamos a engañar) ir a coger él mismo uno de los códices.
Los conquistadores se movieron rápido. Los que habían llegado a la pequeña plaza corrieron hacia arriba para llevarse el códice que se situaba en lo alto de un edificio. El Blemio aún estaba lejos como para atizarle (supongo que para evitar una nueva paliza de sus amos) y detenerle.
El Strike Talon de los Conquistadores subió volando hasta el punto más alto de una vieja torre, en la que se encontraba uno de los códices. Supongo que sus guardianes pretéritos no encontraron sitio más escondido para esconderlos… aunque no contaban con que un tipo que vuela podría alcanzar su escondite de forma tan rápida. Así, sin resistencia posible, los conquistadores ya tenían en su poder dos de los códices, y los enanos tan sólo uno (y porque estaba más cerca).
Al mismo tiempo, el líder de los conquistadores decidió escalar hasta la posición en la que se encontraba el Blemio esclavo de los enanos.
Y así acabó la Ronda 1. Los Enanos del Caos en inferioridad numérica, pero con un códice (al menos) en su poder. Los conquistadores, rápidos y hábiles, se habían hecho con tres, pues en el último momento uno de ellos escaló hasta alcanzar el último códice (en la imagen, en la esquina superior derecha). Ahora empezaba algo mucho peor: luchar a muerte para recuperar los códices… de las manos de los enemigos.
Ronda 2
Al inicio de la Ronda 2 resonaron tambores de guerra ¡habían llegado refuerzos para los Dawi Zharr!
Rápidamente, el Enano del Caos de refuerzo escaló hasta el edificio en el que un conquistador había cogido uno de los códices. El Monópodo avanzó hacia la plaza. Al mismo tiempo, el Cíclope orco (Signifier) subió hasta el lugar donde el Blemio iba a lanzarse contra el líder de los conquistadores. Y dos de los conquistadores se adentraron en la plaza, dispuestos a destrozar al Monópodo y a ayudar a su líder en lo alto de la plataforma.
Todo esfuerzo ha sido en vano. Aunque los Enanos del Caos han conseguido un códice (y su portador ha huido -está en el borde izquierdo del tablero), los conquistadores logran sacarse de encima a sus adversarios y huyen con sus tesoros camino de sus barcos (resaltados en amarillo).
Ronda 3
¡Vuelven a retumbar tambores de guerra y trompetas de bronce! ¡Llegan refuerzos para los Dawi Zharr! Su líder (un temible sacerdote) y dos guerreros de su guardia, aparecen al fin…
…cuando toda esperanza ya está perdida.
¡Maldición! El Cíclope orco, el símbolo de todo cuanto esos Enanos pueden hacerle al mundo ¡ha caído en combate! El líder de los conquistadores le ha rebanado el cuello, y de paso le ha sacado el ojo como macabro trofeo de guerra.
Como podéis ver arriba, el Blemio y el esclavo humano de las estepas consiguen matar a uno de los cabalistas conquistadores, aunque su líder sigue con vida y no tardará en escapar (con el ojo del cíclope encima).
Abajo, en la plaza, el Monópodo se zafa de uno de los cabalistas, y corre a enfrentarse al conquistador que lleva encima uno de los códices. Sin mucho éxito.
Los conquistadores huyen, y los enanos tan sólo han podido recuperar uno de los códices. ¿Qué querrán hacer aquellos extraños con la información que han robado? ¿qué medidas habrá que tomar, en nombre de Hashut, para proteger las fronteras del reino y evitar más robos? ¿cuantas más aldeas abandonadas habrá por sus fronteras y los confines de las estepas?
El final de la partida. Los refuerzos enanos (abajo), apenas logran enfrentarse con algunos de sus enemigos, algo totalmente intrascendente en la partida, pues había llegado el final de la Ronda 3 y los conquistadores habían logrado robar 3/4 códices. Arriba, uno de los enanos trata de defender su (dudable) honor y baja a enfrentarse a sus enemigos. Los portadores de los códices están lejos ya. Fin de la partida.
Ganador: Conquistadores.
Y esto… ya sabemos cómo acabó. Mientras que el códice que consiguieron los Enanos del Caos aún está en su poder, los tres conseguidos por los conquistadores se perdieron cuando éstos los abandonaron en una de sus naves, posiblemente encallada o… quién sabe. Ahí, fueron recuperados y llevados al museo, donde el viajero Jozez los vio y se maravilló de tal manera que luego me contó su historia. Quién sabe si, como yo, también inició un viaje por aquella ruta llena de maravillas y peligros. Lo que se sabe es que este episodio llenó de terror a los habitantes de las aldeas fronterizas, pues recordó a todo el mundo que el reino de los Dawi Zharr siempre está listo y atento para imponer su autoridad. Esto conllevaría, como veremos, muchas más razias y otras barbaridades, que alimentaron la maldita leyenda que las abuelas enanas les cuentan a sus nietos para que se vayan a dormir.
Un saludo de Marmollicus.
Una maravilla de informe. Muy adecuado el filtro de las imágenes y me ha gustado la idea de hacer las cartas personalizadas.
Pues la verdad es que han quedado muy chulas estas fotos con el filtro. ¡Muy original y majo!
gran y detallado informe.
pinta las bandas para poder poner las fotos en color, hombre xDD