[No Solo Minis] Cervantes en Star Wars.

¿Qué tal compañeros de Cargad? Cuando me uní al Blog yo ya llevaba una pequeña trayectoria bloguera detrás. Vamos, el típico blog personal de blogspot que no lee ni el tato, y un canal de Youtube, de naturaleza semejante aunque sustancialmente más exitoso.

El caso es que como ya preveía que tendría temporadas flojas (en este tema explico él porque), pues pensé en reservar todo ese material para ir “reciclándolo”  durante los periodos de baja actividad. Pues bien, ese periodo hace tiempo que llegó, aunque ha sido ahora que he decidido dar el empujón, he ir reaprovechando, poco a poco, esos temas.

Me gustaría empezar por uno que no tiene relación con el mundo del wargame, pero que creo que es lo suficientemente curioso y cercano al mundillo “Friki”, que no veo porque no traerlo aquí. ¿Sabías que Don Quijote de la mancha en la búsqueda de su querida dulcinea llegó a una galaxia muy, muy lejana, de cuyo nombre no quiero acordarme?

¿habéis oído hablar alguna vez del gran Don-Wan Kihote? Un viejo bibliotecario que de tanto leer historias sobre jedais se creyó ser uno de ellos. Desde ese día vagó por la galaxia, como caballero andante protegiendo al indefenso, o intentándolo al menos.

Pues si os suena a Don quijote de la mancha, no es en absoluto casualidad. Pues sus creadores se inspiraron en el personaje de Cervantes para crearlo. Su aparición es breve, se limita, principalmente, a los números 8, 9 y 10 de los comics de Star Wars de Marvel (que fueron canon durante un breve periodo de tiempo). Aun así, su existencia en el mundo de Star Wars no deja de ser una curiosidad más que interesante.

Historia.

Su nombre verdadero es Hess Korrin, pero poco sabemos de cómo era antes de sucumbir a su locura y adoptar el nombre de Don-wan Kihote, según él, el ultimo jedi.

Tras la destrucción de su biblioteca, Don-wan Kihote se vio obligado a coger el viejo sable de Luz que había entre sus polvorientos almacenes y exiliarse al lejano e inhóspito planeta de Aduba-3, donde no sabemos cuanto tiempo se quedó, ni que hizo por aquellos lares hasta el encuentro que cambiaría, una vez más, su desdichada vida.

Y es que tras la destrucción de la Estrella de la Muerte, Han Solo, con su Halcón Milenario lleno de riquezas proporcionadas por la Alianza Rebelde, emprendió un largo viaje para satisfacer a sus acreedores y apartar la molesta mirada de Jabba el Hutt de sobre sus hombros. Pero la suerte, o quizás la fuerza, quiso que el viejo contrabandista no llegara a su destino.

En medio de la travesía Solo y su peludo compañero fueron atacados por piratas, y aunque salvaron sus vidas, y su valiosa nave, no gozó de tal suerte su recién ganada fortuna. Desposeído de nuevo de las riquezas con las que pagar a sus acreedores, Han Solo no pudo hacer mas que buscar un planeta apartado y escondido, alejado de las miradas de quienes le buscaban, y pasar allí un tiempo planeando sus siguientes pasos. Quiso la fuerza que aquel planeta no fuera otro que Adubba 3.  

Los Salta-estrellas de Aduba 3

Adubba era un planeta peligroso, donde el talento de un superviviente como él no pasó desapercibido. Pronto encontró trabajo como mercenario para un grupo de granjeros, que lo necesitaban para que les protegiera de un peligroso y despiadado mafioso local llamado Serji-X Arrogantus, y sus Jinetes de las Nubes. Sabedor de que tal tarea no sería fácil, Han buscó por la propia taberna gente aguerrida como él.

Así fue como Don-wan Kihote, fascinado con la idea de poder ayudar a los más débiles y poner en práctica sus ideales jedis, acudió a la llamada del contrabandista.

Han Solo descubrió de inmediato que la lucidez y cordura del anciano eran frágiles, no obstante no exigía precio por sus servicios, y a decir verdad, no tenía mucho entre lo que elegir, por lo que tras un leve titubeo aceptó al caballero entre su pequeña banda improvisada. Y Así, Don-Wan Kihote pasó a formar parte de los Ochos Salta Estrellas, un grupo conformado por Han Solo, Chewbacca, la fugitiva Amaiza, el conejo carnívoro Jaxxon, el lanza púas Hedji, y el joven granjero Jimm y su robot-tractor FE-9Q.

Al día siguiente el grupo partió hacia el pueblo de los granjeros, montados en banthas. Pero el caminó no fue fácil, pues antes de llegar, una hambrienta bandada de “sabuesos”, criaturas feroces y agresivas propias de las grandes estepas de Aduba, les atacó.

Las garras de los sabuesos eran afiladas, sus alas les permitían atacar desde las nubes con la velocidad de un rayo, y sus feroces colmillos no suponían una amenaza menor.

Aún así la batalla fue corta, y pronto el variopinto grupo de Han Solo demostró ser mas capaz de lo que su apariencia indicaba. Incluso el delirante caballero contribuyó en la victoria, arrebatando la vida a una de las insaciables criaturas con su espada de luz.  

Tras la batalla llegaron al pueblo, y aunque sus cuerpos les pedían descansar de tal agotador viaje, simplemente no tenían tiempo que perder, Arrogantus estaba cerca.

El bandolero pronto llegó con sus espiders voladores, y sin dejar margen al dialogo atacó al variopinto grupo, que sorprendentemente se defendió con relativo éxito.

Fracasado el primer envite, las naves de Arrogantus se desplegaron para aprovechar su mayor numero, acabando por rodear a los Salta-Estrellas con prontitud.

Sabedor de que ser atacados por la retaguardia sería su fin, Han no tuvo más remedio que mandar al caballero Kihote y a la damisela Amaiza a cubrir aquella peligrosa zona.

La batalla se recrudecía por momentos, pero es cuando todo parece más difícil y el destino más sombrío cuando un héroe realiza los gestos grandes. Espada en mano, y viendo que su compañera corría peligro, el caballero se lanzó al ataque, ejecutando un golpe propio del maestro jedai más entrenado, un golpe que sería tan dañino para él que para su enemigo. Pues en aquel gesto galán y caballeresco, Kihote salvó a su compañera de una muerte segura, descuidando pero a su vez su guardia, hecho que fue aprovechado por sus enemigos para dispararle un ruin y cobarde tiro de balster por la espalda.

Kihote se tambaleó para caer seguidamente al suelo arrodillado, ha sido herido, pero no vencido. La fuerza corre por sus venas, el espíritu de los Jedais, de alguna forma, esta con él, su temple aun ese esencial en esta breve historia.

La batalla siguió su curso, sin que ninguno de los bandos obtuviera una ventaja relevante, hasta que la fuerza intervino de nuevo. Pero no fue el lado luminoso quien acudió en ayuda de los Salta-estrellas esta vez, sino el Behemoth del Mundo de Abajo, una criatura creada por la mano de un viejo Sith,  en tiempos ya olvidados, y ahora convocada por un desesperado granjero con ínfulas de chaman.

Rápidamente la criatura consiguió su cometido, acabando con Arrogantus con sus poderosas fauces. Pero la magia Sith es una fuerza poderosa al igual que peligrosa, un poder con el que los incautos no deberían jugar, y el viejo chaman pronto paga con su vida por tal osadía, aplastado por las propias garras de la criatura que él mismo despertó de su largo letargo.

Sin amo que sometiera su voluntad, el Behemoth pronto se convirtió en una amenaza mucho mayor de la que había podido suponer el despiadado Arrogantus. Inmune a los disparos de blaster, y con la capacidad de disparar poderosos rayos de poder tenebroso, el Behemoth resultaba ser una criatura extremadamente peligrosa.

Han Solo y sus Salta-Estrellas no pudieron hacer más que refugiarse y ganar tiempo mientras pensaban como afrontar aquella nueva amenaza.

La situación era desesperada, pero he aquí que Don-wan Kihote demuestra nuevamente su valor caballeresco, o su demencia, o tal vez una mescla de ambos. Fuera cual fuera la razón, el caballero emergió de su refugio, espada en mano, decidido a enfrentarse aun destino aterrador. Pero no era miedo lo que brillaba en los ojos del viejo caballero, sino la pura determinación de hacer el bien costara lo que costara,

A pesar de su valor,  Han sabía que su compañero poco tenía que hacer contra la bestia, pero al mismo tiempo sus agudos sentidos de contrabandista se percataron de un hecho sumamente relevante; la  criatura temía al sable de luz de Kihote. Se hizo evidente de que si querían tener una mínima posibilidad de vitoria, aquella arma de tiempos ya olvidados era la clave.

Decidido, y con valor renovado, Han salió de su escondite, haciéndose con el arma de su compañero y atravesando el vientre de la bestia en una acción tan audaz como temeraria. El golpe resultó fatal, la tenebrosa criatura Shit se desplomó pesadamente al suelo esta vez para no regresar jamás.

La victoria fue celebrada, y tras ella cada Salta-estrellas tomó su camino, con una pequeña recompensa en sus bolsillos y una amistad que no desaparecería jamás.

Sus pasos llevaron a  Don-Wan Kihote lejos de aquel lugar, a la  estación de Anglebay en el planeta Telos IV, para ser curado de sus heridas. Allí encontraría su final tiempo después, en el asalto provocado por el cazarrecompensas Beilert Balance. Cansado, mal herido y agotado, el viejo caballero se dejó morir, con los nombres de sus compañeros saliendo de sus labios, recordando con lucidez aquellos días, en que, por un tiempo pudo cumplir sus mas anhelados deseos, servir al bien y defender al inocente con su sable de luz.

Y hasta aquí la historia de nuestro compañero. Como veis, en su breve aparición en el mundo de Star Wars, el doble de Don Quijote de la Mancha, no destacó de forma especial, pero ahí está, como un guiño y una buena referencia a lo que fue, y posiblemente sigue siendo, la obra literaria más importante de la lengua castellana.

Curiosidades.

-En la publicación “los Salta-estrellas de Aduba-3” en la revista “Star Wars gamer, número 4”, se nos rebela que Don-wan Kihote resulta que sí que era sensible a la fuerza, aunque muy levemente. Después de todo parece que sí que tenía una pisca de jedi.

-Os sorprendisteis al ver el sable blanco de Rey, pues resulta que Don-wan Kihote fue el primer personaje de la historia de Star Wars en usar un sable de ese estilo, aunque el sable no era suyo pues lo rescató de su biblioteca para que no cayera en manos imperiales (fue una cuestión relacioanda de como coloreaban los comics en esa época, no es que tenga ningún significado, aunque es un hecho curioso cuando uno lo piensa)

Y eso es todo, poco me queda por decir de este curioso personaje ¿lo concias? ¿Qué os ha parecido su breve paso por la saga de Star Wars?

Acerca de jaume30

Wargamero desde que naci, aficionado a la ciencia ficción en general. Escritor y creador de juegos en sus ratos libres, que de momento no son muchos.

5 comentarios en «[No Solo Minis] Cervantes en Star Wars.»

  1. Yo tengo ese comic y seguramente es la razón de que aparezca la ficha de jedi quijotesco en le juego de rol . En la nueva etapa de marvel han recuperado al conejo para una portada y algún que otro personaje de la vieja época de marvel, donde había muchas cosas que fueron desapareciendo del universo de star wars.

  2. Eso iba yo a decir. El Jedi Quijotesco era uno de los perfiles disponibles en el juego de rol (antiguo). El origen es casi igual, aunque no comienza con un sable de luz, sino con una espada normal. También partía con uno de los tres poderes Jedi (Percibir?).
    Era original y curioso.
    Pd: toda la trama del cómic me parece un despropósito la hostia.

  3. @Canivoro Los comics de marvel eran así, comics de su tiempo, sin muchas pretensiones, tan solo hacer una historieta con la que pasar el tiempo.

    Me leí como la mitad de los volúmenes en su tiempo, y lo deje por su “simpleza”, más tarde me arrepentiría. Al final muchas de las historias mas nuevas de Star Wars se lían a intentar hacer algo complejo con varias tramas, y mensajes, y no sé qué, y al final les salen bodrios del estilo, con tramas que no se cierran, o un tanto enrevesadas, con filosofía de servilleta y personajes aburridos. Al menos los comics de Marvel eran un bodrio, en su mayoría, pero un bodrio a conciencia que tenían su encanto.

    Solo te digo una cosa, la historia que venia después de esta era la de Luck luchando con unos dragones marinos controlados por una especie de piratas, imagínate como eran el resto.

  4. Bueno, los Simpsons dejan claro la opinión que tuvimos muchos con el «nuevo rumbo» argumental absurdamente elaborado de pacotilla que empezó con La amenaza fastasma.

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