Saludos, Señores de la Guerra.
Ayer, más de un año después de mi última partida de Warhammer, hice una partida introductoria (a mi Señora Inquisidora). Creo que pocas veces se ha hablado de este tema (yo mismo hice un post sobre esto hace cinco años) pero la experiencia de ayer creo que fue positiva y quiero compartirla con vosotros. Esto vale tanto para una edición de Warhammer pura como una edición fan, pero os hablaré de lo que hice yo (sexta pura). Estoy convencidísimo que enseñar a jugar a otros juegos es más sencillo que a Warhammer, lo reconozco 🙂
Creación del ejército
Aunque forme parte de la diversión, de la estrategia y del juego, NO deberías explicar a nadie cómo se crea un ejército. Eso es Warhammer, totalmente, pero es demasiado complicado para un novato (si no sabe qué diferencia hay entre unos Orcos y unos Orcos Negros…). Así que tú deberás crear las dos listas. A ser posible de ejércitos distintos. Intenta que las listas NO tengan mil reglas especiales (fuera No Muertos, Silvanos, Ogros, Bretonia y Skavens). En mi caso planteé dos listas, una de Altos Elfos con bastantes proyectiles, un carro y un pelín de magia, y una del Caos con algo de psicología.
En concreto la lista de Altos Elfos tenía un mago de nivel 2, 14 Guardia de Lothern (estandarte y músico), 10 arqueros, 5 Ellyrion, 14 Grandes Espaderos (estandarte y músico), carro de Tiranoc y Lanzavirotes.
El ejército del Caos estaba liderado por un PAladín Legendario en montura demoníaca (miedo, salvación especial), cuatro Caballeros (porta y músico), 12 Bárbaros (mayal), 5 perretes, 15 Guerreros (alabarda, porta y músico) y un Shaggoth con arma a dos manos.
Explicando la base
Si os fijáis son dos ejércitos con lo que explicar la base, sin cosas complicadas (ni siquiera desafíos), la magia es sólo por un lado, el terror sólo por otro… De esta forma introduces todos los conceptos del juego (salvo Hostigadores) y puedes conseguir centrar la atención de tu pupilo / oponente en pocas cosas, para no agobiar, y sobre todo no hay mil excepciones a todo.
Cuando enseñas tienes que centrarte en que la otra persona aprenda. Recuerdo que mi primera partida (y mi segunda) me perdía con las tablas. A la media hora ya era «tengo HA4… ¿eso qué tengo que tirar?». Tienes que ser paciente. Mi consejo es que las tablas de momento las dejes aparte, «ya te las aprenderás, no te preocupes» y te centres más en mostrar las fases: inicio de turno, movimiento, magia, disparo y combate. Tu objetivo debe ser que el oponente aprenda eso, cómo funciona más o menos los pánicos de inicio de turno («sí, es con dos dados y va por Liderazgo»), cómo van las cargas, el disparo y el combate (y la resolución de combate).
Lo más importante (y difícil) para un jugador veterano es intentar NO pensar a dos turnos vista. Piensa sólo en este turno. Como expertos jugadores pensamos a dos o tres turnos vista, colocamos cebos, pensamos en cómo pueden ir los combates… Cuando enseñes a jugar tienes que dejar mentalmente todo eso fuera. Y no, no vale argumentar «es que también tienes que enseñar tácticas»; no, enseña el juego, las estrategias y tácticas es «otra fase» (Recordad este artículo de las tres fases).
Invirtiendo papeles
Algo que me gusta mucho es hacer dos ejércitos, enfrentarlos, y luego dar la vuelta. La primera partida yo llevé elfos (lo siento) y mi señora Caos, y la segunda parte yo llevé Caos y ella los estirados caraconos. El tema es que de esta forma aprende cómo mover todo, cómo disparar, hacer magia etc. Además al llevar ella la primera con Caos lo único que tenía que aprender era cómo mover y cómo atacar, en la segunda partida ya pudo lanzar algo de magia y disparar.
Conseguí mi objetivo más o menos, no descarta volver a jugar (ganó las dos partidas… no es que me dejase ganar, pero me centré en enseñar y dejarle repetir malas decisiones, más que en pasar por encima con tácticas fruto de la experiencia), y quería compartir estos pensamientos que tuve (qué meter y cómo intentar enseñar).
Vosotros, ¿cómo enseñáis a jugar a Warhammer?
Me viene muy bien esta entrada. Yo estoy en proceso de meter a mi novia en el mundillo, llevamos cuatro semanas jugando una partida de Warhammer Underworlds cada domingo. Es un juego mucho más rápido que Fantasy, pero aún así he comprobado que tiene su dificultad para alguien que no tiene ni idea de esto, así que yo no sería tan ambicioso como tú con una primera partida de Fantasy. Cuando dé el salto, lo haré con muy pocos puntos (quizás empiece con patrullas), nada de magia y lo mínimo de psicología.
Lo primero es no abrumar, así que con aprender la secuencia de turno, tipos de movimiento y las mecánicas de disparo, combate y resolución, creo que es suficiente. Una vez se consigue no abrumar, y que el juego sea posible, mi objetivo es que enganche. Ahí creo que puede ayudar darle un componente narrativo a la partida: dar nombre y algo de historia a los personajes (incluyendo grupos de mando), y poner algún objetivo trasfondístico, que se luche por algo y la victoria se base en algo más allá de contar puntos.
Si se consigue jugar y despertar interés, en siguientes partidas ya iría metiendo magia, cosas con miedo, etc. hasta un futuro idílico e inalcanzable en donde ella se haría sus listas y discutiría qué hechizos u objetos mágicos son mejores para su plan de batalla.
Mi primera partida de Fantasy fue hace unos 15 años o así cuando estaba estudiando en la universidad (no me preguntéis la edición, jugaba Altos Elfos contra Chaos tb… casualidad?), y termine en el bar con mi oponente sin haber terminado la partida y hablando de cualquier cosa menos de Warhammer.
Me vendieron la moto y pique de cabeza, pero al final me estampe con las reglas.
Por contra, hace poco (y por TTS) me enseñaron a jugar un poco más a Fantasy (6a), y por lo que sea, tuve una experiencia 180º diferente.
Yo con mi hija de 13 probé una partida a 500 puntos. Silvanos contra skaven, es lo que tengo que quieres….., sin magia.
Mover disparar y combatir.
Lo más complicado eran los bailarines guerreros así que fue sencilla del todo.
No le desagradó además me ganó, yo iba con los skaven y sus bailarines dieron cuenta de mis ratas ogro y mis guerreros 😅
Tengo pendiente la segunda subiendo a 750 y poder meter caballería.
Por cierto, jugaba a sexta.
Lo más importante es no abrumar como decís.
Le di la lista hecha, le expliqué que hacía cada unidad y a jugar. Ella se limitaba a mover y declarar disparos y demás, yo le decía cuantos dados y que había que sacar y así no le complicaba la cosa.
Bueno, warhammer es un juego muy complicado. O lo pillas con muchas ganas de aprender todo, o siempre va a ser una batalla cuesta arriba.
Yo elegiría un juego similar, pero mas sencillo, como kings of war, o conquest, que son similares para aprender las mecanicas y tal.
Nunca he intentado iniciar a alguien al hobby, pero mirando partidas de iniciación en la Güorchop y en otros sitios sí que me he dado cuenta de cosas que funcionan y que pueden ser atractivas a la hora de iniciar. Por claridad, las voy a acompañar con ejemplos de AoS, para que se entiendan mejor (y continúo mi agenda de invadir el Viejo Mundo con los Reinos Mortales… >:·>).
– Los ejércitos, cuantos más pequeños mejor. Así la gente no se te lía tanto con mil reglas de unidad y puedes meter alguna chuche complicada, aunque pocas. Si puedes iniciar con 1500, puedes con 1000. Y si puedes con 1000, puedes con 500. Aun así, no te pongas muy nazi con los puntos: en estas partidas no importa si un lado tiene 10-20 puntos más o menos.
– Que los ejércitos sean lo más asimétricos posibles, para dar la oportunidad de que el novato pruebe cosas diferentes, especialmente si después vais a repetir la partida intercambiando los ejércitos. Si uno es élite, el otro horda; si uno es de combate, el otro con disparo; si uno tiene magia, el otro con cañones; etc…
Ej. AoS: Listas de ~450 puntos, Stormcast vs. Ciudades de Sigmar. Caballero Incantor, 5 Seguidores con una maza y 5 Evocadores contra General de los Gremios Libres, 10 Espaderos, 10 Arcabuceros y 10 Ballesteros. Por el lado Stormcast tenemos magia, élites y combate y por el lado humano tenemos habilidades de mando, hordas y disparo con diferentes armas.
– No metas habilidades de unidad ni reglas desde el principio. Es mejor que las vayan «adquiriendo» conforme avanza la partida que meter el turrón en el turno 1. Es especialmente importante con reglas añadidas a las minis, como rasgos de mando, objetos mágicos, batallones, etc… Si luego se juega otra partida con las mismas tropas entonces sí que se pueden usar desde el principio y añadir cositas que no hayáis tenido en la anterior.
Ej. AoS: La magia a partir del turno 2 y sólo los hechizos básicos, igual que las habilidades de mando. Los Evocadores no pueden Empoderar ni los Arcabuceros aguantar y disparar, como tampoco usar los grupos de mando hasta el turno 3. El 4º turno es con todo. En la segunda partida los héroes ganan un objeto mágico a TÚ elección (no te pases, +1 a algo es suficiente) y todas las reglas de las minis desde el principio.
– El plan de batalla tiene que ser simple. El «frente a frente y a fostiar» es muy fácil, aunque si el sistema tiene, o se enfoca en; objetivos, meter uno u dos en la misión para dar algo más de chicha al tutorial es más interesante que el mata-mata. Evita los escenarios de los reglamentos; son muy complicados para alguien que está empezando y se pueden alargar. Con 3-4 turnos suficiente.
Ej. AoS: Un objetivo en el centro del campo (un cofre). Quien tenga más minis a 3″ (9cm) de él al final de la 4ª ronda, gana (los Stormcast cuentan por 2, los héroes por 5).
– El campo de batalla no lo compliques: un campito de 60 x 60 cm o poco más y 2 o 3 elementos de esceno con reglas diferentes por variedad suele ser suficiente.
Ej. AoS: Dado que Warcry nos ha dado tableritos cucos, usamos uno de esos. Unas ruinas que son obstáculo, un monumento Maldito y un bosque y ya.
Esto es lo que se me ocurre. No sé 100% si es todo correcto o si alguien tendrá otras ideas. Los reglamentos de juegos de moñacos pueden llegar a ser difíciles de digerir si metes todo de una tacada, a veces incluso las reglas básicas se pueden atragantar; así que pienso que es mejor ir poco a poco y picar su interés.