[Ejército del Lector] Warhammer: Orcos y Goblins de Guybrush

Saludos, Señores de la Guerra.

Seguimos con vuestros ejércitos (ya sabéis que podéis enviarnos vuestro ejército). Si la semana pasada Tziliar nos deleitaba con un precioso ejército del Imperio, ahora es Guybrush Snake quien demuestra que no sólo sabe hacer portadas increíbles para ¡Cargad! sino que también le da bastante bien al verde…

No se muy bien que formato seguir o por donde empezar a hablar de mis orcos, por lo que creo que haré lo más sabio, empezare por el principio y ya veremos donde acabo.

Y el principio es la caja básica de sexta (la de orcos, imperio, manual y una casa en ruinas de cartón cutre)…

Yo ya conocía el Warhammer desde bastante antes que eso, porque de crío había caído en mis manos una caja de pinturas Citadel del año la picor que utilizaba para pintar cualquier cosa menos Warhammer. Primero por que no tenia, y segundo por que ni siquiera sabia lo que era (de aquella no había internet y averiguar ese tipo de cosas no era tan fácil). Yo solo sabia que en la caja había un panfleto con unas miniaturas y unas maquetas muy chulas, que a mi me daba la impresión de que debían ser inaccesiblemente caras (y desencaminado no iba). El caso es que años después, cuando ya estaba en edad de reventarme los granos, empezaron a anunciar por la tele aquel coleccionable de Planeta de Agostini de miniaturas de Warhammer (de 5ª edición). Aquello me hizo acordarme de la caja de pinturas esa… Me picó la curiosidad y me puse a investigar al respecto. Como ya existía internet no tarde en averiguar lo que era el Warhammer, y como vi que era caro, pero no tanto como había supuesto en su día, decidí pillarme la caja básica del juego, y ahí empezó todo…

A priori podría parecer que empece con orcos por que era uno de los dos ejércitos que venían en la caja, pero eso fue solo una afortunada coincidencia, de todos los ejércitos que vi es el que más me llamaba. Siempre me han caído bien los orcos, los trolls, los goblins y demás criaturas amargadas, feas y brutas. Además me gusta la falta de pretensiones de los pieles verdes, mientras que el resto de razas de Warhammer persiguen un fin, ya sea dominar el mundo o proteger su hogar, los orcos no buscan nada, simplemente van por ahí jodiendo todo lo que pillan sea del color que sea. Como dicen en Alien: “Admiro su pureza”.

Bueno, después de este rollo de introducción, paso ya a hablar de mi ejercito propiamente dicho (ver fotos), o mas exactamente del 70% de mi ejercito, el otro 30% (unas ciento y pico miniaturas), no está ni medio aceptablemente pintado, o directamente despintado, así que está temporalmente en un cajón criando polvo. Y es que pinte el grueso de mi ejercito con quince o dieciséis años, de modo que a grandes rasgos estaba pintado como el culo. Luego llego 7ª y pasaba de pintar las minis porque no tenia tiempo, hasta que este verano me dije, ¡basta!, ¡no me he gastado un pastizal en miniaturas (no solo en orcos) para tenerlas hechas mierda por ahí en una caja de zapatos!, y me propuse repintarlas y adecentarlas hasta tener un ejercito que no me diese asco ver y eventualmente colocar en una estantería en caso de que alguna vez llegue a tener una casa con suficiente espacio como para dedicar una estantería a exponer miniaturas (cosa dudosa).

Con lo cual, aunque estos orcos lleven ya unos doce años de trote a sus espaldas, el grueso de lo que se ve aquí lo pinte entre junio y agosto de 2011. Menuda hartura que me pegue.

La evolución de mi ejercito tiene 3 claras partes diferenciadas. La primera desde que empece hasta que fui a mi primer torneo de Warhammer, la segunda desde entonces hasta el final de 7ª, y la tercera y mas triste (y con menos partidas jugadas), desde que empezó 8ª hasta hoy que estoy escribiendo esto.

Al principio no sabia jugar. Punto. Yo pensaba que mientras dos unidades valiesen el mismo coste en puntos, estaban igualadas y cuanto más grande mejor. Con lo cual rellenaba los puntos del ejercito con tropa básica (porque era más barata que las especiales y singulares de metal) y ale, a correr, listo para enfrentase a lo que fuese. Evidentemente, perdía como un campeón. En aquella época fue cuando compre la mayoría de las básicas que tengo. De hecho todas las básicas que se ven aquí (y las que no se ven aquí) menos las que me venían en el paso de la calavera.

Años después jugué mi primer torneo (es decir, jugué por primera vez a Warhammer con gente que no llevaba jugando el mismo tiempo que yo) y ahí cambio todo, fue un punto de inflexión. A pesar de lo malo que era yo, había tenido suerte e iba el primero de la clasificación del torneo, llevaba dos partidas y dos masacres, pero para la tercera me enfrente a un tío que llevaba silvanos… Y menuda panadera que me dio. Nunca había visto a nadie jugar con tanta astucia, planificación y táctica en la vida. Quede el tercero del torneo por su culpa (ergo no me lleve los 40 pavos en cheque regalo de la tienda) pero gane mucho mas, gane una nueva perspectiva del hobby. Y las dos primeras conclusiones a las que llegue fueron que, uno, para ganar hay que pensar, dos, la tropa básica piel verde es nefasta, hay que dejarse de tacañerias y pillar especiales. Así que ahí empece poco a poco a hacerme con pastores de garrapatos, jinetes de jabalí, fanáticos, trolls, lanzapinchos etc… Y para cuando llego séptima edición, los gloriosos e insuperables garrapatos saltarines. A partir de ahí, mi ejercito, que generalmente se componía de tropas mas o menos grandes y flexibles en su función y usos, paso casi invariablemente a basarse en pequeñas tropas muy especializadas. Es decir, tropas de 20 nocturnos cuya única función era llevar 3 fanáticos. Ni grupo de mando ni lanza. El mejor equipo para un goblin es otro goblin. Especialmente uno que lleva un garrapato debajo. Tres tropas de 10 garrapatos saltarines con un solo proposito, comerse el ejercito enemigo empezando por los flancos, y si jugaba a mas de 1500, el resto de especiales se iba en lanza-pinchos, una lanza goblins de singular (hecha de madera, y masilla, que aunque llevaba buen camino nunca termine, y por tanto no sale en las fotos), y lo demás en chamanes goblin. Ni un solo orco en mis listas, cero defensa, todo ofensivo. En ninguna otra época como jugador he cosechado tantas victorias. Y así habría seguido de no ser por la llegada de octava y sus nefastas reglas que enfocan el juego casi exclusivamente a usar inmensos bloques de tropa básica y tirar dados sin ton ni son, es decir, ¡a jugar como cuando no tenia ni puñetera idea de jugar! Como sentía (y no era el único en mi grupo) que la nueva edición le daba la espalda a toda mi evolución como jugador, decidimos, elegantemente, cagarnos en ella y crear lo que llamamos 7.5, es decir, un nuevo reglamento de Warhammer, basado en séptima, con algunas reglas de octava (impasibles, ataque en dos filas, magia, reglas de monstruos…). Aun esta en fase experimental, pero es posible que para mi (y mi grupillo) se vuelva la edición de Warhammer definitiva. Como en 7.5 la infantería tiene mas sentido, los ejércitos que suelo llevar ahora son mas variados, con mucha básica de orcos, trolls especiales en tropas de 6 (tengo tres, los otros tres me los invento) que ahora son la estrella del ejercito, especialmente con héroe dentro, saltarines, aunque en menor cantidad, que con lo de impasibles no son tan buenos contra infanteria, orcos negros (que nunca me habían gustado como unidad, y siguen sin gustarme) y generalmente no meto chaman (de lo poco bueno de octava, con la nueva magia, meter un chaman tonto del culo con dos pergaminos para dispersar ya no es esencial, así que elegir héroes ahora tiene mas gracia, y puedo variar mas las listas).

Respecto al trasfondo… Debo decir que no hay mucho que contar. De mis otros ejércitos, (y bandas de Mordheim) si que suelo pensar algún trasfondo. Aunque ni siquiera llegue a escribirlo, por lo menos me lo imagino, pero de los orcos me cuesta. Al fin y al cabo, ¿quien va a estar ahí para contar la historia de un whaaag? No todos los ejércitos de orcos matan a un conde elector, o arrasan Ulthuan para que los historiadores de las razas a las que si que les importa la historia lo registren. Cuando un orco cae, nadie le recuerda, otros dos ocupan su lugar y punto (en el caso de un goblin cuatro). Si uno no vive para poder presumir de sus hazañas, es que sus hazañas no merecen la pena ser recordadas, así que ni siquiera mis orcos conocen su propia historia.

Si mi ejercito tuviese que tener un trasfondo, seria un breve informe de un explorador imperial:

“Un gran grupo de pieles verdes esta alzándose sobre sus tribus vecinas en las montañas grises. El que parece ser su líder es un piel verde particularmente brutal y hosco para lo habitual en su maldita raza que ha forjado alguna clase de pacto con una tribu de goblins de las cuevas que visten de blanco. Creemos que se trata de la misma tribu que lleva atacando las aldeas del sur de Nuln los últimos años pues su descripción concuerda con los testimonios de los supervivientes, que hablaban de una horda de  pequeños demonios blancos que atacan cuando baja la niebla. Al parecer esta tribu prefiere vivir en los valles brumosos del noreste de la cordillera gris antes que en las cuevas como sus semejantes. Aparentan tener alguna fijación totémica con la niebla, de ahí su vestimenta.
Aunque constituyen una amenaza potencial, esta horda no parece tener aliados, así que a pesar de sus incursiones frecuentes dentro de nuestras fronteras y las de Bretonia, también mantienen a raya a los no muertos y a los hombres rata.
Desaconsejamos enviar una partida de caza, pues combatir en su terreno aseguraría una perdida de efectivos inasumible, y por otra parte, su salvajismo diezma otras plagas peores que ellos mismos.”

Y a grandes rasgos eso es todo lo que puedo decir de mi ejercito, si hay algo mas digno de mención, yo al menos no lo recuerdo.