Saludos, señores de la guerra.
Os traigo el tercer y último informe de batalla de Mathy con sus skavens.
Espero que os guste.
Enanos vs. Skaven
Escenario: Batalla Campal
Este escenario es un clásico que no necesita presentación, la típica Batalla Campal.
Finalmente me enfrentaba a mi némesis, los odiados Enanos. Esos malditos tapones son duros como rocas, y me causan grandes dificultades siempre que lucho contra ellos. Mis trucos habituales no sirven, ya sea por su dureza innata o por su altísimo liderazgo. Mis temibles armas de guerra se estrellan una y otra vez contra sus apretadas filas y mi magia es anulada sin piedad por su resistencia natural. Y esta vez no iba a ser distinto.
Ante mi se encontraba Ermengol, el general Enano. Un chaval majo, con el que compartí mesa durante la comida. Y dado que las conversaciones durante el ágape giraron en torno a nuestras dos partidas anteriores (como somos los fikis!), yo tenía muy claras una serie de particularidades a cerca de su hueste. A saber, que tenía dos Cañones Órgano, tres buenas unidades de infantería y que en la segunda partida su rival y él se habían limitado a dispararse durante los seis turnos hasta el inevitable empate. Lo primero me causó pánico, lo segundo terror y lo tercero estupor. No podía quitarme de la cabeza que alguien llegara a considerar divertido jugar solamente las fases de disparo. Pero bueno, era mi rival y tenía que adaptarme.
Bueno, en realidad no, Ermengol no debería haber sido mi rival. Un accidente informático les pasó factura a los organizadores y al volver a entrar los datos cruzaron los mios con los de mi anterior rival, por eso a pesar de ir líder por puntos jugué en la mesa 5. Sin duda algun competidor había manipulado los resultados con la esperanza de que los Enanos fueran un hueso demasiado duro de roer para mis ratitas…
Y para terminar, me tocó jugar en el campo de batalla más odiado para un ejército de infantería, uno atravesado por un maldito rio. En el centro del rio había un vado, que quizá fuera útil o quizá no, justo frente a una colina con un tempo en su parte superior que decidimos que sería terreno abierto. Al otro lado, un bosque marcaba aproximadamente el centro del campo de batalla, mientras que un terreno rocoso me iba a poner difícil desplegar en el flanco occidental.
Enanos
General: Ermengol
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G – Señor de los Enanos, Comandante General. Arma a dos manos. Armadura de Gromril con una Runa Magistral de Gromril, una Runa de la Resistencia y una Runa de la Salvación. Talismán con Runa Magistral del Rencor. Piedra del Juramento. 291 puntos
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S – Señor del Clan, Héroe Portaestandarte de Batalla. Armadura de Gromril con 3 Runas de la Piedra, una Runa de la Resistencia y una Runa de la Salvación. 165 puntos
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H – Herrero Rúnico, Heroe Escudo. Amuleto con Runa Rompehechizos y Runa Magistral del Equilibrio. 147 puntos
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GE – 25 Guerreros Enanos, Básica Escudos. Grupo de Mando. 250 puntos
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B1 – 10 Ballesteros. Básica. Escudos 120 puntos
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B2 – 10 Ballesteros. Básica. Escudos. 120 puntos
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RH – 25 Rompehierros, Especial Grupo de Mando. Estandarte con Runa del Estoicismo y dos Runas de los Ancestros. 400 puntos
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Mar – 16 Martilladores. Especial Escudos. Grupo de Mando. Estandarte con Runa de la Batalla. 263 puntos
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O1 – Cañón Órgano, Singular. 120 puntos
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O2 – Cañón Órgano, Singular. 120 puntos
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Total: 1996 puntos
Skaven
General: Mathy
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G – Jefe de Guerra, Comandante General. Alabarda. Armadura de Disformidad. Amuleto de Piedra Bruja. Palanquín. 221 puntos
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I1 – Ingeniero Brujo 1, Heroe Condensador mejorado. Acumulador sobrealimentado. Armas de piedra bruja. Espíritu de las Tormentas. 110 puntos
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I2 – Ingeniero Brujo 2, Heroe Condensador mejorado. Acumulador sobrealimentado. Armas de piedra bruja. Pergamino de dispersión. 110 puntos
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S – Sacerdote de Plaga, Heroe Espada Pútrida. Brazaletes de Poder. 120 puntos
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Ali – 18 Guerreros Alimaña, Básica Grupo de mando completo. Estandarte de guerra. Picadora de la condenación. Escudos. 210 puntos
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Pi – Picadora de Condenación, Grupo de apoyo 30 puntos
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Clan – 20 Guerreros de Clan, Básica Grupo de mando completo. Amerratadora. 125 puntos
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A – Amerratadora, Grupo de apoyo. 60 puntos
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Escl – 20 Esclavos, Básica Músico. 44 puntos
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C – 5 Corredores de Sombras, Básica Estrellas arrojadizas. 35 puntos
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RGi – 21 Ratas Gigantes, Básica 3 packs = 18 ratas+3 señores de las bestias. 90 puntos
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H – 3 Hordas de Ratas, Básica. 135 puntos
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E – 5 Acechantes Nocturnos Excavadores, Especial Armas de mano envenenadas. 85 puntos
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MPl – 15 Monges de Plaga, Especial Grupo de mando completo. Estandarte del Odio. Arma de mano adicional. 170 puntos
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J – 6 Mosquetes Jezzail, Especial. 120 puntos
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RO – 3 Ratas Ogro, Especial 3 packs=3 ratas ogro+3señores de las bestias. 150 puntos
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CDf – Cañón de Disformidad, Singular. 100 puntos
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P – 5 Portadores de Incensario de Plaga, Singular.85 puntos
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Total: 2000 puntos
Despliegue
El despliegue no fue mal, teniendo en cuenta que luchaba contra enanos. Al menos mi rival tuvo la decencia de no desplegar en una esquina, cosa que algunos generales enanos hacen y que odio profundamente. Sinceramente, recrear una batalla y cubrirte las espaldas con el «final del tablero» me parece ridículo. ¡Como si no hubiera más terreno tras ellos!.
Consciente del alcance limitado de las máquinas de guerra de mi rival, todo mi ejército desplegó a unos centímetros del borde de su zona de despliegue. Como es habitual, pude elegir enfrentamientos y me avergüenza un poco confesar que puse a mi General y su escolta delante de la única unidad de infantería rival que creía que podian ser capaces de ganar en combate: los Guerreros Enanos. Y es que a pesar de que el grueso de mis fuerzas se encontraban en la ribera occidental del rio, no tenía muchas esperanzas de que pudieran hacer algo contra las unidades de élite enanas. En la ribera oriental, en cambio, mis Esclavos y mis Alimañas tenían una oportunidad, a cubierto tras los Corredores de Sombras.
Finalmente, designé como lugar de salida de mis excavadores un punto tras las lineas de ballesteros de la izquierda y, sorprendentemente, gané la tirada para ver quien empezaba el primer turno. Eso me planteó un dilema. Por un lado, yo tenía la mayoría del ejército a salvo de los Cañones Órgano por lo que tampoco me importaba mucho que empezara mi rival, especialmente por que así dispones luego del último turno para reagrupar tropa y reclamar cuadrantes. Pero también soy consciente que los ejércitos de disparo ODIAN empezar segundos. Así que finalmente me decanté por el factor psicológico (nunca hay que subestimar ese factor, puesto que me ha dado más partidas de las que puedo contar) de poner la máxima presión y reclamé el primer turno para los skaven.
Turno 1 – Skaven
Decidido a llevar a mi plan a sus últimas consecuencias, todas mis tropas se lanzaron a toda velocidad hacia los enanos con la sana intención de hacerse una alfombra para sus cuartos con sus barbas. Excepto los Jezzails, todas mis tropas marcharon hacia el enemigo. Es importante destacar la marcha del Cañón de Disformidad, puesto que es algo que raramente se ve en los campos de batalla. Por suerte las reglas de esta máquina de guerra especifican que su tripulación puesta hasta las cejas de piedra bruja puede hacerle realizar movimientos de marcha.
En la fase de magia, vi como mi rival me robaba un dado de energía con su maldita Runa del Equilibrio y la añadía a sus dados de dispersión. Pero la verdad es que era del todo innecesario, puesto que el Ingeniero Brujo de la unidad de Guerreros de Clan disfuncionó y no pudo lanzar más magia ese turno. El conjuro del segundo Ingeniero pudo ser dispersado con facilidad.
Mis Jezzails fallaron todos sus disparos y se acabó mi turno. Mis esperanzas estaban puestas en que con tantos blancos a su disposición, Ermengol se hiciera un lío y no acertara a masacrarme mis unidades clave. Menudo optimista estoy hecho….
Turno 1 – Enanos
Mi rival tenia clara una cosa, no podía consentir que mis ratas se acercaran a tal velocidad. Sus movimientos fueron pocos (son enanos al fin y al cabo) pero suficientes para desestabilizar todo mi frente de batalla, como vereis en turnos sucesivos.
Los Rompehierros y el General avanzaron un poco, mientras que los Martilladores con el Herrero Rúnico sobrepasaron a los ballesteros para protegerlos de las Ratas Ogro. Finalmente, los Guerreros Enanos avanzaron un poco también.
En la fase de disparo, los ballesteros de la izquierda acabaron con un Señor de las Bestias de mi unidad de Ratas Ogro, mientras que los de la derecha fallaron todos los disparos contra mis Jezzails. El Cañón Órgano de la izquierda logró abatir a otro Señor de las Bestias más e hirió a una rata mutante. Hasta el momento la terrible fase de disparo enana parecía una broma, que tomó un cariz dramático cuando su segundo Cañón Órgano sufrió un extraño «accidente» y explotó mientras se disponía a aliviar a mi General de la pesada carga de sus escoltas.
Mi pobre rival me pasó el turno muy decepcionado con sus ingenieros.
Turno 2 – Skaven
Mi segundo turno empezó con muy malas noticias. Resulta que los Excavadores se habían vuelto a perder Espero que esta vez hubieran encontrado un amargo final, que salieran a la superficie cerca de la Taberna de Burgman y ni uno solo de ellos sobreviviera el tiempo suficiente para pedir una pinta. ¡Menuda panda de incompetentes!
Las Ratas Ogro se vieron obligadas a cargar a la unidad de Martilladores. Ermengol había aprovechado muy bien mi furia asesina para obligarlas a realizar una carga sin apoyos que podía ser muy peligrosa para mis intereses.
En el mismo flanco, los Monjes de Plaga rodearon el bosque a toda velocidad sucumbiendo a los efectos de su Estandarte del Odio, acompañados por los Portadores de Incensario. Las Hordas de Ratas salieron en masa del bosque para amenazar a los ballesteros, al igual que las Ratas Gigantes. Ese movimiento resultó ser un error, como vereis. Sin duda me confié demasiado, y lo pagué caro. O era la desesperación de ver que las cosas no me acababan de ir como deseaba. El caso es que nunca es buena idea acercar unidades de ratas a combates de dudoso resultado, puesto que una vez empieza a correr la primera, la cosa se suele desmadrar.
Los Guerreros de Clan y su Amerratadora bordearon el bosque mientras el Cañón de Disformidad apuntaba a los Rompehierros que acompañaban al General enano.
Al otro lado del río, mis Corredores de Sombras rodearon las ruinas humeantes del extinto Cañón Órgano, mientras que los Esclavos y los Alimañas ganaron terreno a paso ligero.
La fase de magia fue un absoluto desastre. Los enanos dispersaron todos mis hechizos y me retiré a llorar a un rincón.
En la fase de disparo, los Jezzails mataron a un ballestero y me asombró la tristeza en la mirada de mi contrincante por su combatiente muerto. Es lo que tiene jugar con skavens, te vuelve un poco insensible a las bajas.
Finalmente pasamos a la fase de combate. Mis Ratas Ogro fallaron miserablemente a la hora de atacar y solo pudieron matar a dos Martilladores y herir al Herrero Rúnico. Los enanos contratacaron matando a una Rata Ogro, ganando el combate y haciendo huir a mi unidad. ¡Pero qué mal! Esas bestias peludas bajitas habían hecho huir a mis bestias peludas gigantes sin apenas sufrir bajas. Pero eso no fue lo peor. Ver a sus hermanas mayores poner tierra de por medio evaporó al instante el coraje de la unidad de Ratas Gigantes, que ignorando los latigazos de los Señores de las Bestias emprendieron una huida desenfrenada hacia la seguridad relativa del bosque.
Y así, de un plumazo, mi frente occidental se había derretido como un muñeco de nieve en agosto…
Turno 2 – Enanos
Llegamos entonces al segundo turno enano y Ermengol me sorprendió con algunos movimientos inesperados.
Los Rompehierros y el General cargaron contra las Hordas de Ratas preocupados por la integridad del su último Cañón Órgano. Esa pieza de artillería era clave para la victoria enana, por lo que se arriesgaron a dar el flanco a la unidad de Monjes de Plaga que ya tenían muy cerca.
Los Martilladores se acercaron un poco a las Ratas Ogro mientras que los Guerreros Enanos se alejaron un poco de mis Alimañas.
En la fase de disparo, los ballesteros de la dereccha acabaron con dos Alimañas, mientras que los de la izquierda liquidaron a otra Rata Ogro. Finalmente, ante la atónita mirada de unos pobres Rompehierros que lo habían arriesgado todo para protegerlo, el último Cañón Órgano explotó en una gran deflagración que achicharró barbas cercanas e iluminó el campo de batalla entero.
Los pobres Rompehierros, asustados sin duda por el estruendo, no acertaron más que a infligir tres míseras heridas a las Hordas de Ratas, y aunque éstas no consiguieron causar baja alguna mantivieron la posición por ser inmunes a la desmoralización.
Turno dos y sin artillería… ¡Pobre enano!.
Turno 3 – Skaven
El segundo turno skaven empezó con las cargas por el flanco de mis tropas con furia asesina hacia los Rompehierros y el General enano, que mantuvieron la posición. La verdad es que no tenía muchas esperanzas puestas en este combate, pero si no ganaba cargando yo y por el flanco, no sé cuando podría ganar.
El Señor de las Bestias consiguió apaciguar a la última Rata Ogro, mientras que sus compañeros no eran capaces de hacer lo mismo con las Ratas Gigantes que cada vez se internaban más en el bosque.
Finalmente, en la rivera oriental, decidí sacrificar mi unidad de Corredores de Sombras poniéndola entre los Guerreros Enanos y los Alimaña para que, cuando los enanos arrasaran en su turno, yo pudiera contratacar con la Picadora de Condenación e influir de verdad en el combate en mi turno.
En la fase de magia, volví a disfuncionar, y lo que era más preocupante, esta vez no conseguí activar los Brazaletes del Poder del Sacerdote de Plaga. Mi pobre personaje iba a enfrentarse a los enanos más acorazados del mundo sin su abrelatas preferido…
En la fase de disparo, el Cañón de Disformidad mató a un Martillador con un pírrico rayo de fuerza 2, y los Jezzails volvieron a fallar. Hay rumores que dicen que los mosquetes lanzaron salvas al aire por sus compañeros Excavadores caídos en combate. Yo lo que creo es que son unos inútiles y punto.
La fase de combate de este turno se presentaba clave. Viendo el combate muy cuesta arriba, el Señor Enano hizo traer una puñetera piedra de entre sus filas para poder estar a la altura de las circunstancias. Gracias a ello, mi bono por flanco quedaba anulado. Mi Sacerdote de Plaga no hizo prácticamente nada, pero mis Portadores de Incensario se portaron y mataron a 4 Rompehierros, muriendo uno de ellos en la refriega. A cambio, el lamentable General enano solamente pudo herir una vez a las Hordas de Ratas, sin duda por que subido a una piedra el hacha le quedaba corta. El combate resultó en una victória a mi favor por 3 puntos. El estandarte de la unidad le permitía repetir un chequeo de desmoralización, aunque no hizo falta por que mi rival sacó un reluciente 7 en su primera tirada.
La ofensiva skaven del frente occidental había parado en seco. Eso era un hecho. Y si el flanco derecho no me daba alguna alegría pronto, la batalla tomaría un cariz preocupante.
Turno 3 – Enanos
El contraataque enano no se hizo esperar y resultó letal para la aspiracion skaven de barrer del tablero a todos los tapones en el menor tiempo posible.
Por un lado, los Ballesteros cargaron a las Hordas de Ratas por el flanco para apoyar en combate a la unidad de su Señor. Por el otro, los Guerreros liderados por el Portaestandarte de Batalla pasaron por encima de mi unidad de Corredores de Sombras y se abalanzaron sobre la unidad de mi Señor de la Guerra. Finalmente, los Martilladores que escoltaban al Herrero Rúnico que me estaba destrozando la fase de magia cargaron contra la última Rata Ogro superviviente.
En la fase de disparo, los ballesteros dispararon a mis Jezzails, matando a uno de ellos.
En combate, los Martilladores acabaron con la Rata Ogro sin problemas y arrasaron con sus cortas patitas. Y en el combate principal, la avalancha de heridas que recibieron los servidores de la Plaga y sus mascotas fue tal, que ambas unidades perdieron la furia asesina y se alejaron del combate como alma que lleva el diablo. Por suerte, las Hordas de Ratas indesmoralizables impidieron que los enanos me persiguieran y recogieran mi querido Estandarte del Odio que ahora yacía pisado y roto en el barro.
Mucho más contento, Ermengol me pasó el turno con la mirada puesta en el combate que creíamos que iba a decidir la partida, el de los Guerreros Enanos.
Turno 4 – Skaven
La cosa pintaba mal para los skavens, y eso que no se podía pedir más de esos estúpidos ingenieros barbudos. Ellos solitos se las habían arreglado para hacer explotar sus delicadas máquinas de guerra dejando a sus compañeros a merced de las masas ratoniles. A pesar de tan triste actuación, ese maldito Señor de los Enanos subido a su pedrusco se las había ingeniado para rechazar una y otra vez a todos los que osaban plantarle cara. Y parecía que cundía el ejemplo, puesto que los Guerreros del otro lado del río se habían avalanzado ni más ni menos que sobre la unidad de mi General.
Mi cuarto turno empezó con la Picadora de la Condenación arremetiendo contra los Guerreros Enanos. Esperaba grandes cosas de esa máquina de destrucción. En el otro lado del campo de batalla, mi Sacerdote de Plaga, libre por primera vez de la intoxicante influencia de su estandarte, detuvo su huida y se giró, intentando aclarar su cabeza. Vió como los enanos luchaban contra una multitud de pequeñas ratas y por primera vez se preguntó qué sentido tenia toda esa lucha. Las Ratas Gigantes, en cambio, siguieron huyendo como… como ratas.
La fase de magia siguió proporcionándome nuevas cotas de decepción, como a lo largo de toda la partida. El único conjuro que lancé fue un Rayo de Disformidad mediocre que abatió a un solo Martillador.
Por suerte, la fase de disparo fue mucho mejor, y al terminarla, más de la mitad de la unidad yacía en el suelo masacrados a base de plomo a gran velocidad por cortesía de la Amerratadora y los Jezzails. Ya que esos malditos enanos habían acabado con toda oposición, al menos se las tendrían que ver con los letales proyectiles skaven.
Por otro lado, el Ingeniero a cargo del Cañón de Disformidad recibió una severa reprimenda por su extremada cautela a la hora de disparar con aquel cacharro. Creo que las palabras literales del General Skaven fueron «Como no mates a alguien de una <@»·=»!> vez, te voy a estrangular con tu propia cola». Si el pobre Ingeniero cumplió con sus órdenes al morir él y toda su tripulación en la consiguiente explosión, es algo que dejaremos que decidan los historiadores.
En cuanto al lentísimo combate contra las Hordas de Ratas, los enanos empezaron a acusar el cansancio y solamente acabaron con la mitad de las que quedaban, quedando un nuevo turno atrapados en esa interminable refriega.
Y por fin llegamos al combate principal. La Picadora de la Condenación apareció entre las filas enanas causando una destrucción nunca vista y a pesar del muro de escudos los tapones interpusieron entre ellos y la máquina, tras su primera acometida 5 cadáveres enanos decoraban sus temibles cuchillas, la mayoría de ellos bastante incompletos. El Portaestandarte de Batalla dió un paso al frente y acabó con 3 Guerreros Alimaña, mientras que mi Señor de la Guerra y su palanquín solamente pudieron liquidar a un barbudo.
A pesar de la decepcionante actuación de mi General, gané el combate por 2 puntos. El general enanó lanzó su tirada de desmoralización a sietes y falló. Repitió y volvió a fallar. Los enanos lanzaron al suelo sus estandartes y huyeron a toda velocidad, dejando atrás a la Picadora y a los Alimañas que los siguieron más cautelosos. Viendo la desbandada enana, el coraje de los Ballesteros cedió y ellos también tomaron el camino a su casita.
En definitiva, un gran turno para los skaven. Que las Hordas de Ratas aguantaran este turno era una gran noticia, puesto que aunque iban a ser masacradas en el turno enano, eso me permitiría decidir qué hacer con mi Sacerdote de Plaga.
Turno 4 – Enanos
Los enanos empezaron su turno reagrupando a todas sus tropas a la fuga. Esa es una de sus características más molestas… Si no los atrapas al principio, luego los muy cabezones se dan la vuelta y tienes que volver a empezar.
La unidad de Martilladores se acercó peligrosamente a mis Guerreros de Clan dispuesta a tener una palabritas sobre la gestión de la Amerratadora.
Sin ningún disparo posible, pasamos al único combate, donde los Rompehierros lograron acabar por fin con las últimas Hordas de Ratas. Esas pequeñinas habían dado su vida en el momento clave, y me sentí orgulloso como un padre… por que quizá lo era!.
Sin nada más que hacer, Ermengol me pasó el turno un poco desconfiado.
Turno 5 – Skaven
En el quinto turno skaven tuve que enfrentarme a un dilema. Por un lado, mis Monjes de Plaga se encontraban a una distancia suficiente para volver a entablar combate con los Rompehierros antes de que finalizara la partida. Pero la verdad es que era muy poco probable que consiguieran de frente lo que no habían sido capaces de lograr atacando por el flanco acompañados de sus Portadores de Incensario. Por lo tanto, el Sacerdote de Plaga new age que había empezado a beber Fruitopía y a dejarse coleta llevó a sus tropas hacia la retaguardia enemiga, por que hay costumbres que cuesta cambiar.
Cerca de allí. mis Ratas Gigantes siguieron huyendo incansables, mientras que los Portadores de Incensario restantes abandonaban el campo de batalla para no volver.
Finalmente, la unidad de mi General y la Picadora se lanzaron a la carga contra los Guerreros Enanos, que se prepararon para recibirlos con sus escudos en alto.
Entre mi magia y mis proyectiles aniquilé por completo la unidad de Martilladores y dejé al Herrero Rúnico solo, herido y lejos de poder alcanzar a ninguna de mis tropas. Eso ya era otra cosa.
Y finalmente, en la repetición del combate de la partida, mi Picadora volvió a sacarle las castañas del fuego al inútil de mi General, que parecía que se había equipado con una alabarda de esas de «Gladiadores Americanos» y no mataba más que el tiempo. Por suerte entre mis bajas y el Estandarte de Guerra gané el combate por dos puntos, pero los malditos enanos se negaron a huir una segunda vez. Empezaba a tener un mal presentimiento a cerca de ese combate.
Le pasé el turno a mi rival mientras contaba la cantidad de ballesteros que acababan de quedar libres para disparar.
Turno 5 – Enanos
El quinto turno enano pasó en un suspiro.
Mientras el Herrero Rúnico buscaba la seguridad de la unidad de ballesteros, el General decidió bajarse de una vez de su peñón para amenazar a los Monjes de Plaga pacifistas.
Los ballesteros de la izquierda dispararon a las Ratas Gigantes a la fuga, supongo que con la intención de causar tantas bajas que no se pudieran reagrupar. Sinceramente, se podrían haber ahorrado los virotes, puesto que jamás vi unidad alguna con menos ganas de guerrerar que esas dichosas monstruosidades. Los de la derecha dispararon contra los Jezzails, pero sus gruesos paveses les protegieron de todo daño.
En el combate eterno, esta vez la Picadora se quedó sin fuelle y no causó ninguna baja, lo que junto con la ineptitud de mi General y de sus palanquineros dió como resultado un empate que me pareció completamente alarmante.
Y pasamos al último turno skaven.
Turno 6 – Skaven
El último turno skaven se podría resumir en 2 conceptos: Impotencia e Incompetencia.
Impotencia la del Sacerdote de Plaga, que tuvo que retroceder con su unidad ante la mirada asesina del Señor de los Enanos. No tenía ninguna posibilidad de ganar ese combate ni cargando, aunque tampoco sabía si su retirada iba a ser completa, por que la verdad es que las dos unidades estaban muy cerca.
Incompetencia… ah, este turno la incompetencia campó a sus anchas entre los hombres rata. Primero, las Ratas Gigantes tampoco se reagruparon y huyeron a paso vivo. Luego, la magia volvió a fallar de nuevo, y esta vez casi se lleva a un Ingeniero a la tumba. Tras eso, la Amerratadora explotó cuando apuntaba al maldito Herrero Rúnico, al que tampoco logré dar con mis Jezzails, que se han ganado el «título Rompetechos»a peores tiradores del año. Y para acabar, el combate de mi General, en el que la Picadora logró matar algunos enanos más, pero en el que otra vez mi Señor de la Guerra hizo el ridículo. Al final gané el combate por 1 punto, y Ermengol no tuvo problemas para pasar la tirada de desmoralización.
Quizá hubiera sido mejor idea cederles el primer turno a los enanos, visto lo visto.
Turno 6 – Enanos
Y llegamos al último turno enano. Los Rompehierros cargaron a los Monjes de Plaga, pero resultó que estaban fuera de su alcance.
Pasamos inmediatamente al combate de mi Generalucho, que era lo único interesante que quedaba.
La picadora volvió a quedarse enredada en algunos restos de barbas y no hizo nada. Por suerte, esta vez entre mi Señor de la Guerra y su escolta mataron a 2 enanos perdiendo una sola rata a cambio. Eso significaba que había vuelto a ganar el combate por 1 punto. ¿Y sabeis qué? Pues que Ermengol volvió a superar su chequeo de desmoralización y, hasta donde yo se, mis alimañas allí siguen a dia de hoy, dando palos de ciego como si de piñatas barbudas se trataran. ¡Menuda panda de cretinos!.
Sinceramente me alegré de no haber ganado en el último turno lo que no merecí ganar en todos los anteriores. El Portaestandarte enano y su unidad de Guerreros aguantaron como auténticos jabatos y se ganaron mi respeto. Solo espero que todos lleguen a barbaslargas algún dia y recuerden cuando, de jóvenes, se plantaron delante de un Señor de la Guerra skaven y le gritaron a la cara «¡No pasarás… en mi guardia no!».
RESULTADO: Enanos 7- Skavens 13
Victoria marginal para los skavens. En este caso los puntos por cuadrantes y estandartes capturados fueron clave para evitar el empate.
Comentarios Finales
¿Os había dicho que no me gusta jugar contra Enanos? Pues ahora veis por qué. Les he cargado tres veces con todo lo que tenía y ni una sola de ellas ha terminado con una victoria ratonil. Su dureza, su liderazgo y su organización los hacen mis peores rivales. Normalmente, contra un rival acorazado, si mis jezzails matan a uno o dos jinetes ya me puedo plantear el combate. Con los enanos tienes que derribar a una docena antes de eso, y normalmente no llevo los 40 jezzails necesarios para ello.
Mi rival planteó una lista bastante equilibrada. Algo de proyectiles y algo de combate. Para mi un poco pasada de runas de protección, pero eso seguramente es defecto profesional de llevar tropas prescindibles. Especialmente sangrante era el caso del Portaestandarte de Batalla, cuya armadura llevaba 5 runas de protección saltándose la Regla del Tres rúnica y haciendo su lista ilegal. La verdad es que ni me molesté en atacar a esa mini, y en ningún caso tuvo influencia en el resultado final, pero os recomiendo que repaseis vuestras listas a conciencia, especialmente si no usais el Army para hacerlas. Estoy absolutamente seguro de que no era el caso de Ermengol, pero este juego ya es muy complicado de por si como para dar la impresión de hacer trampas.
La partida tuvo tensión y reconozco varios errores mios que me pudieron costar caros. No pensar que los Martilladores podían provocar a mis Ratas Ogro fue uno. Poner a las Ratas Gigantes cerca otro. No hacer avanzar a los Esclavos y confiar que mis Alimañas serían suficientes, otro. Pero por suerte esta vez la Rata Cornuda se apiadó de mi y maldijo a esos dos Cañones Enanos para que explotaran en el momento preciso.
Y eso fue todo. Esta era la última partida del Torneo de Corredores de Sombras 2017. Me lo pasé genial, la organización estuvo realmente bien. El local era gigante y las mesas muy bien montadas. Me reí escuchando muchas anécdotas de otras partidas, como el participante que se presentó con 14 unidades de goblins nocturnos y 42 fanáticos. Conocí gente estupenda y me tocó una buena mini en el sorteo de premios del final. ¿Qué más se puede pedir? Pues hombre, puestos a pedir… lo que molaría es ganar el Torneo ¿no?
Y aquí llega el colofón, «le Grand Finale» o como lo querais llamar. Por que, como os he comentado al principio, resulta que la organización sufrió un problema informático y sin darse cuenta adjudicaron la victoria a mi segundo rival, por lo cual, yo me quedé «oficialmente» fuera de los puestos de honor. Por suerte, semanas después volvieron a contar y vieron que en realidad las ratas de un servidor habían hecho el mayor número de puntos, por lo que se disculparon y me adjudicaron la victoria. pero claro, en un sistema Suizo de competición, a mi en la última partida no me hubiera tocado jugar en mesa 5, si no en la 1, con otro rival, por lo que en realidad nunca podremos saber qué hubiera pasado. Por cierto, quiero dejar claro aquí que los rumores de avistamientos de asesinos skaven cerca de las casas de los organizadores son completamente infundados.
Por lo tanto, el 3er Torneo de Corredores de Sombras acabó de la mejor forma posible… ¡Con un ganador skaven ganando de forma irregular! ¿Creeis que hay mejor forma de ganar para un skaven? Yo no lo creo.
Bueno, y hasta aquí esta segunda tanda de 3 informes de batalla. Espero volver pronto con más, y mejor para todos.
¡Salud y dados!
Genial informe, siempre es un placer leerte. Pero me surge una duda, y es que no encuentro ni en los MDNR ni en el libro de 6ª que las Ratas Ogro tengan furia asesina, aunque sí aparece en el libro de 7ª. ¿Se me escapa algo?
Me imagino tu habitación con un altar de sacrificios a la rata cornuda jajajaja madre mía que suerte de batalla 😉
Genial informe, aunque haya sido ya el último del torneo estaría muy bien leer más informes de batalla que realices. Ah, y felicidades por una victoria tan Skaven, jejeje
@Germán Bueno: Eh… Esto… Tienes toda la razón, Germán. Se me cae la cara de vergüenza ahora mismo. Suerte que no soy enano, si no me tendría que teñir el pelo de rojo y salir a buscar una merecida muerte. ¡Pero como la he podido pifiar tanto! Las Ratas Ogro de sexta no tienen furia asesina. Eso por una parte las hará más controlables pero por otra las obligará a chequear pánico mucho más a menudo debido a que la unidad tiene pocas miniaturas, y con dos bajas en una fase huirán a menos que saque un 5 o menos. Voy a tener que replantearme su función. A partir de ahora prometo no volverme a equivocar. Mis más sinceras disculpas a mis rivales hasta el momento. La verdad es que como unidad no me suelen dar muchas alegrías, pero sigue siendo un fallo imperdonable. Muchas gracias por abrirme los HOJOS, Germán.
@Gystere: La verdad es que lo podría hacer con las miniaturas que tengo sin pintar, si me pusisese a ello… Jajaja… Si, fue una batalla muy apurada.
@Vito F.B.: No tengo todo el tiempo que querría para el hobby, como casi todo el mundo. Pero te aseguro, Vito, que seguireis recibiendo informes como estos (o mejores, con trasfondo, que me encantan) mientras pueda jugar alguna que otra vez. Un saludo, me alegro que te haya gustado.
Espero que no sea la ultima aventura de la rata Mathy y sus seguidores, que aunque llevo enanos siempre mola ver las desventuras de un skaven y algún que otro battle report de tanto en tanto se agradece
Buena victoria!!! Siempre es un placer leer tus informes!!
Muchas gracias por el informe, era de las cosas que más me gustaba leer en las antiguas White dwarft, (antes de que fuesen un «la novedad gana»). Siempre me parecieron una magnífica forma de, para los que no podemos jugar muchas partidas, aprender tácticas y trucos a través de los fallos y aciertos de otra gente.
Enhorabuena también por la utilización del Battlescribe a mí me pareció tedioso a más no poder y desistí de usarlo para mis informes.
Un saludo y esperando leer más.
@Notelo Voydecirle: Estoy absolutamente de acuerdo contigo. Los informes de batalla de las antiguas wd me encantaban. Especialmente antes de octava edición, donde efectivamente, ganaba invariablemente el ejército que era novedad. Recuerdo que en sexta, en el informe de batalla de presentación de los skavens, se produjo un empate (¡inconcebible!), y algún ejercito llegó incluso a perder. Dices que tu también publicas informes de batalla. ¿Donde? Me encantará leerlos. ¡Hasta pronto!
Lo que está más que claro es que los espías skaven de Mathy vuelven a actuar antes de la batalla; en este caso saboteando los dos Cañones Órgano… 😛
@Xavier Macías: Los informes los cuelgo en mi blog personal https://eljuegodelaguerra.blogspot.com.es/?m=1 algunos también están colgados en el blog oficial de Saga en España http://jugandosaga.blogspot.com.es/?m=1
Como te comenté intenté ponerme con el Battlescribe, pero me parecía tan lago preparar el croquis que prefiero una foto general del campo de batalla retocada con Paint para señalar movimientos, disparos y demás.
Por cierto, mi intención no es hacer spam, si los moderadores lo consideran necesario que borren los links, no me lo tomo a mal ni mucho menos.
Un saludo.
Grandioso informe de batalla. Muchas gracias por el trabajo de redactar y crear las imágenes. Un saludo.