[Trasfondo] Las legiones y sus Primarcas 7×19

Bajo las ciudades de Terra, existían mazmorras que jamás eran bañadas por la luz del sol. La gente encarcelada allí se alimentaba de las sobras de los que vivían en la superficie.

Lo peor de lo peor de la sociedad era arrojado a aquel lugar. Asesinos, violadores, enfermos mentales… que, tras años de no ver la luz del sol, fueron adquiriendo características como la piel blanca y unas pupilas más grandes que les permitía ver mejor bajo tierra. La VIII Legión se reclutó entre parias de la sociedad.

Bendecidos o quizás malditos con el don de la semilla genética, sus capacidades para ver en la oscuridad aumentaron hasta tal punto que simplemente eran incapaces de ver la luz del sol sin unas lentes protectoras.

Rápidamente demostraron ser auténticas tropas de terror. Eran psicópatas, desequilibrados y, con los dones de un Astarte, cualquier pequeño rastro de humanidad quedó olvidado. Se infiltraban en los mundos hostiles y desataban auténticas carnicerías.

Durante las guerras de unificación, si había que aplicar justicia, rápida y ejemplar, el Emperador desataba a estos asesinos que parecían sentir ansia por castigar a los malvados e imponer la ley, aunque de la forma mas brutal y sangrienta posible, para que el mensaje calase.

Especialistas en infiltración, eran hijos de la noche.

Nostromo

Nostromo es el mundo de las tinieblas perpetuas, donde ningún tipo de luz natural toca su superficie gracias a la densa capa de polución que cubre la atmosfera. En ese lugar infernal no crece casi nada, el crimen gobierna las pocas ciudades que existen y los poderosos se alimentan (literalmente) de los más débiles. Desde los niveles más bajos de las colmenas, donde viven los desahuciados que son cazados por bandas criminales como si fuesen jabalíes, a los pisos más altos donde vivían los opulentos señores del crimen.

En este mundo de tinieblas acabó el joven primarca, pero no en uno de los pisos altos, y mucho menos en los bajos. Su cápsula perforó el suelo acabando a varios kilómetros bajo tierra, solo, en completa oscuridad.

Tras sobrevivir a ese violento nacimiento, se arrastró hasta la superficie y vivió de las alimañas que habitaban en las alcantarillas. Atormentado por su don, la capacidad de ver el futuro, terribles pesadillas de posible y oscuros destinos le acosaban en dolorosas visiones.

Con el tiempo creció y ascendió en la forma de vida de Nostromo. Aniquiló  de forma brutal, en plena oscuridad, a las bandas de criminales que torturaban a los habitantes. Nadie llegó a verlo nunca y acabó siendo conocido como “el Cazador Nocturno”.

Entre que empezó la cacería de criminales hasta que tomó el control de la ciudad, no pasó más de un año. Trajo consigo un símil de justicia y paz; la paz del terror.

Calles antes llenas de actividades ahora estaban vacías y las madres contaban a sus hijos que si no se portaban bien el Cazador vendría a por ellos.

Su control se extendió rápidamente por el planeta y acabo por convertirse en su “benevolente” Dictador. Ejercía mezcla de respeto y paz en todo el planeta; la justicia estaba servida.

La llegada del Emperador y la gran cruzada.

Casi un siglo tras el inicio de la Gran Cruzada, el Emperador  llegó a Nostromo tal y como estaba profetizado, el portador de la luz, el destructor.

Las naves rompieron la espesa capa de nubes que cubría el planeta. La gente vio por primera vez la luz del sol y se escondieron. Esa nueva luz significaba un dolor atroz y los que intentaron abrir los ojos quedaron cegados. El Emperador rechazó su escolta y fue personalmente al palacio del Cazador.

“Siéntete en paz, Konrad Curze, pues he llegado con la intención de llevarte a casa”

“Ese no es mi nombre, padre, mi gente me dio un nombre y tengo intención de usarlo hasta el día de mi muerte. Y sé perfectamente cuáles son tus intenciones conmigo”

Konrad se sometió al Emperador, como ya había visto que pasaría y se preparó para ocupar su rol en el gran plan, tomando el mando de la VIII, los Amos de la Noche

Bajo el tutelaje de Fulgrim, rápidamente aprendió la forma de ser de las legiones. Y finalmente actuó de forma autónoma. Animó a sus tropas a decorar sus armaduras de formas grotescas para que infundieran miedo al enemigo, una táctica que probó ser eficaz. En cuanto un sistema estelar se enteraba de la llegada de la legión, cualquier intento de resistencia, de sublevación, de retener tributos o de actividad traidora o mutante, cesaba.

Bajo el liderazgo del Cazador, la legión entro en una espiral destructiva y nihilista de la que no pudo salir y al irse su “benevolente” dictador, Nostromo rápidamente cayó en los viejos hábitos, de una forma aún más destructiva y violenta.

Konrad empezó a perder el poco control que tenía sobre su legión a medida que caían en la espiral de la locura. El Emperador los usaba como herramienta de pacificación y los desplegaba en los mundos recién conquistados. Este tenía muy clara la espiral creciente de autodestrucción que sufría esta legión y su primarca, pero decidió ignorarlo todo y seguir como si nada.

Hasta…

La legión había caído por completo en la locura atacando a otros Astartes e imperiales. Las visiones del futuro que atormentaban al primarca eran cada vez peores, visiones de traición y muerte. Él había perdido por completo el control, ya no era su comandante, como mucho su carcelero. Y todo empeoró cuando nuevas de la traición de Nostromo llegaron a sus oídos.

Viendo cómo su mundo natal había sucumbido a la violencia, lo pacificó, para siempre. Declaró un exterminatus, arrasó la superficie del planeta y mató a todos los seres vivos.

Konrad fue llamado ante el Emperador y el consejo de Terra por sus acciones. Este les acusó de hipócritas que censuraban su violencia cuando el Emperador había desatado una guerra en toda la galaxia que estaba matando a millones para formar su “imperio”. Bajo su perspectiva, el Emperador le castigaba por hacer lo mismo que el hacía.

La Herejía de Horus

No es de extrañar que tras el descontento que existía en la legión hacia el Emperador, los Amos de la Noche se unieran a Horus. No fue demasiado difícil convencerles.

Durante toda la Herejía siguieron haciendo lo que mejor sabían hacer, extender el terror, pero esta vez sobre el Imperio. Sin embargo, existía alguien a quien el Cazador respetaba.

Para el, Lion El’Jonson era el único al que podía respetar.  Como él, había pasado toda su infancia solo, hasta el punto de verle como un igual, alguien en quien confiar para que le apoyara. El sentimiento no era recíproco. El León atrajo a los Amos de la Noche a una trampa, exterminó casi en su totalidad a la legión, capturó al primer capitán y al propio Cazador Nocturno, aunque el encarcelamiento de este no duraría mucho y desataría una campaña de terror en Ultramar.

Finalmente, el León lo volvió a capturar y lo puso a los pies de Guilliman y Sanguinius para ser judgado por los tres, aunque su lengua viperina logró sembrar la desconfianza y la violencia entre el León y el regente de Ultramar, al final fue sentenciado a muerte. Pero, en el último momento, antes de que Sanguinius lo matase, el León lo detuvo diciendo que Konrad había visto en sus visiones que los asesinos de padre lo matarían. Pero…, si esto era cierto, tenían que acudir a Terra.

Nuevamente acabo como huésped en el Razón Invencible, la nave del León, pero en algún momento logró escaparse, para seguir sembrando el terror en todo el Imperio.

Post-Herejía

Tras la caída de Horus, los Amos de la noche no fueron al Ojo del Terror, como el resto, fueron a la franja este y se replegaron. En Tsaqualsa, su nuevo mundo natal, el Cazador conoció su fin a manos de un asesino Callidus. Cuenta la historia que él mismo dejó pasar al asesino y se dejo matar, para demostrar que siempre había dicho la verdad en cuanto a sus visiones.

Tras su muerte, la legión se disolvió en innumerables bandas de guerra que a día de hoy siguen sembrando el terror en el imperio.