[Escalada] Ogros de Guerra / Gestión de la Frustración

Saludos, Reyes de la Guerra. Hoy os traigo mis ogros de guerra (que no warrogors). Estos pobres desgraciados se han tirado MUCHO meses en «gris» hasta que pasaron a estar en color «marrón» – capa base (donde estuvieron otros muchos meses), para volver al blanco imprimación y al definitivo pintado regulero (con el que estoy bastante contento).

ADVERTENCIA: se viene chapada, si no te apetece leer pajas mentales, sáltate los párrafos. Date por avisado/a.

Lo primero de todo, si les ves algo raro es porque no son minis «originales», son todos clones de pasta de modelar «das pronto». Lo único «original» son las cabezas, manos con armas y estandartes. Ni siquiera los escudos son «originales», están clonados a partir del escudo de un cabecilla ogro y de un ogro señor de la guerra, ambas miniaturas de Reaper.

Me hice este montón de clones para aprovechar el montón de cabezas y armas que sobran de la caja de cañoneros ogros, que te vienen montón de piezas de más (que te cobran) y que no puedes aprovechar por falta de cuerpos.

Pues ea, molde de «oyumaru», masilla de modelar, y muchos buenos ratos echados en ese tiempo en que tenía mucho tiempo libre y cero salario y donde no gastar y tener algo que hacer es tan importante para la cabecita.

Los brazos también están clonados, por eso hay algunos un poco deformes, y los que llevan escudo no tienen ni mano, se sujeta pegado al «muñon». Los pies además son bastante deformes, porque es muy difícil sacar ese pie puntiagudo característico de los ogros mongoles de GW.

Intento sacarle partido a todo lo que tengo antes de comprar cosas nuevas para «sustituirlas», y aunque hoy me puedo comprar los ogros que me apetezcan, les tengo cariño a estos, que los hice como «para ir tirando hasta que tenga algo mejor» y que visto con los ojos de hoy en día, no quedaron nada mal para ser minis de un juego de batallas.

Y es que me resulta muy curioso el rollo «tales miniaturas no tienen buena calidad» cuando estamos hablando de miniaturas para un juego de batallas estilo «kings of war», donde a mucha gente se le llena la boca con la «calidad» presunta de las miniaturas, pero luego se juega con ellas a más de medio metro de la cara y en unidades de formación cerrada.

Me pasa un poco como con los videojuegos, que parece que la lucha esté en hacer cada vez mejores gráficos y se ha perdido un poco la capacidad de apreciar cosas que sin ser «lo puto mejor» no están nada mal. Y que se puede jugar con cosas no tan «lo puto mejor».

Sucede además que con estos ogros, que en principio eran «descartes», una justificación para aprovechar cabezas y manos, y una excusa para probar a hacer cosas nuevas, como clonar medios cuerpos y luego unirlos de forma que no queden muy lamentables, me ha tocado montarme en una montaña rusa de gestión de la frustración amarga pero interesante de vivir.

¿Sabes cuando estás haciendo algo, y no te queda bien, pero sabes que lo puedes hacer bien y no te sale? Seguro que sabes de qué te hablo. Es esa sensación amarga de «joder, que no me sale lo que quiero».

Me pasa a menudo que el proceso de pintura me lleva a callejones oscuros donde solo está la luz que yo porto. Donde me critico por cosas que no están mal, pero que a mi me parecen un mierdote como el Kilimanjaro.

Aunque hay veces que si, que la has cagado vilmente y eso no es negociable. Pero hasta eso tiene arreglo. Lo que hace falta es ganas de hacerlo, y ahí es donde entra el tema de «gestión de la frustración».

Cuando casi los tenía acabados, me puse a darles un lavado de negro y marrón a carnes, tejidos, metales… Como me puse a agitarlos como un soltero a su berenjena, se hizo mucha espuma y al aplicarla en las miniaturas no me daba cuenta de la que estaba liando. Al secarse, todas las pequeñas burbujas iban estallando dejando cerquitos en la superficie, de forma que en vez de tener un lavado uniforme por la superficie que me filtrara los colores y los unificara con un sombreado bonito, tenía putas manchas leprosas por las miniaturas.

¿Ves el estandarte? ¿Lleno de manchas negruzcas? Pues así las miniaturas, la base super oscura (en la foto no se ve mal pero en vivo estaba horrible, quería que pareciera arena del desierto y parecía barrillo de meados de un concierto punki).

Y aquí estuve a puntito de decir «veste a la mierda, que tiro las minis y a otra cosa».

Pero luego pensé que había trabajado mucho tiempo en las minis para deshacerme de ellas por una chorrada así. Que si, que la había cagado por no haberme fijado mejor en lo que estaba haciendo, pero que se podía arreglar. Aunque para ello casi había que repintarlas enteras.

Hay que saber ver cuándo te estás haciendo una pelota idiota en la cabeza por una chorrada, y cómo dejar que ruede lejos para seguir haciendo cosas. No voy a soltar ninguna chorrada mister wonderful porque cada cabecita es distinta, y lo que me puede servir a mi a ti te puede importar mil narices, pero te animo a que sigas con lo que te gusta, aunque te salga mal, aunque te digan que está feucho o aunque sea cierto que lo está. Que lo haces para ti, que te tiene que gustar a ti.

Me puse a repintar gran parte de las miniaturas. Me tocó retocar pieles, tejidos, madera, las bases… y empecé a disfrutarlo. Hasta ahora las había pintado más por compromiso, tener el ejército ogro entero pintado, que por otra cosa. Pero en este segundo repintado, me dije «voy a hacer algo más». Y me puse a darle (o intentarlo) textura a las telas con punteados selectivos, o líneas (que en el estandarte se antojan un poco groseras por su falta de sutileza, pero que a distancia de juego se ven bien). Hice lo mismo con las maderas de los escudos, para desgastarlos un poco y que no pareciera madera «monocolor».

El pintado no es ninguna locura, es más bien perezoso, pero lo importante es que a mi me gusta y que en mesa no van a quedar mal.

Para los ogros he usado pintura «americana» de bellas artes. NO LA RECOMIENDO para pintar figuritas, pero yo la uso porque defiendo que con materiales pobres se puede hacer un trabajo digno si tienes ganas y tiempo.

Los metales los he pintado con metalizados de workshop, acero para casi todo, oro viejo para algún detallito de estandarte.

Como las miniaturas son un poco bastas (son clones de masilla y algunas uniones dan pavor) no me importaba usar una pintura más densa porque su textura me ayudaba a disimular cosas. Además va estupenda para dar textura a telas, pieles…

Decidí montar los ogros en bases de 3 miniaturas (regimiento de infantería grande) porque de esa forma cuando hago la horda (6 miniaturas) puede elegir poner delante a los que tienen escudos o a los que no lo tienen para representar la opción «dejar los escudos» donde reduces defensa pero ganas reducción de armadura en los golpes.

Estos que llevan escudos «de calavera» son los rompe asedios. En su trasfondo se supone que llevan mejor armadura. Para representarlos me sirve con el hecho de que llevan escudos más «acojonantes» para sus enemigos.

Las bases son de cartón pluma, y la textura de encima para dar ese acabado como de arena la hago con pasta tapajuntas. Es un producto similar al yeso, pero que viene en tarrinas ya mezclado con agua, de forma que se aplica con una lanceta (o lo que te de la gana) y luego usando alguna herramienta o los deditos haces que tenga un aspecto irregular. Buscaba un aspecto «arena del desierto».

Mis ogros son morenitos porque viajan al sur, a las estepas (y más allá) para ganarse la vida y adquirir vivencias, y luego regresan al norte a las asambleas, a contar lo que han visto. Estos se han ganado la vida combatiendo en zonas áridas, y por eso llevan colores más parduzcos y la arena es… de color arena, y no barrillo.

Por cierto tengo que hacerme un poco mas con la cámara de fotos del teléfono, que me quema mucho las capturas si no jugueteo con el modo de compensación de blancos. El caso es que las que he hecho con el fondo color blanco salen mejor, por lo menos la arena parece más arena ^_^¡

Y esto va a ser todo por hoy, mozos. Lo siguiente que traiga pintado quiero que sea de la lista de compra de exploradores. Me lo voy a imprimir esta tarde, y a buscar las cosas que me falten y a ponerlas en cola de pintura.

Ea, a hacer cosas. Saludos y a pintar.