Saludos, Señores de la Guerra.
A finales del año pasado, hay dos grandes personalidades relacionadas con nuestro mundillo que nos dejaron. Se trata de Colin Dixon y Brian Ansell, y desde aquí vamos a rendirles un pequeño homenaje, como se merecen.
He tardado bastante en recopilar toda la información y entrevistas y darle forma al artículo, pero espero que lo disfrutéis (y espero no haberme equivocado en muchas cosas).
Colin Dixon (1964-2023)
Colin Dion nació en Zimbabwe en 1964, aunque no tardó mucho en vivir en Nottingham. De pequeño ya era fan de la historia militar; junto a su pasión por el hobby y la pintura, no tardó en entrar en el mundillo friki. Se sabe que en 1981 ya pintaba miniaturas, pero la fama le empezó a llegar a mediados de los ’80 cuando ganó el premio al Mejor Regimiento en un Citadel Open Day con unos Montaraces de Bugman, y al año siguiente, en 1985 (con 21 años), ganó la «Chaos Banner Competition» del tercer Citadel Journal. Con esas victorias, John Blanche le preguntó si quería ser pintor para Games Workshop; Colin pasó a ser el primer pintor profesional a jornada completa y exlusivo de miniaturas de Games Workshop (algo extraño en aquél entonces, ¡ganarse la vida por pintar miniaturas!). Como tal, Colin fue el primero en definir el estilo de pintura de Games Workshop (el propio Mike McVey fue alumno suyo y reconoció que nunca llegaría al nivel de Colin). En la White Dwarf 81 (Septiembre de 1986) tenéis una entrevista a Colin, por si os interesa.
Pese a empezar como pintor de miniaturas, Colin demostró que tenía otros talentos; suya es la caja de Blood Bowl de Segunda Edición por ejemplo. Empezó también a hacer esbozos para escultores, hasta que le dio por probar con la masilla. A principios de los ’90 recibió clase de escultura de miniaturas por parte de (entre otros) los hermanos Perry, con quienes tenía una gran amistad.
Sus primeras obras fueron unos Enanos nórdicos (anunciados en Enero de 1991) y luego miniaturas de Demonios del Caos para Epic. Más tarde colaboraría con Aly Morrison en un montón de miniaturas (regimientos de plástico, jinetez de lobo de metal…) Aunque esculpió también para la gama futurista (Necromunda sobre todo), Colin es especialmente conocido por sus miniaturas para Warhammer (Fantasy): Diablillas y Desangradores de cuarta, Tumularios de cuarta, esqueletos de plástico, monjes de plaga skavens de metal, elfas brujas, Gallos de Pelea de Lumpin Croop, la Compañía Maldita…
Sin embargo, creo que colin Dixon siempre será conocido por sus Enanos. Esculpió los arcabuceros, mineros y matadores de los 90, los personajes de Veganza de Drong (incluyendo los Enanos borrachos) e incluso los Matadores Pirata de Drong el Largo. Pero, si hay algo por lo que es especialmente querido, es por sus ESPECTACULARES Barbaslargas de Sexta (y Rompehierros). Que, por cierto, pintó él mismo para el libro de Enanos. Sus Barbaslargas se siguen poniendo como ejemplo de miniaturas que han soportado muy bien el paso del tiempo y que no han sido aún superadas hoy en día. Lo último que esculpió para GW fueron los Enjambres y el Gigante de Hueso de la gama de Reyes Funerarios de Sexta.
Colin fue uno de los principales escultores de Games Workshop hasta 2002, cuando dejó la compañía. No he podido encontrar mucho de qué hizo después, salvo que esculpió cosas para Wargames Foundry (de la que hablaremos en breve) y que ayudó (al menos en temas logísticos) a los gemelos Perry hace pocos años.
El 21 Noviembre, Colin murió. Aparentemente fue una muerte «de golpe», no de una larga enfermedad. Muchos ex-trabajadores de Games Wokshop lo han recordado con buenas palabras.
Bryan Ansell (1955-2023)
Ninguno de nosotros estaríamos aquí sin Bryan Ansell. Fundador de Citadel Miniatures, uno de los autores de Warhammer, inventor de las peanas de plástico y de meter las minis en blíster. Alzo una copa por él.
Bryan nació el 11 de Octubre de 1955. Tras estudiar en Nottingham, Bryan empezó a esculpir miniaturas para Conquest Miniatures (nada que ver con Para Bellum Games, Conquest era una empresa que hacía miniaturas históricas). Poco después, en 1976, Bryan, Steven Fitzwater y Paul Sulley fundaron Asgard Miniatures en Nottingham (Bryan era escultor). Bryan ya empezó a escribir sus cosas en el fanzine Trollcrusher.
Ya sabréis que a finales de los ’70, Games Workshop era una tienda de Londres de Steve Jackson e Ian Livingstone. La tienda se dedicaba sobre todo a vender juegos (incluyendo sobre todo juegos de rol), aunque tenía sección de miniaturas para los juegos de rol. Como no quería «pisar» a la competencia, Games Workshop llama al fundador y escultor de Asgard Miniatures (Bryan Ansell) y le dice «hey, nosotros no podemos fabricar miniaturas, pero qué tal si tú las fabricas para nosotros y nosotros las vendemos, para los juegos que vendemos en nuestras tiendas». Así que, en 1979 (o 1978 según otras fuentes), el señor Ansell abandona Asgard y crea Citadel Miniatures, que se venderían en tiendas Games Workshop. Era una buena asociación entre ambas, pero es importante remarcar que eran dos compañías distintas.
Aunque Citadel Miniatures era una compañía «hermana» de Games Workshop había cierta fricción entre ambas compañías. En Londres (GW) tenían ciertos celos del éxito de Citadel; pensemos que Games Workshop vendía muchos más juegos que miniaturas, así que inicialmente las ponían en una esquina de la tienda (D&D vendía mucho), en unas bolsitas (hasta que Bryan decidió ponerlas en blísters) y en unos pequeños expositores de plástico bastante cutres. Sin embargo, las tiendas independientes vendieron una tremenda cantidad de miniaturas. Hubo un momento en que el equipo de Citadel fue a la tienda GW de Sheffield y llenó las paredes de estantes bien chulos con miniaturas; en ese momento Sheffield vendió como seis o siete veces más miniaturas de lo que había vendido hasta ese momento. Viendo el éxito, las demás tiendas Games Workshop empezaron a hacer lo mismo, cambiar los pequeños expositores de plástico por enormes expositores, vendiendo muchísimo más. En ese momento Citadel estuvo a punto de «morir de éxito», pero Bryan consiguió capear el temporal contratando a más creativos, aunque con sueldos bastante bajos.
El tema iba tan bien que, hacia 1982, las ventas principales de Games Workshop eran de miniaturas de Citadel.
Vender sus propias miniaturas estaba bien, pero ¿por qué no crear tus propios juegos? En 1980, Bryan Ansell sacó a la venta un juego llamado «Laserburn», para jugar con miniaturas de 15mm (aunque también era posible 25mm), pero no en Games Workshop sino editado por Tabletop Games. Junto a Richard Halliwell, ambos se pusieron manos a la obra y sacaron «Imperial Commander» (1981), pensando en jugarse a 15mm. El juego tenía un trasfondo curioso con un «imperio» y unos fanáticos religiosos de rojo. Había una segunda edición de Imperial Commander, aunque no llegó a cristalizar. Todo eso era el gérmen de 40k, pero no fue el «gran juego».
En paralelo, si recordáis, Richard Halliwell y Rick Priestley habían creado Reaper, el juego de fantasía, en 1978. Halliwell fichó por Citadel y supongo que llamaron a Rick Priestley, ya que éste se unió en 1981. En aquél entonces ya existían algunos juegos de batalla (aparte de Reaper) como Warlords (South London) y Emerald Tablet, pero al estar todo el día rodeados de miniaturas, y con alguna experiencia creando reglamentos, se animaron a crear su propio juego para jugar batallas masivas. Games Workshop, que veía cómo el contrato de distribución de D&D se le caducaba, dio visto bueno y animó a que se creasen juegos propios. Así que, los tres juntos, Halliwell, Priestley y Ansell, y tomando Reaper como base, empezaron a dar forma a Warhammer. Bryan llamó a Tony Ackland y John Blanche, a los que conocía de su época de Asgard Miniatures. Se pusieron a la obra y, con la ayuda de la madre de Rick Priestley (que fue quien transcribió todo a máquina de escribir) Warhammer salió a la venta finalmente en 1983, como un «rival» de Dungeons & Dragons aunque con más componente de lucha y menos de rolero. (¡Aunque el juego estuvo a punto de llamarse Battleblade!).
Aunque en muchos sitios leeréis que «Bryan Ansell inventó Warhammer», no es cierto. Warhammer bebe sobre todo de Reaper que es de Priestley y Halliwell. Ansell participó, sobre todo dando algunas órdenes, pero el porcentaje de juego que corresponde a Ansell es más bien bajo
También en 1983 parece ser cuando Bryan funda otra empresa de miniaturas, Bryan Ansell Miniatures Limited, como trabajo de jubilación para Clifford Ansell (su padre) que era ingeniero de minas. A medida que pasaban los años, Bryan Ansell aprovechaba para ir comprando moldes de Citadel que ya no se querían seguir vendiendo (como miniaturas históricas de los Perry); los gemelos, interesados en esculpir miniaturas históricas, iban haciendo más miniaturas para esta empresa en su tiempo libre. Esta empresa pasaría a llamarse luego Wargames Foundry, y aún existe (muchas de esas miniaturas viejunas siguen a la venta en la tienda online de Foundry).
En 1985 Bryan pasó a ser el Director General de Games Workshop. Una de sus decisones es mover la sede central de Londres a Nottingham, algo que no gustó en absoluto a parte del equipo de Games Workshop (de ahí el famoso acróstico en la wd77 «Sod off Bryan Ansell»). Y es que, seamos sinceros, aunque no es de buena educación hablar mal de los recién fallecidos, hay que reconocer que Bryan Ansell no era precisamente una persona muy querida. Como director se ve que era bastante duro (por no decir palabras malsonantes) y muchos le tenían manía (recordad que el cañón del caos que escupía balas por el culo, inspirado en Bryan…).
A partir de esa época decidió dar un golpe de timón, y Games Workshop ya no serían tiendas «de hobby» sino tiendas de productos propios; y la White Dwarf no tendría contenido global, sino únicamente de productos Citadel. Fueron años que la popularidad de Warhammer (y Games Workshop) no paraba de crecer, y con decisiones muy buenas: la publicación (finalmente) de Warhammer 40.000, los Realm of Chaos (Creación principalmente suya) o la asociación con MB para editar juegos (Heroquest, Cruzada Estelar y Battlemasters… aunque hubo un cuarto juego de carreras de carros, bastante avanzado, que finalmente no salió a la venta), la expansión fuera de UK… en menos de diez años, Games Workshop (y Citadel) habían pasado de ser un par de tiendas menores a una empresa muy importante. Y todo esto, gracias a la dirección de Ansell.
En 1991, Bryan vendió todas sus acciones de Games Workshop (por MUCHO dinero), siendo un tal Tom Kirby el que más compró. Ansell se mudó a Guernsey y; con parte de ese dinero, creó Guernsey Foundry para producir miniaturas del Viejo Oeste, África y Guerra de los Siete Años.
Así fue hasta el año 2000, momento en el que Bryan se muda de nuevo a Newark y decide fusionar Wargames Foundry y Guernsey Foundry, haciéndose cargo él mismo de la dirección de la empresa. Destaca su juego The Rules With No Name (2003), que aún está disponible de forma gratuita en la página web de Foundry.
En 2005, a los 50 años, Bryan Ansell dejó de trabajar en el mundillo (dejando Wargames Foundry a su familia), aunque siguió con otros pequeños negocios, como por ejemplo alquilar parte de su mansión para bodas.
El 30 de Diciembre de 2023, hace poco más de una semana, Bryan falleció a los 68 años, dejando un legado imborrable y entrando en la leyenda. Junto a Tolkien y Gigax, es probablemente de las personas a las que más debemos.
Dos muertes importantes en nuestro mundillo a finales de 2023. No puedo menos que decir GRACIAS por todo lo que han hecho.
Brian Ansell es la figura más importante de la historia de los wargames modernos e incluso más aya, prácticamente no tendriamos nada si no fuera por su visión de negocios y no solo para GW si no para la industria de minis en general, y como tal GE no se ha dignado ni siquiera a mandar un saludo de condolencias a la familia en sus redes sociales.
Algunas precisiones, Rick Priestley ya trabajaba en Asgard Miniatures y fue Ansell el que lo lleva a GW, es ahí que Priestley le presenta a su amigo de colegio Richard Halliwell, ya que Ansell buscaba un diseñador para que comenzar a crear reglas para sus juegos, y el ya había publicado reglas para algunos juegos y tenia en el tintero otros mas, fue Ansell el que logro encauzar el trabajo de Priestley y Halliwell, y darle forma para lo que el quería primero y luego GW, por lo que técnicamente si invento Warhammer.
Colin Dixon, colaboró en los últimos años con Perry Miniatures, pero como muchos otros escultores de la vieja escuela, no supo adaptarse muy bien a las nuevas épocas, y paso a un segundo plano, aunque su legado quedará para la posteridad.
Muchas gracias por esta entrada Namarie, había varias cosas (muchas realmente) que desconocía. Grandes figuras y gran legado el que han dejado.
D.E.P.
Dos grandes ilustres, de lo mejor que ha tenido esta afición. Se hará pasada su gran perdida, ya que su legado es enorme. Dios, duele que gente tan importante se vaya tan de repente, sin previo aviso.
Muy interesante artículo, no conocía muchos detalles del inicio de nuestro hobby. ¡Quién pudiera dejar un legado tan grande como ellos!
dos perdidas inesperadas de dos leyendas que no eran tan mayores.
poco se puede decir sobre su importancia para nuestro hobby que no haya dicho ya Namarie en su magnífica semblanza, así que solo queda alzar la espada en señal de respeto y desearles lo mejor allá donde se encuentren ahora.
gracias por todo, amigos.
Gracias por el artículo.
D.E.P.
Genial artículo sobre un verdadero Titán (de los cielos) y un auténtico ancestral de los wargames. Que Hashut los proteja.