Saludos, Señores de la Guerra.
Ya os comentamos que hay proyectos de financiación en masa que triunfan, y otros que no. Hoy podemos ver otro de esos casos que sí y otro que no.
Mierce Miniatures sacó un proyecto en Kickstarter como ya os comentamos. El proyecto ha sido un éxito tremendo y llevan más de 80.000 libras (aún queda algo más de un día. ¿Por qué? Miniaturas acojonantes, cada «subida» iba acompañada de nuevas miniaturas (o nuevas «posibles compras» que se sumaban a lo que la gente invertía). De hecho no han puesto qué «objetivo» se conseguía con 80.000 ni con 85.000 libras, y la gente sigue invirtiendo…
El caso opuesto es Beyond the Gates of Antares de Rick Priestley. Un crowdfunding muy bestia, muy ambicioso (crear directamente una alternativa a 40k) en el que buscaban inicialmente nada más y nada menos que 300.000 libras. Demasiado; sólo llevaban 100.000 en 45 días… y ha acabado cancelándose a quince días de su fecha de finalización (como nos ha hecho notar un lector).
¿Por qué ha pasado? Bueno, ya lo explicamos. Para que triunfe un proyecto así tienes que ofrecer un producto realmente jugoso en términos económicos inicialmente, y a medida que se va «haciendo grande» ir añadiendo más y más cosas. Si para BGA hubieran empezado con algo más asequible como 50.000 libras dando el juego básico (y pensando en sólo dos facciones) y de ahí hubieran ido «ampliando» con más miniaturas y más cosas, habrían pasado de largo esas 300.000 libras. Mierce ha sabido actuar bien, el proyecto tiraba adelante con sólo 5.000 libras (no 300.000) y ha ido añadiendo premios y «extras». Que sí, que 100.000 libras (BGA) es más que 80.000 (Darklands), pero creo que a Rick y compañía se les fue la pelota pidiendo 300.000 libras iniciales…
Porque, en el fondo y salvo fanboys, la gente sólo está dispuesta a pagar cierta cantidad por un producto si conoce su calidad. Todos tenemos nuestra balanza interna, y más en tiempos de crisis.