[No Solo Minis] Regreso al Futuro (la trilogía)

Saludos, Señores de la Guerra.

Versión corta: Si no la has visto, ¡YA TARDAS! Es una de las trilogías mejor hechas hasta la fecha, y es muy de aplaudir lo bien que ha envejecido.

Versión larga…

Hay algunas películas que para aquellos que vivimos los ’80 son y serán siempre «algo más». Los Goonies es el claro ejemplo, pero no es el único: Gremlins, Cazafantasmas… y, por supuesto, Regreso al Futuro.

La primera película de Regreso al Futuro contaba con un joven Michael J. Fox como adolescente (aunque él ya tenía más de 20 años) y un Christopher Lloyd que haría el papel de su vida como Doc Emmett L. Brown. El argumento era bastante original, un viaje en el tiempo accidental en el cual la vida de Marty (Michael J. Fox) corría peligro. Una película que demuestra los peligros de los viajes en el tiempo, y que cuando la veías por primera vez te dejaba un regustillo muy bueno. Era una película excelente a nivel de efectos (para su día), actuación, dirección… pero que a nivel «viajes en el tiempo» tiene más agujeros que un colador hecho de gruyere. ACLARO que es una película que me encanta y que nunca me cansaré de ver, y que en algunos aspectos está muy bien hecha. Sin embargo, a nivel de viajes en el tiempo hace aguas.

¡¡CUIDADO, SPOILERS!! Si recordáis cuando hablamos de Timeline, hay tres tipos de películas: unilineal (lo que hagas da igual porque ya lo has hecho), multilineal (cada viaje en el tiempo genera una línea alternativa de tiempo), y egolineal (sólo la línea del tiempo del protagonista tiene sentido, el resto no han existido jamás… la más bizarra de todas, pero la más habitual). En Regreso al Futuro se nos vende en un principio (y en un final) como egolineal, pues Marty ha visto una vida donde su padre no había pegado a Biff, y sin embargo va al pasado y su padre «domina» a Biff, pero no es egolineal desde el momento en que precisamente Marty muestra al primo de Chuck Berry cómo es el Johnny B. Good. Podría considerarse multilineal perfectamente, si no fuera por el hecho que parece que Marty se desvanezca si sus padres no se conocen (en multilinealidad, habría una línea donde sus padres se conocieron, y la que genera Marty con su viaje). Por tanto tampoco es multilineal. Y, por supuesto, no es unilineal dado que la situación de la familia Tannen y McFly es completamente diferente en los dos casos. Es decir: a nivel de viajes en el tiempo, la película está mal hecha.

Tras La Guerra de las Galaxias, muchas productoras se plantearon eso de hacer trilogías. Podía funcionar eso de hacer tres películas enlazadas entre ellas. Al fin y al cabo a Lucas le había salido genial con Star Wars, ¿no? Así que, si la primera Regreso al Futuro había funcionado, y con Indiana Jones también iban a hacer una tercera, ¿por qué no hacer lo mismo? Así que se pusieron a hacer una segunda y tercera parte. En ésto podríamos decir que fueron los primeros en hacer dos películas a la vez pensando estrenar ambas (algo que también ocurriría años después con Matrix y El Señor de los Anillos). Hasta entonces, alguien podía presentar una trilogía si quería, pero se haría una película y si funcionaba ya se haría la siguiente. Con Regreso al Futuro, se escribieron y filmaron a la vez la segunda y la tercera: no sólo por el final de la 2, sino porque hay demasiados guiños en la 2 acerca de la 3, e incluso sale Biff Tannen «disfrazado» de su abuelo «Perro Rabioso» Tannen.

Regreso al Futuro II tomaba el guión donde finalizaba la primera. Aquí la gracia es que viajan primero al futuro, luego vuelven a 1985, y luego a 1955. A nivel de efectos mejora, a nivel de guión está mejor incluso, y es destacable el trozo en que hay dos Marty McFly en 1955. Pero (¡ay!) la cagan, y mucho, en el tema viajes en el tiempo: no tiene sentido que el Biff de 2015 viaje a 1955 y vuelva a la línea original de 2015, pero aún menos sentido que Marty y Doc viajen de 2015 a 1985 y hagan un salgo de línea. Sí, en su día y/o si no piensas mucho en los conceptos de viajes en el tiempo es una película súper entretenida, muy divertida y que te mantiene en tensión constantemente… La curiosidad: la actriz que hacía de Jennifer no es la misma, por lo que tuvieron que volver a filmar la secuencia final de Regreso al Futuro 1 con la nueva actriz (en este vídeo de youtube se ve la comparación).

La tercera película para mí es la mejor de la saga. Sí, la primera tiene el elemento «sorpresa» de que no sabes de qué va a ir, pero la tercera en su día sorprendió por ser (según dijeron en su día) «la película del oeste más realista hasta la fecha». Cosas como que no tengan todos los dientes blancos, como que haya tantos chinos, los baños públicos, el agua que era de todo menos transparente… eso era habitual en el Oeste, pero hasta entonces ninguna película había hecho caso. No sólo eso, pese a estar en el pasado mantiene guiños con las anteriores (o siguientes, ¡depende como se mire!) películas de la saga. No deja de ser en ningún momento una película del Oeste, y no deja de ser en ningún momento una película de Regreso al Futuro con dos personajes cien años posteriores. Hay dos cosas que se les pasa por alto a mucha gente: una, que los músicos que actúan en el festival de Hill Valley (1885) son realmente ZZ Top (el grupo que, por cierto, hacía la «canción de radio» de la peli). Y, la otra, los gestos obscenos de «Verne» (uno de los hijos de Emmett y Clara) que hace a ¿un cámara? (rollo «ven y cómeme esto de aquí»), lo podéis ver por ejemplo en este vídeo en 1:56.

Salvando el detalle de que como películas de viajes en el tiempo son incongruentes, se trata de posiblemente la mejor trilogía de esta temática, y una de las mejores trilogías jamás hechas. Una de sus mayores virtudes es que, pese a que el 2015 que muestran no se parece en nada a hoy en día (los coches aún no vuelan 😛 ) la película ha resistido muy bien el paso del tiempo. En esto es como Los Goonies, puede verla alguien joven y pese al vestuario y algunas cosas «echando patrás» la trilogía entera se deja ver muy bien. Contribuye a ésto, sobre todo, la dirección de las películas: el ritmo es muy bueno, se rompe la previsibilidad, hay varios momentos que te hacen sonreír (aunque hayas visto las películas cien veces) y la actuación, salvando la histriónica sobreactuación de Lloyd (esos HOJOS tan abiertos todo el rato, esa boca, esos cambios de dirección al caminar tan poco creíbles…), es bastante aceptable. La banda sonora es otro aspecto destacable, pues además de las canciones «de la época», el score (la música instrumental que se oye de fondo casi todo el rato en casi cualquier película) es muy bueno, una de las mejores obras de Alan Silvestri.

Y, poder decir de una película de casi 30 años, que ha envejecido bien, es algo muy, muy bueno…