[Warmachine/Hordes] Caster

Saludos, Señores de la Guerra.

Seguimos con esta serie de artículos introductorios a Warmachine (o su hermano Hordes) tras hablar de furia y foco, aunque quizá deberíamos haber empezado por el de hoy. Vamos a hablar de la miniatura más importante del juego: el Caster.

Nota: Aunque aquí hablemos de Caster (que es como lo conoce todo el mundo), realmente deberíamos diferenciar entre Warcaster (o Lanzador de Guerra) para Warmachine y Warlock (o Hechicero) para Hordes. Pero para no ir poniendo dos (o cuatro) términos cada vez, diremos «caster» (leed «Warlock», «Lanzador de Guerra»… al gusto).

Hablando breve: todos habréis jugado (o la mayoría) a Warhammer con o contra Condes Vampiro, donde el General suele ser el personaje más poderoso pero que si lo matan adiós partida. Pues eso es el Caster pero mucho más exagerado.

El Caster es el principal personaje (y miniatura) de tu banda. Es poderoso, tiene muchas heridas (en el ejemplo de arriba Kaya tiene 16 Heridas, son los cuadraditos de abajo), puede lanzar varios hechizos y es el personaje que mejor maneja foco / furia. Además suele tener reglas especiales y únicas que dan beneficios especiales (y únicos 😛 ), como lo que podemos leer en la tarjeta de la derecha. No sólo eso, generalmente tiene una regla especial que se puede activar una vez por partida que puede ser importante (conocida habitualmente como Feat o Dote). De hecho es tan importante que tiene dos cartas en vez de una; la primera con el perfil y sus reglas, y la segunda con los hechizos y la dote.

Una de las principales gracias de Warmachine es que con una misma banda (ejército), cambiando únicamente un caster por otro de la misma facción el estilo de juego de la banda cambia, porque algunas reglas especiales hacen que las bestias se oculten mejor o peguen mejor o corran más, cambiando la táctica general de la banda. Se producen ciertas sinergias o combinaciones que favorecen el uso de algunas miniaturas con algunos casters (por ejemplo, en Orboros, los elementales de piedra van muy bien con Baldur o Bradigus). ¿Esto quiere decir que un Woldwyrd es inútil con Kaya? Ni mucho menos, pero el uso de la querida «lamparita» varía mucho de si tu caster es Baldur (que puede curar piedras) a Kaya.

Así pues tenemos que todo ejército (hasta 50 puntos) tiene generalmente un Caster que nos potencia todo el ejército, ya sea de forma directa con hechizos o asignando foco, ya sea gracias a sus reglas especiales.

Todo esto tiene una contrapartida. En «batalla campal», si tu caster muere, pierdes la partida. Así, pim pam, si te pillo y te mato, pierdes. Da igual que tú tengas todo tu ejército intacto y a tu oponente sólo le quede el caster con una única herida, si en su turno es capaz de atacarte y matar a tu caster, has perdido. Como me explicaron, «el Caster es como el Rey del Ajedrez; es potente, pero si muere, pierdes». De hecho a esto se le llama Caster Kill (o CK), y hay gente que se ha especializado en conseguir CK’s en turno dos. Quizá esto es lo que más gusta y menos gusta de Warmachine: es un juego diseñado para competir y jugar torneos.

Pero es lo que tiene el juego, por lo que la partida generalmente es: tengo que intentar evitar que me maten el caster, tengo que mirar si hay alguna forma mediante la cual yo pueda matar su caster, y el resto del ejército tiene que apoyar estas dos cosas… Así como en Warhammer (por ejemplo) el objetivo es acabar con cuantas más unidades mejor, aquí son esas tres cosas las que tenemos que mirar.

Para los que queréis empezar, sólo os diré que elegir un caster apropiado (y, sobre todo, aprender a usarlo) es lo más importante en Warmachine (y Hordes). Por supuesto, lo más habitual es que quien acabe con el caster enemigo sea un siervo pesado o una unidad de disparo, pero será el Caster y sus habilidades los que habrán conseguido posicionar las miniaturas en ese «punto previo».