[Warmaster] Altos Elfos vs Orcos y Goblins: Informe de masac… digooo de batalla

Saludos, Señores de la Guerra.

Anteayer jugamos Mathy y yo una partida de Warmaster a 1.500. En vez de la habitual «batalla campal» decidimos empezar con los escenarios del reglamento (hay ocho, más los que fueron apareciendo en la Warmaster Magazine), concretamente «La Batalla de la Pequeña Gran Paliza» cambiando Imperio por Altos Elfos. Digamos que después de jugarla deberíamos cambiarle el nombre a la «Gran Gran Paliza»… pero me adelanto.

El escenario

El escenario consta de un río que divide el tablero en dos, y un puente en mitad. Hay tres temas importantes, el primero es que el río sólo es atravesable por infantería, salvo el puente que lo puede atravesar todo el mundo (y voladoras, claro). El segundo es que los puntos de victoria, además de bajas, se modifican: el jugador imperial (alto elfo) gana +100 puntos por cada unidad en la ribera del río enemiga (y +100 si controlan el puente), y el jugador pielverde +500 si no hay unidades enemigas en su ribera del río. Por último, el jugador orco despliega todo su ejército y el jugador imperial (alto elfo) tiene primer turno, lo que es una evidente ventaja táctica. Por cierto, a los que se «aburren» de jugar batalla campal en Warhammer, es un escenario muy fácil de adaptar 😉

Mi plan de batalla

Sabiendo las reglas del escenario, presupuse que Mathy usaría un ejército de infantería. Especialmente arqueros (más que lanceros), apoyados por lanzavirotes y águilas, y alguna caballería pesada o dragón para intentar ocupar el puente. Debido a su alto mando, era factible tener todo el ejército alto elfo tocando a la ribera del río (donde se tenían que parar y dar una nueva orden para atravesarlo) al final de su primera fase de movimiento, y con suerte disparar. Si no, es fácil que el jugador pielverde avance (como mucho hasta el río) para ser pasto de las flechas (en Warmaster los proyectiles no son tanto para hacer heridas sino para ir «retrocediendo» las unidades… cosa que además puede desordenar el ejército y hacer que tengan que gastarse más órdenes, que con el L8 de los orcos…).

Me pareció la estrategia más obvia (yo la habría usado), así que opté por un ejército de aguante: mucha infantería (5 unidades de orcos, 1 de orcos negros y 6 de goblins, ¡a 1.500 puntos!), apoyados por cuatro unidades de lobos para ir a por las águilas. Todo aderezado con dos chamanes, un gigante y un lanzapiedros; el general en zierpe alada y dos héroes orcos para dar órdenes (mando 8). Mi intención era hacer dos brigadas de lobos, una a cada flanco para poder (ejem) flanquear, y luego intentar usar mi «masa verde» para evitar que las (escasas) unidades enemigas campasen a sus anchas por mi ribera del río.

Despliegue

Desplegué tan feliz siguiendo mi estrategia: centro fuerte (orcos básicamente), algo más alejados los gobos, y en los flancos los Jinetez de Lobo. Mathy puso delante un ejército bastante pequeño (obvio, ¡son elfos!) con una brigada de infantería (dos de arqueros y dos de lanceros), una segunda brigada formada por unos lanzavirotes con una de arqueros, una brutal brigada de dos Yelmos y dos Ellyrion, y una cuarta brigada de dos unidades de carros más una de águilas. Un ejército bastante competente y, para mi sorpresa, muy rápido. Así que yo, que había hecho un ejército pensado para enfrentarme a la infantería, de golpe tenía un ejército muy rápido (mando 10 del General, voladoras, cuatro de caballería y dos de carros… esto, a 1500, es bastante rápido).

Ouch.

Eso significaba que mi estrategia hacía aguas. No podía intentar abrumar numéricamente en combate, ya que en combate tendría delante tropas que fácilmente me flanquearían y con armadura 4+ (Yelmos). Empecé la partida con dudas, mi estrategia no podía funcionar, así que tuve que improvisar algo rápido. Con algo de suerte podría llevar parte de mi «núcleo duro» (orcos negros y guerreros orcos) cerca del puente, el único punto por el cual podría atravesar la caballería. Si conseguía frenar la caballería, el resto del ejército podía hacer de las suyas y crear una «línea» alrededor del río…

Primer turno de Mathy

Los Altos Elfos dieron buenas órdenes a sus tres brigadas principales, que avanzaron en dirección al puente (¿por qué la infantería iba hacia el puente? mierda, tenía que reaccionar rápido). La brigada de lanzavirotes y arqueros hizo un primer avance bueno, pero sacó un doble 6 y el malentendido fue el que causa Estupidez. Las cosas parecían irme bien…

Inciso. En Warmaster las unidades pueden mover de dos formas. Una es si tienen un enemigo en su frontal a menos de 20cm; pueden cargar solitos (ven los enemigos y se lanzan a por ellos… si quieres). La otra es mediante órdenes. Eliges un personaje, luego una unidad (o un conjunto de unidades juntas, como puede verse es bastante habitual) y haces un chequeo de Mando (Liderazgo) del personaje, si se supera la unidad mueve (20cm infantería, 30cm caballería). Así, si el general élfico (Mando 10) decide hacer mover una unidad debe hacer un chequeo (2D6), si lo supera (menor o igual a 10) la unidad se mueve. Esto es la base, ya que hay unos cuantos modificadores al Mando (-1 por cada peana que falte, -1 por distancia, -1 por cercanía del enemigo, -1 por ser varias órdenes en el mismo turno…). Un doble seis es malo, porque no sólo se falla sino que además «pasan cosas», como por ejemplo que la unidad se quede estúpida (otro modificador de -1).

Primer turno de Namarie (yo)

Bueno, conseguí avanzar tres de las cuatro brigadas de infantería (dejando un precioso hueco como se ve, que Mathy aprovechó… pero me estoy adelantando). Los lobos de la izquierda se quedaron enterrando huesos y los Goblins (y el Gigante) se quedaron… hum… protegiendo el lanzapiedros, eso es. La parte mala es que no llegué a avanzar los Orcos Negros para situarlos encima del puente (vado), algo que fue un error táctico mío (debería haberme quedado mucho más atrás y protegerme los flancos). Error mío. Tal y como moví, dejaba espacio para que los yelmos entrasen. Y…

Segundo turno de Mathy

Y vaya si entraron. El primer movimiento de Mathy fue enviar las águilas a la retaguardia de la unidad de orcos (si una unidad pierde el combate, se va para atrás y choca contra una unidad enemiga, la unidad es aniquilada, por lo que es una táctica bastante habitual poner voladores detrás de una unidad a la que vas a atacar). Realizó una súper carga con los Yelmos plateados, más el General en águila con no se qué espada, más el héroe en carro; encima les puso un hechizo para repetir las tiradas para impactar (20 dados de ataque a 4+… con la triste armadura de los orcos…). El resultado fue una escabechina total: en ese turno murieron las dos unidades de orcos más la unidad de orcos negros. Toda mi «élite» a la porra. Y estábamos en turno 2…

Para acabarlo de aderezar, los Ellyrion cargaron a mi Lanzapiedros (adiós) y las otras dos unidades de caballería se situaron muy bien, unos Yelmos en la colina amenazando al gigante y los goblins y la otra de ellyrion a punto de cargarme a la segunda brigada «fuerte»… Ah, y los lanzavirotes y arqueros rompieron mi brigada de lobos, haciendo retroceder una de las dos unidades.

Mathy me comentó que su plan NO era ir con la infantería (como yo me temía) sino intentar meter la caballería al otro lado, hacer que yo me entretuviera con los caballos, y de mientras su infantería podría fácilmente controlar el puente y avanzar hacia mi ribera. Un plan magnífico, mucho mejor que el que yo había pensado. Antes de empezar la partida, Mathy ya «había ganado»… otra vez.

Segundo turno de Namarie (moi)

La verdad es que casi daba la batalla por perdida. Turno 2, mi centro «fuerte» se había ido a freír espárragos y ya tenía ¡cinco! unidades enemigas donde no tocaba. Mi esperanza era por una parte acabar con el enemigo, y por otra evitar que me hiciera más daño. «Aquí hemos venido a jugar». Calculé que si dejaba los Yelmos, águilas y ellyrion y «forzaba» el final de la partida quizá podía ganar, así que hice una carga (semi) suicida: lobos + general en zierpe + dos héroes, encima con el hechizo ¡Whaaagh! (+1 ataque cada peana). En Warmaster los personajes están «de apoyo», para combatir únicamente pueden unirse a unidades, pero si la unidad muere, los personajes también (y yelmos + general + héroe bien podían valer los puntos), y si un General muere, se termina la partida (al momento). Así que cargué… 17 dados de combate, a 4+… entran 7, algo por debajo de la media, pero bien. Los Yelmos salvan a 4+, si le hacía 3 heridas la unidad, ésta desaparecía y se terminaba la partida.

Le hice 2 heridas. De 17 dados, a 4+ para impactar y 4+ para salvar, sólo entraron 2. Con una más mi plan funcionaba.

No funcionó.

Ahí ya me desesperé (es un decir). Mi plan de batalla era erróneo (ya que Mathy usó una estrategia diametralmente opuesta a la que yo pensaba, y que yo habría usado). Me equivoqué moviendo, mientras que Mathy movió de forma casi perfecta. Los dados no me quisieron ayudar (y la prueba son los lobos de la izquierda, oliéndose el trasero mutuamente toda la partida). Y encima Mathy con unas tiradas que le eran favorables. Turno dos y yo ya había perdido toda opción a la victoria…

Al menos me cargué a los ellyrion.

Tercer turno

Los movimientos son de Mathy, no hicimos foto al final de su turno 3). Los yelmos y águilas cargaron a los goblins (arrasando) y luego al Gigante. Lo que quedaba de mi centro había sido destruido. Era como… no sé, una apisonadora. Llegado mi tercer turno yo ya no sabía qué hacer. Los lobos de la izquierda siguieron durmiendo la siesta, las (pocas) unidades de infantería estaban demasiado lejos como para hacer nada, y casi todo el núcleo de mi ejército ya eran bajas. Tenía al enemigo cerca del río y (lo que es peor) mi retaguardia, todo a la vez; estaba en inferioridad numérica, inferioridad de movimiento, inferioridad en potencia de combate (no me quedaba nada «gordo») e inferioridad lanzando dados. Llegado a este punto yo ya movía por mover, porque la partida estaba más que perdida. Al final de mi tercer turno, estaba a una unidad de Rendición. (Aparte de cuando muere el general, la partida se «pausa» y se cuentan de victoria cuando muere la mitad de las unidades de un ejército. A mí, de 18 unidades, me quedaban 10, por lo que si moría otra se terminaba la partida).

Cuarto turno de Mathy

No llegamos a jugar completo. Los carros cruzaron el río (Festival), los ellyrion cargaron a los lobos, y yo sólo podía rezar a Morko para que terminase rápido este rapapolvo. Fue con disparos, mira que es complicado hacer bajas, pues murió una peana de orcos que tenía por ahí pastoreando, Final de partia.

El resultado, si tenemos en cuenta bajas, fue de 610 a 90 (una verdadera carnicería). Pero por reglas de escenario, había unas cuantas unidades élficas, así que +500 puntos para Elfyndor y un resultado final de 1.110 puntos contra 90.

Hay días que por una equivocación pierdes una partida. No fue uno de esos días, fue un día en que te equivocas al plantear la batalla, el escenario no es favorable, tu oponente juega mejor que tú, te equivocas, y le acompañan los dados. Ante esos días no puedes más que resignarte. Como los elfos eran antaño míos, me parece que fue una venganza de las propias miniaturas «¿nos dejaste? pues ahora verás».

Y la verdad es que la partida me gustó, pero menos de lo habitual, no por la victoria aplastante, sino porque estaba atado, desde el principio me encontré que no dominaba en ningún momento la batalla. No estaba del todo concentrado y al ver que mi plan se iba al traste la esperanza fue cayendo como fichas de dominó. Es como una partida de ajedrez a la que tú le has comido un peón y ves cómo pierdes la reina, los caballos y las torres y no ves salida.

Eso sí, he aprendido dos cosas. Una, nunca, JAMAS salgas de casa sin jinetez de jabalí ni karroz. No puedes jugar con pielesverdes sólo a infantería. Otra, contra un oponente hábil (y Mathy lo es), NUNCA presupongas una única lista de ejército, piensa en distintas formas de jugar y monta una lista lo más polivalente posible.

En fin, la próxima partida de Warmaster será (creo) en Mayo o Junio, más me vale concienciarme…