[Hordes] Introducción al juego – Parte 1

Después de los artículos de introducción a Warmachine (1, 2, 3, 4, 5, 6) empieza la serie para hablar de Hordes. Pero para hablar de Hordes antes voy a hacer un poco de historia. Sentaos, niños, llegan las batallitas del agüelo.

Primero fue Reinos de Hierro, en tiempos de la licencia abierta de D&D. Una de sus aventuras, Fuego de Brujas, dio pie a lanzar en 2003 el juego de miniaturas de Warmachine. Con eso cubrían la warjacks, warcasters y bastante del mundo que habían creado. Pero había más, mucho más por contar y desarrollar. La gente quería más troloides, no sólo un par de unidades mercenarias. La gente quería jugar con bestias (y con Lucant, que vino después). 

La gente quería Hordes.

Os tengo que confesar que mi primera facción, la que más juego, de la que más colecciono y pinto, es Trollbloods. Y no empecé a jugar a esto hasta que, en 2005, salió Hordes al mercado, y con el juego, la miniatura de dire troll mauler de Félix Paniagua. 

Hordes existe porque existen las bestias y éstas necesitaban un sistema de reglas propio. ¿Es distinto a Warmachine? Sólo la parte referente a los puntos de concentración, la parrilla de daños de las bestias, y que éstas tienen una especie de hechizo propio llamado ánimus.

En términos de Warhammer, he visto más diferencias entre Condes Vampiro y enanos que entre cualquier par de facciones de Warmachine y Hordes.

Por poner un ejemplo gráfico: en Warmachine los warcasters son marionetistas y sus warjacks las marionetas que dependen de la atención del caster. En Hordes, las bestias son baterías de furia que se van rellenando y el warlock utiliza esa energía, con el riesgo de que no recoja toda la furia y pierda el control de sus bestias. Marionetas y baterías.

Un saludo