Saludos, Señores de la Guerra.
Continuamos el informe de batalla entre Mathy y un servidor a Warhammer Sexta Edición (con Manuscritos de Nuth Reloaded), enfrentando Altos Elfos y Reyes Funerarios de Khemri.
Turno 1 Mathy
Completamente ajeno al maléfico plan de Nama, empecé mi primer turno preocupado por dos cosas: Poner a mi mago dentro de alcance del suyo y cubrir mi flanco izquierdo de los monstruos voladores de Nama sin quedar a su alcance.
Lo primero lo conseguí haciendo avanzar la unidad de Hermanas donde estaba el Mago con el Honor Puro de Corazón. Este Honor es gratis y obligatorio para uno de tus héroes, y otorga al personaje y su unidad la regla especial inmune a pánico. Muy útil para unidades pequeñas susceptibles a sufrir con la magia o los proyectiles enemigos. A cambio, la muerte de ese personaje otorga 100 puntos de victoria adicionales para tu rival.
Para lo segundo, saqué a la unidad pequeña de Yelmos Plateados de los pantanos y encaré a mis propios monstruos para cubrir el máximo de terreno.
Mientras, por el flanco este, mi unidad grande de Yelmos junto con el Carro y los Espadachines avanzaban formando una línea oblicua.
En mi fase de magia, el Estandarte de Shaphery generó 3 dados de energía adicionales para mi ejército, con lo que disponía de un total de 9 dados. Emocionado, lancé la Explosión Ardiente sobre el Morghast pero Nama lo dispersó sin dudar. Mi Mago intentó lanzar las Llamas del Fénix sobre la unidad del Hierofante enemigo, pero no logró llegar a la dificultad 11+ necesaria. No estaba siendo mi mejor actuación hasta el momento, así que intenté colarle a Nama una Disipación de Magia de máximo nivel, pero mi Mago sufrió una disfunción mágica que le causó una herida. Fue una lástima, puesto que ese hechizo habría supuesto que en su fase de magia, todos los resultados de 4, 5 y 6 en los dados lanzando cánticos quedaran reducidos a cero. Es cierto que un cántico de nivel de energía zero funciona igual, pero mi +1 a dispersar y mis cuatro dados darían mucho más de sí contra la temible fase de magia funeraria.
Finalmente, en fase de disparo, las Hermanas de Avelorn abatieron a 2 esqueletos a caballo a pesar de haber movido gracias a su HP5, mientras que mi general falló su tiro con el Arco del Navegante.
Bastante decepcionado con mi primer turno, pasé el turno a los Reyes Funerarios.
Turno 1 Namarie
La forma de mover de Mathy parecía indicar una doble pinza. Y, lo peor, una carga combinada de yelmos más carro o fénix podía hacer de ruptura… Si encima conseguía cargar por mis dos flancos a la vez, ya podía dar la partida por perdida (es el riesgo del flanco rehusado).
Intenté corregir mis errores al desplegar, redistribuyendo los monstruos en vez de concentrarlos todos en un flanco. Moví el Morghast y la Necroesfinge hacia el centro de mi línea. y en fase de magia conseguí que el Morghast se situase al lado de sus Yelmos. Mi intención era doble, por un lado evitar marchas (y cargas) de sus yelmos, retrasando su flanco derecho; por otro, si el Morghast conseguía cargar a las Hermanas la partida tomaría un derrotero muy interesante; mi objetivo primario era acabar con esas malditas elfas y con ese estúpido mago (en combate tenía las de ganar, son todo R3 con poca armadura y no tenían grupo de mando…). Y si no llegaba a las Hermanas (pueden moverse 6cm para atrás por turno y seguir disparando) igual podía con el Carro.
Moví ligeramente las demás tropas. Puede parecer una tontería pero es importante, aunque no quieras mover, hacer ligeros giros para asegurarte que el enemigo no ve tu flanco sino tu frontal.
Mi fase de magia fue bastante “light”. El primer hechizo fue el del Titán (portahechizos de nivel 3), que Mathy dejó entrar (guardándose, muy sabiamente, 4 dados para los dos cánticos del Sumo Sacerdote). Total era un proyectil mágico que causaba un único impacto de F6… que le hizo una herida al Fénix. El cántico del Príncipe para disparar con los arqueros también entró, pero lógicamente no hicieron nada (la gente cuando se enfrenta a Reyes por primera vez teme los arqueros… ¡pero si son arcos de F3!). Por último, el Sumo Sacerdote hizo un cántico para mover al Morghast (con éxito) y otro para intentar resucitar los Caballeros que habían caído…sin éxito. Mathy dispersó inteligentemente; lo más importante con Reyes Funerarios es mantener tus unidades “con todas sus heridas”, si el enemigo lo evita es su primer paso hacia la victoria.
En fase de disparo los arqueros volvieron a disparar bajo la mirada inquisitorial del Príncipe, esta vez apuntando muchísimo mejor a los espadachines élficos. La mirada del Príncipe les puso nerviosos. Tan nerviosos que pese a haber apuntado mejor las flechas fueron a clavarse en una pobre ardilla que recogía frutos secos por allí. Las carcajadas de los elfos aún se oyen.
Un turno pasivo, sin embargo me había servido para corregir mi error al desplegar los tres monstruos voladores en un mismo flanco, y poco más. Bueno, de momento todo iba según lo previsto. De momento.
Turno 2 Mathy
Empecé mi turno 2 sin declarar ninguna carga, muy preocupado por la presencia de ese maldito Morghast en mi flanco este. No es que sea un monstruo muy poderoso, pero una carga por el flanco de un monstruo inmune a la desmoralización podía hacerme mucho daño, y ese bicho solitario conseguía amenazarme nada más y nada menos que 4 unidades (Yelmos, Carro, Espadachines y Hermanas). Parece que los malditos cánticos combinados con la habilidad de volar vuelven al ejército más lento de warhammer mucho más flexible de lo que me esperaba.
Por suerte, el Morghast no tiene el tamaño suficiente para ser considerado Objetivo Grande. Eso me permitió cubrir a mi Carro y mis Espadachines con un ligero giro de los Yelmos Plateados, que eran la mejor unidad para recibir una carga de esa criatura. Esperaba que las Hermanas supieran defenderse solas con sus arcos mágicos en caso de ser atacadas, puesto que al estar en una colina, si que podían ser vistas (y por tanto cargadas) por el monstruo.
Mi centro se mantuvo a la espera, lejos de las posibles cargas del Titán y de la Necroesfinge. Reconozco que quizá debería haber hecho avanzar ambas unidades en este momento, puesto que si bien es cierto que podían ser cargadas, tanto los Leones como la Guardia del Fénix causaban miedo, y eran de mis mejores unidades contra los RFK de Nama. Un poco de presión adicional quizá le hubiera inducido a cometer algún error.
En mi flanco oeste, el Mago Dragón sobrevoló mi centro y se posó en la colina, al lado de las Hermanas de Avelorn, listo para acabar con el maldito Morghast. Mientras, en una audaz maniobra, la unidad pequeña de yelmos y mi Fénix de Fuego avanzaron a toda prisa hasta quedar fuera de la vista de ese enorme y peligroso constructo llamado Titán de Khemri.
En la fase de magia, logré lanzar la explosión ardiente sobre el Morghast causándole 2 heridas, activé el hechizo de Espada Ígnea de Rhuin y lancé con èxito sobre el Sumo Sacerdote Funerario una Disipación de Magia de nivel máximo. ¡Nada mal!
En la fase de disparo, las Hermanas de Avelorn lograron herir de nuevo al Morghast, dejándolo vivo por muy poco, mientras que el Arco del Navegante me volvió a fallar al sacar un 1 para herir contra el monstruo.Por suerte, ese monstruo con una sola herida no parecía ya tan amenazador como cuando estaba intacto.
Pasé el turno a Nama, razonablemente contento por cómo había ido, alegre por haber logrado rectificar el error que puso en peligro mi flanco al principio de turno.
Turno 2 Nama
En ese momento mi temor era que muriesen las momias. Estúpido por mi parte, se trata de una unidad de apoyo y relativamente barata (110 puntos), pero les tengo cariño y no me gustaba la idea de un Fénix cargando a las momias: si esta panda de harapos inflamables eran atacadas por el Fénix, si ese monstruo con ataques flamígeros les hacía tres heridas pasarían a ser 6 (3 momias menos) y, por resolución de combate, la unidad entera desaparecería. Con lo que, encima, el Fénix podría arrasar y podría atacar a mi unidad principal… incluyendo al Hierofante que estaba a la derecha. (Durante la batalla no caí en que podría haber intercambiado el Sacerdote y el Príncipe de lugar).
Por si fuera poco, el movimiento de Mathy fue preciso para que el Titán no pudiera cargar ni al Fénix ni a los Yelmos. Y la maldita Disipación de Magia me dificultaría lanzar el hechizo para curar al Morghast, que quería con sus 4 heridas.
Vamos. Que las cosas no pintaban especialmente bien. El Morghast estaba a punto de morir (y mi idea de acabar con las Hermanas se había esfumado), mi fase de magia iba a ser mala, su centro seguía igual con esa brutal Guardia del Fénix, yo tenía ya cosas «tocadas» y encima Mathy había colocado el fénix de forma muy inteligente. Tenía que reconducir la partida. Yo no debía sentir miedo de las tropas de Mathy, sino él de las mías…
Así que, sabiendo que no podía impedir la carga del Fénix a las momias, moví al Titán de forma que amenazase a los Yelmos y al Fénix; tal y como estaba, podía cargar en el siguiente turno. Giré ligeramente los Ushabti y las Momias de forma que si el Fénix cargaba, al menos fuera frontal y no flanco. La Necroesfinge la puse maximizando su línea de visión (al ser objetivo grande podía declarar cargas por encima de mis tropas, por si se acercaba el carro o los Yelmos), y el Morghast voló a casa, con la intención de intentar curarle alguna herida (total, tampoco iba a cargar contra los Yelmos). De esta forma conseguí que si el Fénix no hacía tres heridas a mis momias (con R5 aún podía ser) mi centro seguiría intacto y el Titán podía terminar con su flanco izquierdo (transformando la doble pinza de Mathy en un yunque martillo, algo más asequible para mí si protegía mi otro flanco).
En fase de magia… pues no, no pude. No pude curar al Morghast, con lo que me quedaba un bonito pisapapeles de 130 puntos. Malditas elfas y sus arcos de F4…
En ese momento mi situación era de tensa espera. Mathy había movido muy bien, su doble pinza podía funcionar, pero mi Titán amenazaba su flanco izquierdo. Mientras, el Morghast había fallado en su función y no le esperaba un buen futuro.
Así terminó nuestro turno 2. Ahora, la gran pregunta: ¿qué ocurre cuando acercas un Fénix de fuego a unas momias inflamables al lado de la unidad principal? La respuesta, próximamente aquí en ¡Cargad!….
Pues de momento está la cosa muy entretenida aunque la esperanza de no vida de esas momias parece que no va a ser muy larga.
@Ismael Leal: Contra un ejército normal habría sido más interesante, pero precisamente Altos que tienen un montón de «fuego»… puesssssss…
(Te debo respuestas en otros posts, lo sé… tiempo, tiempo…)