[Trasfondo] El Cuento de Eones: Parte 30

HE VUELTO. En primer lugar, debo disculparme por la tardanza. Me ha costado mucho hacerme con el nuevo libro de Broken Realms, pues los pedidos a Reino Unido están siendo una odisea. Esperemos que a partir de ahora se normalice la cosa y tengamos entradas más regulares, ya que Games Workshop se está poniendo las pilas con el trasfondo de Age of Sigmar. El libro de Belakor acaba de salir y se sabe que saldrán dos más como mínimo. De momento, os presento la nueva expansión de la historia con Broken Realms: Teclis. Sin más dilación, ¡adentrémonos en los Reinos Mortales de nuevo!

La ciudad de Settler Gain es una fortaleza de altas torres que se alza en las llanuras de Hysh. Desde su fundación en los albores de la Era de Sigmar como una de las Ciudades Libres, sus habitantes han dedicado su vida al estudio de las artes místicas y los misterios de los Ocho Reinos, bajo el patronazgo de los señores Lumineth. Sin embargo, de la noche a la mañana la espléndida ciudad se convirtió en un lugar de puro terror.

Los efectos del necroseísmo no pasaron desapercibidos en Hysh, aunque un asalto organizado contra el Reino no se produjo hasta mucho después. Así, Settler Gain fue la primera ciudad en sufrir el acoso de las fuerzas de la Muerte y de la noche a la mañana se encontró rodeada por una procesión de vengativos fantasmas cuyo único deseo era poner fin a aquella vitalidad de la que ya no podían gozar. Los muros de alabastro de la ciudad servían de poco contra un ejército de esa naturaleza. Incluso la red de protección mágica, construida mediante glifos grabados en los muros cada diez metros, ofreció escasa protección. Los Nighthaunt habían aprendido bien de su amarga derrota en Glymmsforge en Shyish y los agentes de Nagash se habían infiltrado en la ciudad horas antes del ataque para destruir las runas marcadas en el alabastro. A través de cuervos demacrados, la información del sabotaje llegó a los oídos de los líderes de la Nighthaunt, quienes lideraron sus huestes espectrales a través de los glifos comprometidos, pasando por encima de la guardia de la ciudad.

La procesión Nighthaunt invade las calles de Settler Gain.

Las campanas de alarma retumbaron en la noche de Hysh, despertando a los guerreros o sacándolos de su meditación. Imitando a sus señores Lumineth, los guerreros humanos formaron filas en el patio interior de la fortaleza, hombro con hombro, alzando espada, escudo y lanza. Cuando vieron la inmensa marea fantasmagórica que avanzaba imparable, aquellos que sintieron el miedo en sus corazones fueron asesinados sin piedad, pues sus armas atravesaban a los espectros como su fueran niebla. Sin embargo, aquellos que encontraron el coraje para permanecer firmes vieron como sus ataques disipaban a los espectros con apenas esfuerzo. Sin embargo, conforme más criaturas de ultratumba atravesaban las murallas, incluso el más resuelto de los guerreros empezó a dudar.

Los magos de batalla humanos despliegan hechizos devastadores.

Settler Gain era una de las mayores Ciudades Libres de Sigmar y no sería conquistada fácilmente. Sus ciudadanos habían estudiado bien bajo el tutelaje de los Lumineth y los más eruditos conocían diversas formas de desvanecer fantasmas y demonios. Así, núcleos de resistencia empezaron a aparecer en las calles a medida que los habitantes cerraban filas en torno a aquellos versados en las artes arcanas. Los propios magos de batalla se unieron a la refriega. Montados en plataformas arcanas móviles, desataron una tormenta de rayos y fuego sobre las hordas de Nagash, calcinando y desvaneciendo a docenas de espectros con cada hechizo. Finalmente, de las altas torres descendieron las propias huestes de los Lumineth.

Los primeros en atacar fueron los Caballeros del Alba, quienes cargaron contra las hordas espectrales con lanzas refulgentes de energía hyshiana. A su vez, los Centinelas Vanari disparaban oleadas de flechas que abrían enormes huecos en los Nighthaunt mientras que los Guardianes rodeaban a los espectros y cubrían las posibles rutas de escape con una ristra de lanzas. Estos no eran guerreros corrientes, sino los guerreros Lumineth. Cada una de sus armas estaba forjada con cuarzo aetérico y eran más que capaces de devolver a cada uno de aquellos fantasmas al infierno shyshiano del que habían salido.

Caballeros del Alba, jinetes de élite de los Lumineth,

Aún así, cuantos más espectros eran eliminados, más aparecían. El distante haz de luz que se podía atisbar en el horizonte al principio de la invasión demostró no ser un fenómeno meteorológico, sino un sinfín de fantasmas que acudían para tomar las almas de los vivos. La férrea defensa había ralentizado la invasión, pero no podía detenerla. Poco a poco, los defensores cedían terreno. Los Lumineth que descendían de las torres del centro de la ciudad no llegaban a tiempo a cubrir todos los puntos de entrada de los espectros, pues la ciudad estaba siendo atacada por varios frentes. El estricto entrenamiento de los humanos junto a la antinatural habilidad marcial de los elfos les permitió aguantar durante las primeras horas, pero cuando la medianoche llegó, su resolución empezó a flaquear.

Flores negras de terror florecieron en el corazón de los defensores. Calaveras de afilados colmillos succionaron la sangre de los cuellos mientras garras afiladas como cuchillas separaban la carne de los huesos como si fuera paja. Los Nighthaunt rieron de forma estridente mientras superaban a los defensores y se entregaban a la matanza.

Entonces llegó la esperanza. No en una forma élfica, sino en la forma de un gigante alado cuadrúpedo con una máscara de serenidad por rostro: Celennar, la esfinge lunar de Hysh. Una nube de energía lunar rodeaba a la criatura mientras descendía de los cielos, su esfera de iluminación extendiéndose por las calles de Settler Gain. Allá donde la luz lunar tocaba a los invasores no muertos, estos se desvanecían entre gritos de agonía. En respuesta al recién llegado, una procesión de Carruajes Espectrales ascendió hacia la esfinge entre los ásperos gritos de los nigromantes conductores. Celennar no hizo ningún movimiento, sino que dijo una sola palabra, un nombre de tal poder que podría mover montañas: TECLIS.

Teclis, el Mago Dios.

Durante un segundo, pareció como si toda la luz fuera engullida en un punto por encima de la cabeza de la esfinge. Entonces, como una estrella nacida abruptamente de la nada, el Archimago Teclis apareció en toda su majestuosidad. Llamaradas solares brotaron de su ser, alcanzando la batalla más abajo. Aquellos humanos y elfos que eran alcanzados por ellas sentían sus fuerzas revigorizadas, mientras que los Nighthaunt chillaban con agonía al tiempo que eran calcinados. Un trío de caballeros no muertos cabalgaron desde una torre cercana y alzaron el vuelo en dirección a Teclis. Con sus espadas alzadas, gritaron el nombre del Gran Nigromante, esperando invocar su protección. Una leve sonrisa apareció en el rostro del Archimago, sus ojos brillando mientras buscaba en las profundidades de su conocimiento de Shyish. Un momento después, los jinetes fantasmales pasaron de ser espectros condenados a espíritus libres de toda corrupción y luego, conforme se acercaban a la luz lunar de Celennar, se convirtieron en hombres y caballos de carne y hueso como una vez fueron en vida. Con gritos de alarma y confusión, bestias y jinetes se precipitaron al vacío, encontrando la muerte en las calles de la ciudad.

El Dios Mago alzó su báculo y la energía de Hysh se proyectó a través de él como un prisma. Lanzas de luz pura se proyectaron desde él, alcanzando y desintegrando a los líderes del ejército espectral que luchaban más abajo. En un instante, fantasmas de asesinos sanguinarios y de crueles verdugos fueron desvanecidos, espeluznantes banshees fueron silenciadas para siempre y espectros montados en pesadillas fueron reducidos a motas negras de oscuridad antes de desaparecer del todo.

“El salvador ha llegado”, gritaron los ciudadanos de Settler Gain. “El día puede ser salvado, podemos vencer a la noche”. Y pronunciando esas palabras, se convirtieron en realidad.

Los Señores Lumineth defenderán Hysh hasta el último aliento.

La desesperanza que se había apoderado de los defensores se disipó como la niebla al alba. Cada carga reafirmó ese sentimiento, haciendo parecer que los fantasmas no eran sino una pesadilla que se desvanecería con la llegada del día. Los magos humanos del Colegio Arcano empujaban a los espectros con oleadas de hechizos hacia los guerreros Lumineth, mientras los haces de luz procedentes de su Dios proporcionaban oasis de esperanza entre la marea de Muerte. Unidos por su conocimiento de las calles de su ciudad, humanos y elfos aislaron a los Nighthaunt y recuperaron palmo a palmo de terreno. Observando como la marea de la batalla había cambiado, los pocos líderes espectrales que habían sobrevivido huyeron a llevar las malas nuevas a sus maestros, dejando a sus legiones invasoras en las calles de la ciudad a merced de la venganza de los vivos.

Llevó toda la noche y gran parte del día siguiente purgar las calles de Settler Gain. Varios miles yacían muertos en el suelo y muchos centenares no encontrarían la paz en la muerte, sus facciones congeladas en una expresión de terror cuando sus almas fueron arrancadas. Todos fueron enterrados con los máximos honores a petición personal de Teclis y sus nombres fueron grabados en el gran Pilar de los Mártires.

A pesar del terrible precio pagado, Settler Gain había sobrevivido. Pronto, la noticia se extendió. Incluso ante la más terrible de las fuerzas de los no muertos, los hyshianos podrían hacer retroceder a la oscuridad.

6 comentarios en «[Trasfondo] El Cuento de Eones: Parte 30»

  1. La espera ha valido la pena. Muchas gracias por traer el transfondo de AoS

  2. Gracias por la entrada!
    Al final hay otro Broken Realms después de Kragnos? No tenía conocimiento pero me alegro.

  3. ¿Cómo sabes que hay 2 BR más mínimo? Es decir, todo parece indicarlo, ya que dudo que saquen tanta mini grande con el libro de Kragnos, pero GW no ha dicho nada aún, ¿no?

  4. Y queda la incognita de AoS 3.0, si se miran otras edicions, presentarian caja en junio para julio. Eso da poco margen para salir Kragnos y otro libro mas, aunque con GW nunca se sabe.

  5. Pues no sé dónde vi que planeaban sacar dos libros más después de Belakor, igual me ewuivoqué pero uno más sí que está confirmado.

    Y viendo la velocidad que llevan con el trasfondo, no me sorprendería que age lf sigmar 3.0 estuviera al caer… Si no este verano, el verano de 2022!

Deja una respuesta