[Trasfondo] El Cuento de Eones: Parte 31

El Caballero Espectral trepó por la nonagésima novena escalera de Nagashizzar, cada fibra de su ser estremeciéndose por el esfuerzo y la perspectiva de presentarse frente a su amo. El simple atisbo de su magnificencia conllevaba el riesgo de exponerse a una eternidad de tormento.

Alrededor del Dios de la Muerte se alzaban cinco espejos antiguos hechos de cristalumbrío, la mágica sustancia que había hecho prosperar a la otrora rica Shadespire. Aunque dos de los espejos estaban vacíos, los otros tres reflejaban las imágenes de los Mortarcas principales de Nagash. En torno a la macabra reunión, el aire vibraba con potencial mágico, como si la cámara no pudiera contener una congregación de tal magnitud.

Desde su trono, la monstruosa figura habló.

“CABALLERO DEL ARREPENTIMIENTO, HABLA CON LA VERDAD”.

“Gran amo”, pudo articular el espectro con una voz parecida a un susurro desgarrado. “Un dios de la luz en Xintil. Tenía una bestia enmascarada. Brillaba como la luna”.

“ERA LA LUNA. SU MAESTRO ES TECLIS”

El fantasma fue lo bastante sensato como para no contestar y se limitó a hundir su rostro en el suelo frente al trono.

“HABLAME DE LO QUE PASÓ”, dijo el Gran Nigromante.

“Te lo contaré yo mismo”, dijo una voz clara y serena.

El Caballero Espectral vio una mota de luz sobre él, que se desplegó como una escultura de papel de complejidad fractal para convertirse en una figura encapuchada que brillaba con radiante luminosidad. El Dios Mago. Dolía observarle.

“TECLIS DE ULTHUAN”, dijo Nagash con voz glacial. “TU INTROMISIÓN NO QUEDARÁ SIN CASTIGO”.

“Podría decir lo mismo de ti”, dijo Teclis. “Te has extralimitado en tus fronteras últimamente».

“DONDE QUIERA QUE HAYA MUERTE SE EXTIENDEN MIS FRONTERAS. ¿TE CREES INMUNE, ELFO?”

“No”, dijo Teclis mientras sacudía la cabeza lentamente. “Aunque no serás tú quien me ponga fin, Nehekhariano. Celennar así lo ha augurado”.

“NO ESTÉS TAN SEGURO. LA LUNA REFLEJA LA VERDAD, PERO HACIÉNDOLO LA DISTORSIONA. TU IMPERIO CAERÁ EN EL POLVO DEL OLVIDO UNA VEZ MÁS”.

El Caballero Espectral sintió como Teclis observaba con atención la sala, deteniéndose a mirar cada uno de los espejos de cristalumbrío. Los Mortarcas retrocedían cuando la mirada de pura luz se posaba sobre ellos.

“Si eso es cierto, no serás tú quien consiga tal hazaña”, dijo Teclis con sorna. “Te doy una última oportunidad, Gran Nagash. Retira tu influencia de Hysh o tu propio imperio necrótico morirá.”

Hubo un repentino cese del sonido de fondo que era habitual en Nagashizzar. El Caballero Espectral vio cómo docenas de Ossiarch se habían acercado en perfecta procesión hasta la base del trono de su amo. Ahora estaban inmóviles, sus miradas fijas en la imagen astral de Teclis.

“VEREMOS”, dijo Nagash. El aire en torno a él se tornó hielo mientras su ira se iba condensando en un letal chillido. “¡VEREMOS!”.

El Gran Nigromante alzó el báculo Alakanash hacia Teclis y la brillante aparición se desvaneció, sumiendo la sala en la oscuridad una vez más.

“TENÉIS ORDENES, MORTARCAS”, dijo Nagash volviéndose hacia los antiguos espejos. “COLAPSAD LAS PUERTAS A SHYISH. LLEVAD LA FUERZA DEL NADIR A AQUELLOS REINOS QUE SE CONSIDERAN A SALVO”. Se inclinó en su trono, los ojos brillando con furia. “Y ASEGURAOS DE QUE HYSH SEA EL QUE MÁS SUFRE”.

Nagash se volvió e invocó una hueste de espíritus con su mano, que le llevaron con gran reverencia fuera de la cámara.

Si hubiera tenido aire que respirar, el Caballero Espectral lo habría exhalado con alivio. En vez de eso, se dejo desvanecer en la niebla y abandonó Nagashizzar sin pronunciar palabra.

3 comentarios en «[Trasfondo] El Cuento de Eones: Parte 31»

  1. RIP Nagash. Malditos elfos, siempre dando por saco.
    De todos los Broken Realms, me ha parecido el más flojo 8que para nada malo, al contrario, es de lo mejorcito que le he visto hacer a GW en todo el tiempo que los conozco).

  2. Pingback: [Actualidad] Un tal Kragnos y algo más. - ¡Cargad!

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