¿Qué tal compañeros de Cargad? Seguimos escarbando entre un montón de papeles, pergaminos polvorientos y viejos recuerdos, buscando tesoros olvidados que añadir al baúl.
Pero antes de analizar el hallazgo de hoy, recordad que si encontráis algún pergamino polvoriento en vuestros respectivos baúles, y queréis compartir su sabiduría con la comunidad de Cargad, no dudéis en mandarnos las fotos y vuestras impresiones arcanas a retoindomitus@gmail.com.
Por cierto si queréis repasar los tesoros ya encontrados, no dudéis en pasar por el Baúl de la Nostalgia.
Enero de 2007, tenía 12 años, dentro de poco el tendero de mi tienda local me invitaría a una partida introductoria después de estar arto de verme a mí, y a un par de críos incluso más jóvenes que yo, hiendo a gastar los cambios del pan de un mes, los 2 euritos de la abuela y algún que otro regalito de nuestros padres, en su negocio.
Pero de momento ni siquiera sabía jugar a warhammer, mi visión del hobby era la visión más pura, la de un crío. Jugábamos con un sistema medio inventado, mesclando las reglas de 3 o 4 fascículos del Señor de los Anillos y realizando una interpretación bastante libre de los perfiles de los libros de ejército. Daba igual el equilibrio, o los puntos, lo único importante era comprar una caja, montar las minis cada una con el arma que más nos molara, pintarlas a nuestra manera y a lanzar dados.
Como os dije, por esa época ni siquiera leíamos los artículos de la White Dwarf, jugando a un sistema medio inventado no entendíamos los informes de batalla, con una decena de pinturas los geniales talleres de pintura nos quedaban bastante lejos (usar 3 colores distintos para pintar la piel, pero que locura es esa). El trasfondo, bueno empezábamos a escarbar en él.
Entonces, ¿si no entendíamos los informes de batalla, si pintábamos a nuestra manera y el trasfondo, pues más o menos, que nos quedaba? Pues las fotos, esas increíbles fotos de los dos ejércitos que iban a enfrentarse en el informe de batalla de turno, las composiciones bellamente realizadas con las minis nuevas en un primer plano, seguidas de las viejunas para hacer bulto, marchando a la batalla.
La revista trataba las novedades del Imperio, a ver si sabéis quien ganó esta batalla.
Como olvidar esos exquisitos despieces en los que te mostraban cada maldita pieza de la matriz pintada y separada. Eso si que molaba.
En ese contexto, en que con tan poco mis compañeros y yo éramos tan felices, como no iba a estallarnos la cabeza cuando en la Withe Dwarf 141 hicieron un artículo sobre el Games Day 2006, mostrando unas miniaturas que aún hoy, tantos años después, me siguen pareciendo acojonantes.
El artículo empezaba bien. Que si hemos hecho eso, que si hemos hecho eso otro… ostias un tío disfrazado de un puñetero Balrog, pero qué diablos. Visto ahora el disfraz está,… bueno, pues bien, pero desde los ojos de un crio que se había visto el Señor de los Anillos como una veintena de veces, pues eso, que es un puñetero Balrog señores.
Ver las fotos de la gente, del mundillo, darse cuenta de que había algo mas allá de nuestro grupo de 5 niños jugando a un sistema medio inventado, era algo impresionante.
Y luego, después de ver esas fotos, esos disfraces, ese montón de gente hiendo de un lado para otro, girabas la página y te encontrabas esto.
¿Cómo no podía un niño maravillado con el hobby ojear estas páginas cada noche antes de ir a dormir? tantos años después, he aprendido mucho, mis minis ya no parecen estar pintadas con una brocha de ferretería, ya se hacer sombras y luces, pero al ver estas minis me siento nuevamente como un niño pequeño que aún tiene que aprender mucho.
En estas 4 páginas está concentrado lo mejor de lo mejor de esa época, y vaya si es bueno.
Da igual cuanto haya avanzado la industria, que las minis de GW sean de cada vez más calidad, estas páginas siempre serán atemporales, lo que hicieron estos tipos con unas cuantas piezas, una tonelada de masilla y otros materiales, y su habilidad con los pinceles, siempre será genial.
¡Qué diferentes se ven las cosas según la edad de cada uno! Y, sobretodo, ¡qué viejo me siento! Porque si tú en 2007 eras un niño que empezaba en el mundo miniaturil, yo por aquel entonces empezaba a cansarme del mismo tras más de tres lustros dedicado a los productos GW (empecé en 1991).
Recuerdo esta época como una época triste en la que mi relación con el hobby pasó por su momento más bajo. Warhammer Fantasy comenzaba a cansarme en su estancamiento («oh, vaya, parece que toca renovación de los Orcos… otra vez. ¿Cuántos libros llevamos ya que son esencialmente el mismo? ¿Cuatro, cinco?»), la estafa de la campaña de la Tormenta del Caos todavía se notaba reciente (fue en 2004), el trasfondo no avanzaba ni a tiros, el infame Gav Thorpe estaba en la cúspide de su poder y convertía en materia fecal todo lo que tocaba, y lo que más me fastidió, GW empezó una evolución estética que culminó con Age of Sigmar ocho años después. Las nuevas tropas imperiales, por ejemplo, que salieron en esta White Dwarf, son ejemplo paradigmático de ello: de golpe y porrazo los nobles soldados del Imperio pasaron a ser un hatajo de seres deformes con desproporciones estrambóticas, bocas melladas, expresiones dementes, con torsos abombados y piernas musculadísimas, por no hablar de las horrendas posturas imposibles de cambiar porque había que encajar a martillazos todas las opciones de armas posibles. Ah, y lo que acabó de rematarlos: algunos soldados podían pagarse una coraza… ¡pero no zapatos!, yendo al campo de batalla descalzos.
Dejando de lado el tema estético, que es cuestión de gustos, esta época también marca (para mí) el principio del fin del Fantasy. Atrás quedaban ya los años dorados de Sexta, y pronto llegarían al campo de batalla los Demonios y los Elfos Oscuros, dos libros que, ellos solos, destrozaron por completo el juego y la escena de torneos. Las continuas subidas de precio, nula comunicación con los fans, terribles errores como el lanzamiento prematuro del Failcast, intentos desesperados de subir las ventas con tormentas de magia y reglas de hordas… En fin, que apenas tres años después de esta White Dwarf salió la Octava edición y el Warhammer murió para mí. Y aún estoy esperando a que resucite. Por suerte GW aprendió de sus errores y la situación actual es muchísimo mejor. A ver qué tal el Viejo Mundo. Peor que como estaba el hobby en 2007 no va a ser.
P.Cantor Al final la época en la que uno entra marca mucho. Siempre que veo hablar mal de octava me pregunto ¿Por qué, yo me lo pasaba bomba? Pero claro, yo jugué mas o menos 2 años a séptima, y luego a octava hasta casi la muerte de fantasy, se puede decir que soy octavero por la fuerza.
Al final el inicio en el hobby siempre será especial, sea por lo que sea.
Aunque bueno, yo hablo en referencia al artículo más que a la época, muchas de las cosas que dices las padecí y estoy conforme a lo que comentas. El Games Day, lo cancelaron, desde este puñetero artículo que había soñado con ir a alguno, y los mandamases decidieron recortar todo lo que pudieron, incluido eventos como este que hacían crecer la comunidad en el hobby.
La subida de precios, el failcast, la muerte de los juegos de especialistas, etc ciertamente no fue una buena época en la que entrar al mundillo, pero esa fue la época en la que entre.
Respecto a lo de los soldados imperiales, ciertamente, lo de que vayan descalzos es… ya no solo ridículo, es que es anti estético. Tienes a la unidad pintada con el mismo esquema, y un tío ahí sin botas queda raro, pero que muy raro. En algunas cosas las minis mejoraron respecto a las antiguas, pero pasaron de ser soldados más o menos disciplinados a una especie de turba, y sin cambiar mucho su estética cambiaron bastante su esencia.
Pienso igual con el tema de los pies descalzos, no se en que estaban pensando, ¿como se paso del alabardero monopose con su armadura completa, su uniforme, bien bonito, bien hermoso, a soldados casi, y sin casi, en pijama?. Pûedo entender que por ejemplo los hombres de armas de bretonia si que sean un poco asi por que son campesinos, pero el imperio se suponia un ejercito profesional, con provincias muy ricas y bien equipadas, pero poco a poco el imperio iba siendo mas pobre en sus tropas… no se.
Me he sentido muy identificado con lo de los 5 niños de 12 años jugando con un sistema medio inventado y sacado de los fascículos de El Señor de los Anillos, y alucinando con las fotos de los ejércitos pintados. Soy 3-4 años mayor que tú y empecé también 3-4 años antes en esto, todavía en Sexta; en lugar de la White Dwarf me pasaba tardes enteras en la vieja web de GW, leyendo la sección de trasfondo y repasando todo el catálogo. Cada renovación era un acontecimiento porque había nuevas miniaturas que ver y nuevos personajes de los que leer. La Tormenta del Caos me parecía el evento del siglo, la viví con la emoción de un mundial, y su final fue mi primera decepción con el hobby xD.
En fin, qué tiempos. Cómo mola esta sección de nostalgia.
Ahora veo que me he pasado de negativo y que no he hablado de lo más importante: ese Games Day 2006… ¡Yo estuve allí! De hecho entre 1999 y ese 2006 fui a todos: ocho años gloriosos. Recuerdo particularmente ese diorama con el guardián de secretos, sacado (creo) de una ilustración del libro de altos elfos, y me pregunté por qué puñetas GW no era capaz de crear miniaturas tan buenas, si un aficionado sí podía hacerlas (en aquella época los que llevábamos Slaanesh teníamos que sufrir a «Cara-Calamar» como Guardián de Secretos, y era muy humillante frente a la magnificencia de los otros grandes demonios).
Y lo de empezar con reglas medio inventadas, supongo que muchos lo hemos hecho. Cuando salió la Cuarta edición, durante mucho tiempo yo solo tenía un amigo con el que jugar, y recuerdo un sinnúmero de escenarios en los que primaba la imaginación y los 300 goblins que venian en la caja se convertian en guerreros del caos, en demonios, en skaven… Vamos, en lo que hiciera falta. Incluso jugamos a 40,000 con ellos, un bando con los exterminadores del Space Hulk y el otro con genestealers, termagantes (goblins con arco) y hormagantes (goblins con lanza). Ah, y el cartón de Grom el Panzudo era un Tirano de Enjambre.
Por cierto, muy buena idea esta sección, muy buena.
A mí me regalaron una caja de inicio de 4ª allá por el 93 o 94. El trasfondo y las ilustraciones me introdujeron en un mundo mágico en donde lo de menos eran las batallas. Con los años fuimos jugando más, construyendo escenografía y continuamos con las fascinación por el mundo y las aventuras que lo envolvían. A principios del nuevo siglo lo fui dejando, con un warhammer que se anunciaba en TV, unas tiendas del hobby llenas pero con la pérdida poco a poco de ese espíritu rolero y fantástico, por otro dirigido a un público mucho menos específico y más realista.
El influyo fue tal que casi 20 años después estoy pintando un Gorkamorka, un Space Hulk y un Dreadfleet
Si tienes un Gorkamorka y un Space Hulk 1992 entonces eres una de las personas del mundo que más envidio.
El Space Hulk es 2ª edición, el Gorkamorka es «fabricado» con minis actuales y material de internet 😉
Quería decir 1996, no 92.
Space Hulk tuvo 3 ediciones (o 4 y media según se mire): 1989, 1996, 2009 y 2014 (las dos últimas son la misma pero en 2014 incluyeron algunos escenarios más).
El Space Hulk 1996 fue el primer juego en caja GW que me compré con mi propio dinero. El momento de abrir la tapa del juego y aspirar ese olor a juego nuevo me acompañará hasta la tumba.
Lo que demuestra esta entrada es que hablar de edad dorada, mejores ediciones, épocas de mierda y demás es una gilipollez. Al final la mejor edición y el mejor momento es cuando era joven y empezabas y luego te pasas la vida intentando ser adolescente.
Luego ya podemos entrar en la anemoia, como funciona y como las empresas nos manipulan para intentar vendernos el pasado, lo hayamos vivido o no. Pero eso mejor lo dejamos para otro día.
Claro que nos pasamos la vida rememorando el pasado y creeyéndolo mucho mejor de lo que fue. Debe ser un mecanismo básico del ser humano cuando las religiones de salvación basan su mensaje en que al final del todo volvemos al paraiso perdido, a un lugar sin frío, calor, hambre, sed, sufrimiento ni enfermedad. Algo muy parecido al vientre de una madre.
Qué profundo LuisB 😅, y qué imagen tan bella y poderosa.
Hace años, en el excelente cómic sobre el mundo del roleo The Knights of the Dinner Table, vi la mejor definición sobre el fenómeno de la nostalgia que pueda existir. A Bob, uno de los protagonistas, conocido por ser colérico y apasionado, le preguntan cual ha sido la mejor época del juego al que están jugando (una parodia de D&D). Sin dudar un instante, Bob responde:
«¿La mejor época? ¡Pues cuando yo tenía doce años, EVIDENTEMENTE!»
Hostia LuisB deberías mirar como funcionan los recuerdos en el cerebro, porque no, no tiene que ver con lo que dices xD. Este vídeo va sobre consolas, pero hay un mini-resumen de como funcionan, por que sentimos nostalgia y como nos intentan sacar el dinero https://www.youtube.com/watch?v=za_zuRxl-5g
@Cneus la vieja web, yo aun pude disfrutar de algún año de esa fantástica web donde había trasfondo, una galería de minis en la que no ponía “agregar al carrito” (la tienda online estaba separada) y hasta tutoriales de pintura y escenografía. Era casi un ritual al principio 3 o 4 veces por semana ojear algún ejército o leer los tutoriales de escenografía.
@Luis No creo que sea necesario hacer un análisis tan profundo, cuando tenía 12 años salía de la escuela y tenía todas las tardes libres y los findes ni te digo, mi máxima preocupación era hacer los deberes y poco más, ahora a no ser que seas hijo de no se quien y te dediques a ir por ahí a vivir la vida con los bolsillos llenos, los mas seguro es que las preocupaciones de uno, y su naturaleza, se hayan incrementado sustancialmente respecto a su infantes.
Pero bueno, recordar el pasado no quiere decir que el presente y futuro no sean buenos. En mi caso ahora disfruto bastante más de pintar (es lo único que hago ahora mismo en relación al hobby, aparte de dar la turra por cargad) y ahora lo he dejado un poco parado, pero en mi vida había disfrutad tanto de las novelas de 40.000 como he hecho estos últimos años.
Los años cambian, no necesariamente a mejor o a peor, simplemente son diferentes, lo suyo es valorar lo bueno de cada época.
Egrimm van Horstmann, precisamente el vídeo que has puesto va en la línea de lo que he dicho. Que los recuerdos son parciales, inventados y cambian cada vez que pensamos en ellos. Lo del paraíso del Eden lo ponía de ejemplo de lo que a mí me parece el máximo exponente nostálgico, de vuelta a unos tiempos mejores, no ya a la niñez, a la inocencia, sino a un estado de bienestar permanente muy parecido al estado en el que estamos en el vientre de nuestra madre. Quizá una rémora de cuando las tribus que posteriormente fueron judeo-cristianas creían en un tiempo cíclico. No lo sé.
Por otro lado, como comenta el vídeo, está el intento del capitalismo (en una fase que algunos llaman capitalismos cognitivo https://es.wikipedia.org/wiki/Capitalismo_cognitivo) de sacar beneficio de todas y cada una de nuestras actividades y pensamientos. Desde nuestra posición geográfica las 24 horas del día hasta la forma en la que miramos la pantalla al navegar por internet, pasando por la explotación de la nostalgia.
Lo que dices tiene más que ver con Mircea Eliade que con lo que aparece en el vídeo o cualquier estudio de psicología moderna…
Egrimm van Horstmann ¿te refieres a lo del Edén? Eso es una impresión mía, no tengo ni idea de antropología, pero vamos, que es algo al margen del tema de los recuerdos y la explotación por el capitalismo de ellos.
Endeluego, los caminos del frikismo son inexcrutables. Quién iba a decirme que en un post sobre nostalgia warhammeril iba a encontrar una referencia a Mircea Eliade, con lo que tuve que sufrirle en la carrera…
¡Qué recuerdos! Mi primer Golden Demon… y definitivamente un evento que marcó mi vida y que inició todo lo que estaba por venir.
¡Tengo que hacerme con esa WD 141!
Gracias por rescatar este pedacito de historia.