Los juegos que destruiste

Hacía mucho, muchísimo tiempo que no pasaba por aquí. Y en lugar de ponerme a escribir sobre los nuevos equipos de Bloodbowl o sobre mis minis pintadas, vengo a proponeros una reflexión.


Según me hago viejo, me he dado cuenta que soy más maniático. O más rico. O ambas.

Me explico.

Me he dado cuenta de que ahora, Cuando compro un juego o kit de minis, me preocupa que los tokens sean de cartón, o que las cartas se enfunden correctamente. Pienso en si se van a manchar, en si la cartas se van a mojar de cerveza jugando… Cuando la verdad, hace mucho tiempo que no juego habitualmente a nada. No uso ningún juego tanto como para tener que preocuparme de ese tipo de cosas.

Más a aún, creo que es un efecto de “compensación” por lo poco que juego. Me hago mayor, y tengo menos tiempo pero más pasta para pijadas. Si fuera realista, me conformaría con el equipo básico y daría la bienvenida a ese feliz momento en el que mis cartas (no tanto) o tokens (esos si) están tan gastados que debo buscar alternativas. Pero en cambio, me hago con toda una serie de extras para asegurar que ese juego que voy a jugar solamente de manera ocasional, no se desgaste… No es demasiado lógico.

Mi pregunta para vosotros, amigos de Cargad! Es: a qué juego le disteis tanto que vuestros tokens quedaron destruidos, vuestras cartas descantadas y las reglas o el tablero seriamente dañado por el uso?

El momento de la verdad… hora de ir al metacrilato

En mi caso, diré lleno de oprobio que solamente en Bloodbowl he vivido esa situación. Mi primer campo (y aún mi preferido) esta tocado a un nivel muy serio. También es normal. Ya que el Bloodbowl ha sido mi juego preferido durante 25 años. He jugado ligas, torneos y partidos de exhibición en una cantidad que supera con mucho al resto de juegos a los que he jugado JUNTOS.

Quitando Bloodbowl, no he jugado de manera tan intensiva a nada como para que los componentes del juego se resientan.

Y ya está. Este es simplemente mi objetivo. Como gran lector de comentarios de Cargad! Que soy, querría saber si estáis de acuerdo conmigo. Al hacernos viejos, nos volvemos pijos del frikismo porque tenemos pasta y jugamos menos? O desde siempre habéis invertido en fundas de cartas, tokens de metacrilato y efectos para vuestras peanas? Cuál es vuestro juego, en el que habéis partido los dados, desbastado las cartas y destruido los tokens de tanto jugarlo? Apuesto a que ése es el juego que ocupa un lugar especial en vuestro corazón.

Acerca de Pakulkan

Jugador impenitente de Bloodbowl. Adicto a las listas extremas y trasfondísticas. Novato de Infinity y Frostgrave. Veterano de Warhammer y 40000. Pintor con nocturnidad y alevosía. Acérrimo fan del sargento de artillería Thomas Highway.

15 comentarios en «Los juegos que destruiste»

  1. Más de un juego de cartas tengo que se «estropeó» (están usables, realmente) por alguna mano torpe y una cerveza colocada estratégicamente.
    En las cartas sí que puede ser algo problemático, puesto que muchos juegos son sencillotes, para jugar con amigos en un picnic o después de una cena, y el manoseo va afectando a las cartas. Pese a ello, no tengo fundas.
    Por lo demás, nada me viene a la cabeza (descontando minis de warhammer y derivados que se rompan o que se descascarillen y me lleven a plantear barnizarlas y pinearlas).

    Pero vamos, equipo protector extra, no en mi casa.

  2. A ver, somos viejunos y tenemos más dinero y menos tiempo, eso es inevitable, hasta que no nos jubilemos no volveremos a lo de antes XD.
    Yo la verdad es que desde la pandemia he jugado más y comprado menos minis, así que he vuelto (un poco) a lo «destruir» juegos, en mi caso he gastado una barbaridad, tengo todos los manuales de rol y wargames de Osprey que parece que los he dejado 5 minutos en una guardería.
    También habría que ver la calidad de algunos materiales, por ejemplo después de más de 100 partidas mi manual de Frostgrave está en mejor estado que el de The Old World después de solo 3 partidas, o mi manual compartido de 8ª de Fantasy (súper trallado) está mucho mejor que el de Kill Team (con el que apenas he jugado 20 partidas)

  3. Yo diría que Bang! ha sido el que ha recibido más machaque en mi caso, algunas cartas tuvieron que ser enfundadas a posteriori para poder seguir jugándolas, de los mostosas y tocadas que estaban. Dark Heresy, juego de rol de Warhammer 40k, perdió el lomo a pedazos. Y Vampiro: Edad oscura tuve que volver a encuadernarlo.

    Entre los wargames, probablemente, mi libro de ejército de Warhammer Fantasy 6ª era el más tocado. Y también el de Warhammer 40.000 7ª, que todo sea dicho, aguantaron muy bien.

  4. Buenas. En mi caso el reglamento y manual de batalla de warhammer 5º edición y los libros de ejército de los altos elfos de 5º edición y de 6º edición, han tenido «mucho trasiego» y consecuente deterioro.

    A mi me pasa a la inversa. Igual que los juguetes de toy story quieren «ser jugados/utilizados», utilizo muchos juegos de mesa con mi alumnado y claro hay más oportunidades de pérdidas/deterioro, pero «lo vivo» con cierta alegría, ya que se están usando, están haciendo feliz a más gente y quién sabe si plantando la semilla de futuros jugadores y jugadoras.

  5. Pues en mi caso he sido de los de desde (casi) siempre empeñados en proteger los juegos. Es más, no estreno un juegos de mesa/cartas hasta que no tengo las fundas apropiadas y bolsitas o cajas para poder guardar los tokens bien (esto también ayuda para puesta en mesa). Además, en casa ponemos las bebidas en otra mesa aparte de la de juego y cuando juego en casa ajena (ya sea con juegos míos o de mis amigos) pido dejarlas al menos alejadas del tablero de juego para evitar derramamiento de san… digo, de líquidos varios.

    Aún con todo, tengo 3 juegos petados:
    Un Jungle Speed (sin fundas, no había en su momento de ese formato) que ha sobrevivido a más de 15 años de voluntariados tanto nacionales como en el extranjero, festivales de música, acampadas y similares con sólo una carta perdida pero muchas de ellas tocadas.
    Un Hombres Lobo de Castronegro, también sin fundas por la misma razón, con cartas tan desgastadas que tenemos que jugar con ellas tapadas porque algunas se pueden considerar marcadas.
    Y una primera edición (bueno, la primera que llegó a España) de La Llamada de Cthulhu, superdesgastada del uso que le di al libro tanto como juego de rol como guía/ayuda de lectura, me lo llevaba a todas partes.

  6. Es cierto que la mayoria de juegos que enfundamos y demas no veran mesa mas de 4 o 5 veces a lo sumo en la gran mayoria de los casos, puede que no pase de la 1º partida donde ni sabias jugar bien y no parabas de mirar el reglamento, sobre todo si eres de los que tienen muchos juegos de mesa o lo que sea, pero supongo que es parte de la experiencia, el comprarlo, el enfundarlo y proteger todo, aunque luego realmente todo ese esfuerzo no vaya a valer para nada.

  7. Me ha encantado la entrada porque me he visto muy reflejado, sobre todo al principio. Son esas ironías de la vida las que hacen que, cuando se tiene todo el tiempo del mundo, no se tienen recursos para invertirlos en el hobby y, cuando el tiempo escasea, creo que por compensación, nos damos los caprichos más superfluos que hubieran horrorizado a nuestro yo del pasado. Me ocurre exactamente lo que comentas. No pasa el juego de mesa nuevo que, al abrirlo, lo enfunde y ahí se quede durmiendo el sueño de los juegos que apenas verán mesa. Ahora tengo alguno que incluso no está ni abierto por falta de tiempo.

    Me imagino que la manera de revertirlo es ponerse manos a la obra. Mi juego que más mesa ha visto ha sido el Saboteur, que se ha recorrido varios bares ya. Tampoco lo enfundé en su día porque con fundas cabe mal en la caja y está ya para el arrastre. La clave es a veces atreverse algo más a pasear los juegos o probar las alternativas de juegos individuales. A veces la rutina nos vence pero siempre hay opciones para instalar nuevas rutinas que nos saquen algún minuto más de felicidad a la semana.

  8. @Strategos este año nos hemos propuesto mis amigos y yo jugar al menos una partida de algo al mes. Veremos si lo cumplimos.

    Pero justamente, la entrada venía motivada por esos extras (llámese fundas, tokens deluxe, soportes para llevar la puntuación… pero también matojos para peanas, barriles, y decoración varia, cajas de transporte personalizadas…) que compramos cuando ya no jugamos tanto, supongo que para quitarnos el ansia de jugar. Yo me he dado cuenta de que todos esos extras me dan una falsa sensación de actividad, y que por eso principalmente los compro, más que por proteger un juego que no voy a usar lo suficiente como para justificar tanta protección, extras o ayudas al juego.

  9. Supongo que la clave es que nuestro hobby no es únicamente jugar. Al menos en lo referente a las miniaturas, parte del hobby también es coleccionar (como quien colecciona monedas, sellos o estampitas de la primera comunión 😀 ), y pintar. Yo me lo paso bien pintando, si luego juego con eso pues mejor, pero soy consciente que no voy a jugar con todo lo que he pintado. Pero las horas que me he pasado pintando también son «de hobby» 🙂

    En cuanto a enfundar cartas y crear tokens… nunca se sabe. Tengo por ejemplo todo el Imperial Assault enfundado, y aún no lo he probado (hablo de todas las expansiones y bastantes minis extra), pero tengo la esperanza de que llegue un día que pueda jugar con mis hijos a ello.

  10. Desbloqueando recuerdos, veo que no soy al único que le pasa.

    El Bang es el juego que más he visto sufrir. Cartas duchadas en cerveza, anegadas en mesas de bar llenas de fluidos… una vez tuve que tenderlas con pinzas para poder recuperarlas… y eso que llevaban fundas. Cuando abro la caja donde tengo guardadas las cartas, aún rezuma hedor alcohol, y hace con más de 10 años que no las uso.
    El primer reglamento de Infinity perdió el lomo de tanto abrirlo para leerlo, usarlo en partidas y demás. Es probablemente uno de los reglamentos que más he usado y más he rentabilizado.
    Finalmente, no sé si a alguien más le pasaba, pero a mediados de los 90, cuando empecé con el warhammer, el almacenaje de minis era muy deficiente, así que las minis sufrían mucho y se iban «parcheando». Las lanzas se cambiaban por espadas, los desconchados te obligaban a repintarlas, les ibas colgando trofeos para tapar golpes, piedras para disimular tobillos rotos y una larga lista de arreglos a medida que las minis sufrían accidentes en batallas o en sus almacenamientos.

  11. Pues yo el juego más tocado que tengo es un Monopoly al que jugaba de pequeño con mis primos en el pueblo. El tablero está todo por abajo con cinta aislante porque con el uso se fue partiendo paulatinamente. La caja también está parcheada y algunos de los billetes y casas/hoteles se perdieron en algún momento por el camino. Respecto a Warhammer, yo empecé en 6º y en ese momento le dí bastante al juego, con lo que mi codex de Skavens de esa edición está bastante desgastado, incluso con algunas páginas sueltas.

  12. Voy a sumarme al club de los Bang! destrozados. Ese y el Risk sufrieron noches con los colegas con precalentamiento antes de salir. Y el reglamento de sexta tiene las tapas muy seriamente perjudicadas.

    Como ya se ha comentado, habrá que esperar a la jubilación (si es que llega) para desempolvar las ludotecas particulares otra vez.

  13. A mí me llegó la adicción tarde de manera masiva, pero puedo decir con orgullo que algunos tokens de cartón del xwing 1.0 estaban tan gastados que los sacaba aposta para poder decir. Ehhh yo he perdido en torneos de xwing desde oleada 2. Ahí sigo en lo que parecen los últimos coletazos de este gran juego por desidia de su ultimo dueño. Que gran siervo si tuvieras un buen señor.

  14. Totalmente, @Pakulkan. En eso mismo estaba yo pensando. A mí me ocurre que, al dedicarle poco tiempo a pintar y jugar (quizá por la sensación culpable de querer jugar y pintar más pero no ponerme nunca a ello), generalmente me compro muchos de esos cachibaches que molan en las partidas pero son totalmente accesorios. Con Warhammer en su día me compré las plantillas de coleccionista, cartas de magia y similares. Que no lo critico (vaya, que las he comprado y me molan) pero mi yo de 15 años no hubiera invertido ni una peseta en eso. Con el histórico me he comprado también cartas del juego Onus para hacer despliegues ocultos y no pocos juegos de mesa (Napoleón 1815, Successors, etc.) con la idea de usarlos algún día de motor de campaña.

    Por otra parte, estoy de acuerdo con vuestra filosofía como antídoto a estos caprichos que te dan solo un ligero espejismo del hobby: jugar algo, aunque sea poco, pero algo fijo. Tampoco debe ser la partida más grande del mundo, sino algo que llene esos momentos de risas y diversión. Porque en el fondo estas fruslerías (que insisto que no las critico, que molan y seguiré comprando) no hacen más que llenar un vacío que sabemos que está ahí.

  15. En mi caso, minis… La mitad de las miniaturas que sigo usando cuando juego con Imperio a fantasy fueron pintadas hace más de 20 años (y algunas más de 25) y ahí siguen, con sus desconchones, sus calvas en el cesped, armas rotas, escudos perdidos… A destacar el destacamento de milicia que si no ha jugado más de 300 partidas, no ha sido ninguna.

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