Como se comentó en el anterior artículo sobre el tablero del juego, las peanas para las miniaturas era un tema peliagudo a tener en cuenta.
Después de darle algunas caladas a la pipa de Gandalf, y consultar a varios sabios Hobbits, llegué a una serie de decisiones (el tiempo apremia y hay que tomar decisiones, sí o sí).
Las miniaturas las pondré en peanas redondas. Pero no sólo eso…
Las pondré en peanas con reborde, para dotarla de cierta categoría y “nobleza” a la propia miniatura, pues en principio cada miniatura debería ser una pieza individual, como una pequeña joya de arte por si sola (o al menos esa es la intención).
Como que Games Workshop no fabrica (aún) peanas con reborde, he tenido que recurrir a otras compañías.
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