Saludos, Señores de la Guerra.
Hace diez años, en el año 2.000, Games Workshop sorprendió a mucha gente con un nuevo juego. No contentos con haber sacado Mordheim un año antes, el universo de Warhammer estaba en plena ebullición, Tuomas Pirinen (autor de Mordheim) estaba trabajando en la Sexta Edición de Warhammer, y Rick Priestley tenía tiempo para dar rienda suelta a su mente creadora. Estábamos, probablemente, en la mejor época del hobby.
Games Workshop ya había sacado un juego con miniaturas más pequeñas de lo habitual (Epic 40.000), pero nunca en el universo fantástico. Se tiró a la piscina y sacó en Verano a bombo y platillo un juego nuevo, completo, a una escala nueva (no era como Mordheim, que podías jugar con las miniaturas de Warhammer). Puede parecer irónico, pero en la temporada con menos libros de ejército de Warhammer (entre Quinta y Sexta, aproximadamente 1.997 – 2.000) es cuando más impulso se dio al hobby.