[Trasfondo] Las Legiones y sus Primarcas 3×19

La IV legión

Fundada hacia finales de las guerras de unificación, la IV Legión demostró ser muy eficaz en combate, ayudando en la unificación del sistema Sol y consiguiendo especial reconocimiento en la campaña por Venus.

A medida que la Gran Cruzada se expandió, las tácticas de esta legión no cambiaron. Se enfrentaban a todos sus enemigos de la misma forma: a cañonazo limpio. Allá donde fueran, lo resolvían todo de la misma forma; asediando, contrayendo grandes formaciones de trincheras y cañones, muchos cañones. Esto hizo ganar mala fama entre otras legiones que preferían tácticas mas rápidas y flexibles en vez de luchar siempre de la misma forma. Su baja capacidad para adaptarse a los cambios en el campo de batalla llegó al punto critico en el mundo forja de Incaladion. Tras meses de batallas la legión había sufrido casi 30000 bajas.

Perturabo

Olympia fue el mundo a donde llegó Perturabo. Un planeta escarpado y rocoso donde los habitantes vivían ciudades estado construidas en montañas. Los combates no eran raros, pero tampoco tanto como para hacer peligrar a la población y solían ser cañonazos de ciudad a ciudad. Aquí el joven Primarca fue adoptado por el líder de una de estas ciudades y, con el tiempo, él mismo substituyó a su padre adoptivo. Si bien era un brillante general, nunca demostró tener ansias de conquista, aunque sí un terrible mal genio y una desconfianza inconmensurable. Cuando llegó el Emperador no se produjo un gran re-encuentro padre hijo. El Emperador le dio el mando de la legión y lo puso a trabajar.

Los Guerreros de Hierro

Lo primero que hizo el Primarca tras recibir el mando fue ordenar todos los informes, registros de batalla y datos de su legión y quedó muy decepcionado. Hizo algo que a ojos de todo el Imperio era impensable al ordenar diezmar la legión.

1 de cada 10 astartes murió a manos de sus hermanos en brutales palizas y tras eso, empezó el reclutamiento en Olympia

Cuando tomó el mando de su flota empezó su conquista mundo tras mundo, sin prisa, pero sin pausa. Prefería la guerra lenta y minuciosa, los asedios y las carnicerías y se decía que a menudo prefería que los mundos no se rindieran para así desahogar su ira en ellos.

Su lento avance y su facilidad al aceptar órdenes acabó resultando en que le dieran los destinos menos gloriosos. Si había un mundo que guarnecer, una campaña de varios años que librar o algo aburrido que hacer, allí estaban los Guerreros de Hierro. Nadie sabía por qué nunca protestó, pero eso pasaba factura a la moral.

Sus tácticas brutales le acabaron ganando el sobrenombre de Trilladora de Carne, y no tanto por las bajas que infligía al enemigo, sino por las que sufría. Las muertes en sus destacamentos del ejército imperial eran tales que a menudo los regimientos se amotinaban y Horus acabó por asignarle solo regimientos penales o de esclavos.

Su humor con los años fue empeorando y los enfrentamientos directos con el primarca Dorn eran frecuentes, estos eran considerados los mejores defensores, algo con lo que Perturabo no podía estar más en desacuerdo.

Su estado de ánimo empeoro rápidamente cuando se vio obligado a abandonar una campaña cuando le llegaron noticias terribles: ¡Su mundo natal se había sublevado contra el Imperio!

Al llegar, hizo lo que mejor se le daba hacer: asediar. Mató a las fuerzas de defensa planetaria, astartes y humanos, ni siquiera los civiles se libraron. Fue tal la masacre que hasta parte de sus propios legionarios se alzaron en armas contra él, aunque fuese a costa de sus vidas. Tras pacificar el mundo ordenó diezmar la población. Todos, hombres, mujeres y niños, tendrían que participar. Para cuando acabó, millones habían muerto.

Pasado el ataque de ira, Perturabo se dio cuenta de lo que había hecho y temió las represalias del Imperio. Entonces llegaron las noticias: Prospero ardía, los Lobos Espaciales estaban masacrando a los Mil Hijos, y en Istvaan Horus, Fulgrim, Angron y Mortarion se habían alzado en armas contra el Imperio.

Él recibió las ordenes de unirse a la fuerza punitiva para exterminara s sus hermanas, aunque por el tránsito, negoció con Horus y se pasó a su bando participando así en la masacre de Istvaan V

Durante la Herejía su función fue la misma que durante la Gran Cruzada. Si había un trabajo de mierda donde sufrir enormes cantidades de bajas, allí estaban los Guerreros de Hierro.

Engañado, fue al Ojo del Terror con Fulgrim y más tarde protegió las líneas de suministro de Horus y su retaguardia para frenar a los Ángeles Oscuros, a los Sangrientos y a los Ultramarines.

Pero al final, se le presentó su gran sueño: machacar a los Puños Imperiales de Dorn en el asedio a Terra, pero la victoria se le fue negada en esa ocasión, pues Horus murió y las legiones traidoras se batieron en retirada.

Unos pocos años después, preparó un gran mundo fortaleza y desafío a los Puños Imperiales a tomarlo, Dorn lideró el asedio, pero su ira y orgullo fueron su perdición y, de no ser por los Ultramarines, habían sido su fin. Por fin Preturabo había podido demostrar quién era el mejor, y uso la semilla genética capturada como ofrenda al caos para obtener su Demonicidad.

Al poco, Olyimpia sería asediada por los Puños Imperiales y los Ultramarines, pero les negaron la victoria. Los Guerreros de Hierro hicieron detonar todo el armamento del planeta arrasándolo.

En la actualidad los Guerreros de Hierro gobiernan el mundo demoníaco de Medrengard y unos cuatro mil años después de la Herejía, la legión se fragmentó en diferentes bandas de guerra que actuaban por libre. No es raro verlos atacando al Imperio para saquearlo y, en alguna muy rara ocasión, ayudándolo.