Salud maníacos de la táctica.
Escribo este artículo a instancias y por inspiración de Namaríe así que en buena parte puede ser considerado coautor del mismo. El warhammer es un hobbie muy amplio que en una de sus partes tiene el carácter de wargame. Este es el que a mi más me ocupa y no es que lo demás no me guste, me encanta, pero este es el que más me apasiona. Nama y yo coincidimos en que en algún momento en el libro de táctica teníamos que abordar el estudio de como se gana. Namaríe cree que se debe hacer al comienzo antes de estudiar los distintos dibujos tácticos. Yo pienso que después de su estudio de forma que el jugador aprenda a hacerlos con los menos condicionantes posibles y cuando los automatice empiece a tener en cuenta otros factores como la puntuación.
Creo que nos vamos a divertir estudiando esta materia porque voy a recurrir a los clásicos como Clausewitz o Jomini cuyas teorías, curiosamente, tienen plena aplicación en el mundo del warhammer. Si te interesa sigue leyendo.
Tratamos aquí el aspecto de wargame del warhammer. En este juego se consigue la victoria por medio de puntos y los puntos se consiguen de cuatro formas:
1.- Destruyendo unidades enemigas.
2.- Capturando sus estandartes.
3.- Matando al general enemigo.
4.- Tomando los cuadrantes de la mesa.
Pues este es el sistema de puntuación y cualquier táctica que hagamos, por muy bonita que sea y muy bien que nos salga, si no tienen en cuenta como se puntúa está abocada al fracaso. Podemos jugar como nunca que si nos meten un gol y nosotros ninguno perderemos como siempre. Por tanto estudiando como se puntúa aprenderemos a ganar. Y a eso vamos estudiando cada uno de los cuatro puntos señalados.
1.- Destruyendo unidades enemigas: Puntuamos el mismo número de puntos de victoria que cuesta la unidad que destruimos. Por tanto en principio lo mejor que deberíamos poder hacer es atacar el núcleo enemigo porque es lo que mayor valor en puntos tiene. Esa es la teoría de Clausewitz que dice que hay que atacar el corazón del ejército enemigo para destruirlo y obtener la victoria. Este Clausewitz no es ningún desconocido sino que es el padre de la táctica moderna, incluso la de nuestro días, general prusiano y maestro de Moltke el viejo que ganó tres guerras contra Dinamarca, Austria y Francia permitiendo la unificación alemana… Casi nada.
Pero claro Clausewitz también destaca otro aspecto que es que al asaltar el corazón enemigo, donde radica su mayor fortaleza, tenemos que aceptar un gran desgaste de nuestro ejército y eso da puntos de victoria al rival por las unidades que nos destruye. Todo ello unido a la fricción que se produce en el campo de batalla, que es la incertidumbre propia de la confrontación, y que él mismo reconoce y sostiene, hace que corramos un serio riesgo de perder la batalla al hacer esto intentando ganarla.
Jomini por el contrario dice que debemos concentrar las fuerzas en el punto de mayor debilidad del adversario y comenzar la destrucción de su ejército desde allí. Solo atacaremos el corazón cuando los brazos y las piernas estén amputados…. Obviamente yo estoy con Jomini pues se corre menos riesgo que asaltando el corazón.
Pues ya tenemos una idea clara: Debemos puntuar matando unidades enemigas pero teniendo mucho cuidado de no perder las nuestras y eso nos lleva a otra reflexión: Estamos obligados a perder unidades pero si nuestras unidades cuestan pocos puntos pues no cederemos muchos puntos de victoria aunque nos maten algunas de ellas. Para ceder pocos puntos nuestras unidades han de ser lo más pequeñas posible siempre que puedan cumplir su misión. Con ello costarán poco y cederán pocos puntos de victoria.
Ya tenemos dos principios: Tenemos que matar unidades enemigas y tenemos que perder los menos puntos posibles cuando nos maten las nuestras. Esto nos lleva a construir nuestro ejército con unidades pequeñas y que se combinen entre sí para obtener su fuerza…. ¿Os suena? ¿No es el principio unidad fundamental-unidad de apoyo? Y con esa fuerza y ataque combinado es como se asalta el corazón enemigo después de haber concentrado las fuerzas en la zona más débil del enemigo… ¿Os suena? ¿No es la concentración de fuerzas y el punto de ruptura?… Pues ya sabéis de donde he sacado mis ideas. No hay nada como los clásicos que tienen plena aplicación al mundo del Warhammer. ¡Que bonito es!
2.- Capturando sus estandartes: Cada estandarte que capturemos y conservemos vale 100 puntos de victoria. Cada uno que nos capturen nos cuestan 100 a nosotros. La conclusión obvia es que no debemos incluir estandartes sino en las unidades que realmente las necesiten, es decir, en nuestra o nuestras fundamentales máximo uno o dos en todo el ejército. De esta forma cederemos el menor número de puntos de victoria posibles aunque nos maten medio ejército y eso es clave.
3.- Matando el general adversario: Acabar con él nos da cien puntos de victoria además de su coste en puntos. Es una buena recompensa y una buena razón para no perder el nuestro. Por ello la mayor parte de las veces deberemos incluir a nuestro general o bien en nuestra unidad más fuerte o bien en una unidad inalcanzable para el adversario y que solo vaya a entrar en combate cuando nosotros queramos y no cuando quiera el adversario. Ambas opciones son perfectas y debemos pensar cual nos conviene en la confección de la lista.
4.- Ocupando los cuadrantes de la mesa: Cada cuadrante que ocupemos con una unidad de al menos potencia cinco sin que en él exista ninguna unidad enemiga nos da cien puntos de victoria. Esto significa muchas cosas:
-Que incluir una unidad con potencia cinco desplegada en un cuadrante hace que el rival no la pueda ignorar porque no puede permitirse perder esos cien puntos alegremente. Esto da todo el valor a unos hostigadores recostados en un bosque y a por los que hay que ir con una unidad suficientemente potente para matarlos, sopena de ceder cien puntazos, y tratando de que no nos toreen.
-Que mover cualquier unidad, tenga la potencia que tenga, a un cuadrante se lo niega al enemigo que ya no puntúa… Esto hace que salir tú no sea una idea tan buena porque el último turno para tomar o negar cuadrantes lo tendrá el rival y eso puede darle a él mucho más la partida de la ventaja que tu obtienes por salir.
-Que en la elaboración de tu lista tienes ya que pensar con que unidades tomarás y negaras los cuadrantes y cuales serás los que ocupes y los que niegues. Esta reflexión debe formar parte de tu plan de batalla.
-Que estamos hablando de cuatrocientos puntos de victoria que son una barbaridad.
Bueno pues ya sabemos como puntuamos… ¿Y ahora como ganamos? Pues para empezar no perdiendo. Si mantenemos nuestra portería a cero es posible que ganemos pero es imposible que perdamos. Por tanto lo primero es asegurar que no vamos a perder y luego, y solo si se puede y con el menor riesgo posible, tratar de ganar. Esto significa que si el rival ofrece fuerte resistencia mejor empatar que perder. Significa que si tengo la partida ganada no me voy a arriesgar a perderla por entrar en combates que no necesito por más clara que me parezca mi ventaja. Recordad el tema de la fricción del combate y su incertidumbre de la que nos habla Clausewitz.
Y esto de la fricción nos lleva a otra reflexión: Cuantos menos dados tiremos menos dejaremos al azar. Hay que intentar no chequear nunca por pánico y si chequeamos que lo podamos repetir. Hay que intentar jugar los menos combates posibles, lanzar los menos hechizos posibles para evitar disfunciones, disparar lo menos posible con máquinas que puedan tener problemas. Todo lo menos posible siempre que podamos cumplir nuestros objetivos. Por eso es mucho mejor un objetivo más limitado que uno mucho mayor. Mejor una victoria marginal sin riesgo y sin tirar dados que una masacre arriesgada no hay mejor principio que este. No seas mono tiradados simplemente no tires dados.
Y hasta aquí el estudio de la victoria. Gracias a los clásicos por haber contribuido a nuestro juego, espero que no se hayan revuelto en sus tumbas. Gracias a Namarie por inspirar este articulo. Y gracias a vosotros por leerlo…. Y ahora… ¿Dónde lo ponemos? ¿Qué opináis vosotros?
¡Ah! Y muchas gracias a Moltke el Viejo, contigo empezó todo.
Que los dados os sean propicios.
Daradriell.
Una buena reflexión que me ha inspirado mucho. Gracias por esta serie de artículos. Creo que me los voy a maquetar en bonito para tenerlos como manual de batalla al lado de mis libros de ejército.
Me están resultando unos artículos muy interesantes.
En mi opinión, éste debería ir casi al final, y otro «aprendiendo a ganar… y perder» a modo de disclaimer o tratado de caballerosidad debería ir al principio. No se trata de perder amigos tampoco.
De todos modos, la gran duda que tengo es cómo estás tácticas pueden ser aplicables a otros wargames de fantasía medieval (pienso, por ejemplo, en MESBG). Siempre he pensado que tácticas como las pantallas redirectoras son poco realistas y se aprovechan de una particularidad en las reglas de Warhammer Sexta, como son los encaramientos y direcciones de huida.
Pero Daradriell está haciendo mención varias veces a tácticos del Mundo Real, y eso me ha hecho pensar, ¿funcionarían cosas de estas en otros juegos?
Más allá de los principios generales, ¿hay temas tan específicos como las pantallas que puedan funcionar de algún modo, o incluso llegar a ser troncales como en WH6?