[Warhammer] Informe de Batalla: Altos Elfos (Mathy) vs Caos (Namarie), parte 2: Turnos 2 y 3

Saludos, Señores de la Guerra.

Continuamos con el informe de batalla de Warhammer (con Manuscritos de Nuth Reloaded) en el que Mathy narra cómo nos fue en los Desiertos del Caos.

Turno 2 Engendros

El segundo turno de los Engendros resultó bastante menos mortífero que el primero. Bueno, al menos si no contamos a mis pobres Yelmos. Pero no nos avancemos. Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes…

La última bestia de Slaanesh, que corría que se las pelaba, enfiló en dirección a las Furias, aunque no logró llegar. Uno de los Engendros de Nurgle abandonó el campo de batalla y el otro buscó protección tras la colina oeste.

La última bestia amorfa descabalgó nada menos que a cuatro Yelmos Plateados. Estos, a pesar de haber conseguido herirla de nuevo, acabaron el turno huyendo. Bueno, al menos ya no tenía el problema de la posible carga de los Caballeros del Caos… ¡Hay que mirar el lado bueno!. Los Leones de Guerra, en cambio, lograron acabar con la otra bestia de Khorne, sumando 60 puntos de victoria más a mi marcador.

Turno 2 Caos

Tuvo que llegar el segundo turno de Nama para que nos acordáramos de chequear los efectos del Pozo de Corrupción. El Pozo vomitó una enorme nube de moscas grandes como puños que atacaban a toda cosa viva del campo de batalla. Durante ese turno, todas las tiradas para impactar, excepto aquellas realizadas por tropas adoradoras de Nurgle, sufrirían un penalizador de -1.

Nama quería cargar con los Mastines (1) al Escolta Celeste, pero por suerte para mi sucumbieron al terror que les provocó el Fénix al inicio de turno y huyeron hacia el centro del campo de batalla, justo al sitio perfecto para desajustar la linea del caos. Un poco decepcionado, Nama declaró una carga muy lejana con los Reyes Pútridos contra el Fénix, superando un chequeo de miedo en el proceso. Pero la infantería monstruosa se encontraba demasiado lejos del monstruo y su movimiento acabó en una carga fallida. Por otra parte, quien no superó sus miedos fue el Carro de Bárbaros, cuyos tripulantes dudaron antes de cargar al Engendro de Nurgle y pasaron el resto del turno pensándoselo mejor.

En la fase de resto de movimientos, en el flanco este las Furias pudieron finalmente echar a volar en pos de los Arqueros, y se situaron fuera de su línea de visión. Los Malditos las siguieron, pero como tenían un ojo puesto en el Engendro de Slaanesh que andaba cerca, no avanzaron mucho. Más hacia el centro, los dos Mastines (2) supervivientes avanzaron, seguidos de lejos por el Bruto Despedazador (que no quería avanzar solo) y los Bárbaros del Caos (que hacían lo que podían para rodear el Pozo central). El resto de tropas del centro maniobraron para evitar a los Mastines (1) que huían y no pudieron hacer gran cosa, a parte del Hechicero sobre el Templete que finalmente encontró un hueco por donde apuntar su hechizo. En el flanco oeste, los Caballeros espolearon sus monturas para alejarse del acoso de mi Mago Dragón.

A pesar de sus esfuerzos, el Hechicero del Caos no logró lanzar su Bola de Fuego.

Sin nada más que hacer, acabó el segundo turno de Nama.

Nama-Nota. Un segundo turno en el que mi plan seguía. Más o menos. O sea, seguía estando ahí quieto esperando aguantar mientras intentaba cerrar la pinza. Sabía que Mathy iba a atacar por su flanco izquierdo con el carro y el Fénix, por lo que intenté ponérselo no-tan-fácil. Los Yelmos (que, estaba convencido, llevaban el Estandarte de Ellyrion) a la carga no creo que pudiesen arañar más de un 1 en resultado de combate (son elfos…) contra mis unidades potentes; si conseguía aguantar cerraría la pinza.

Turno 2 Alto Elfo

Al inicio de mi segundo turno, el Pozo de Corrupción empezó a brillar de un color extraño, y susurros con promesas de poder y gloria surgieron de él tentando a las tropas cercanas a usar ese poder para dar un vuelco a la batalla. Los Yelmos Plateados, conscientes que su retorno a Ulthuan era un sueño que tenía pocas posibilidades de llegar a hacerse realidad, decidieron acercarse y beber de ese agua maldita, aceptando su destino funesto con el gozo del nuevo poder que recorría sus venas. Esa unidad pasó a tener +1F y Furia Asesina para el resto de la partida.

Los Yelmos Plateados se internan en las corruptas aguas del Pozo que les confieren poderes extraordinarios

Tras esta escena de pesadilla, el Fénix de Fuego aprovechó su corpulencia (es objetivo grande) para ver por encima de los Reyes Pútridos al Carro de Bárbaros que había sucumbido a sus miedos el turno anterior y, confiado, se lanzó a por él. Parece ser que su ataque sorprendió a los tripulantes del Carro, que renunciaron a huir a pesar del tamaño descomunal del pájaro de fuego y desenvainaron sus armas. Lamentablemente, el joven Fénix calculó mal la distancia hasta el enemigo, y se quedó sin fuelle a un centímetro de la sorprendida tripulación del carro, que no podía creer la suerte que había tenido.

Finalmente, en el flanco este el Mago ordenó a los Arqueros que abatieran a las Furias si querían vivir mientras que la Guardia del Fénix avanzó ignorando los(las) demonios alados. En el otro flanco, los Leones de Guerra se prepararon para la carga de los Caballeros del Caos, mientras que el Mago Dragón se posaba en lo alto de la colina para destrozar a los Reyes Pútridos con su arco mágico.

La fase de magia empezó muy mal, con el Mago Dragón sufriendo una disfunción mágica que le impidió lanzar más hechizos. De nuevo, Namarie dispersó el Segundo Sello de Amul y usó su último pergamino dispersando el Rayo Múltiple que hubiera destrozado a las Furias (puesto que no hubieran podido usar su TSE por tratarse de un ataque mágico).

La fase de disparo empezó mejor, con los Arqueros empalando a una Furia, pero acabó de forma completamente desastrosa al sacar yo sendos resultados de «1» tanto con el arco gigante del Escolta Celeste como con el Arco del Navegante del personaje montado en Dragón Solar. ¿Es que nunca le iba a dar a algo con mis proyectiles?

Sin combate alguno, el turno llegó a su fin con todo por decidir.

Nama-Nota: Definitivamente, ya podía abandonar la partida. Se supone que YO llevo a los caóticos. YO. ¿Vale? No ese orejas picudas. ¿A santo de qué los Yelmos pasan a ser picadoras de carne? El resultado del Pozo desbarató por completo mi plan de batalla. Cuatro yelmos a la carga son 4 (5) ataques F5 (más los Corceles, no nos olvidemos). Esto suelen ser dos bajas, yo me devuelvo con arma a dos manos y puré de orejotaz. Con malas tiradas puedo llegar a aguantar bien. Pero, ah, claro, como los Dioses del Caos no están contentos con mi paso al Caos Absoluto, van y les conceden F+1 y Furia Asesina. ¿En serio? Pues sí, ahora serán 9 ataques (casi el doble) de F6. Eso… dolor. Mucho dolor. Ya puedo despedirme…. El resto del turno élfico fue bastante bien (para mí), pero el centro, mi querido centro, todo mi plan de batalla se iba al traste. Mathy no lo notó, pero en ese momento ya supe que la partida no iba a terminar bien para mí. Bueno, con algo de suerte… intentaría prepararme para el choque contra los Yelmos. Además con suerte los Caballeros de mi flanco derecho podían llegar a apoyar bastante.

Turno 3 Engendros

Al inicio del tercer turno, volvimos a «activar» a los Engendros del Caos restantes. Dos de ellos, el de Nurgle de detrás de la colina y el de Khorne cerca de mis Leones de Guerra, decidieron abandonar la batalla en busca de campos más verdes, mientras que el último de ellos, el de Slaanesh, surgió de nuevo de detrás de un cráter para volver a amenazar a los pobres Malditos de Nama.

Nama-Nota. Venga, decid que exagero. Dos (2) engendros habían atacado a Mathy. A mí me habían cargado, y vuelto a cargar, y ahora que intento avanzar los Malditos se me pone un p*to engendro ahí en medio para impedir marcha…

Turno 3 Caos

Ya en su turno, Namarie superó todos los chequeos de terror que provocó la presencia entre sus filas del Fénix. Luego consultó el resultado del Pozo que nos confirmó que su poder no se había agotado, resplandeciendo de nuevo y rugiendo de puro poder aunque eso no aumentó más las capacidades de los Yelmos Plateados, que eran la única unidad que se había atrevido a remojarse en su interior.

La valiente tripulación del Carro de Bárbaros, en un intento de redimirse, se lanzó a toda velocidad sobre mi Fénix de Fuego, mientras las Furias caían desde los cielos ilesas a pesar de las numerosas flechas élficas que les dedicaron mis Arqueros. Para finalizar la fase de cargas, los Caballeros del Caos intentaron cargar a mis Leones de Guerra, superaron el chequeo de miedo pero se quedaron a un centímetro de su objetivo, resultando en una carga fallida.

La unidad de Mastines (1) siguió huyendo hacia el borde de la zona de desplieque del caos, y no salió por muy poco.

En el centro del tablero, las unidades de infantería de mi rival tomaron posiciones conscientes que los jinetes elfos habían transmutado su habitualmente estoico semblante en un rictus de odio y desenfreno. La carga de mi caballería estaba cerca y no iban a dejar que se llevara a cabo impunemente. El Templete del Caos, que permite repetir las tiradas fallidas para impactar a su alrededor, podía resultar clave, por lo que se acercó todo lo posible. Cerca de allí, los Mastines (2) supervivientes se acercaron al el flanco de la Guardia del Fénix mientras que el Bruto Despedazador los seguía de lejos. La última unidad en mover fueron los Reyes Pútridos, que se encararon para amenazar a mis monstruos.

En la fase de magia el Hechicero situado sobre el Templete consiguió lanzar su Bola de Fuego sobre mi Guardia del Fénix a pesar de los esfuerzos de mis dos magos por evitarlo, pero no causó ninguna baja.

La carga de las Furias supervivientes acabó con la vida de un Arquero, sin que ninguna resultara herida a cambio. Por suerte, mi superioridad numérica y mi fila resultaron suficientes para ganar el combate, y la tirada de Nama fue tan mala que las Furias volvieron a la Disformidad dejando tras ellas un penetrante olor a azufre.

La carga del Carro de Bárbaros resultó mucho mejor y consiguió herir por dos veces al Fénix, que sin embargo pudo apañárselas para devolver ambas heridas y hacerlo huir automáticamente al ganar el combate, tener más potencia y causar miedo.

Las cargas del caos no habían hecho mella en el ejército elfo, y ahora había llegado la hora de demostrar toda su fuerza.

Nama-Nota. Resúmen de mi turno 3: un desastre. Los Caballeros, que podrían haber eliminado a los Leones (llevaban Lanza), no llegan por un centímetro. El Carro, con sus 1d6 impactos y sus dos ataques de Corcel y sus dos ataques de bárbaro hace DOS TRISTES HERIDAS al Fénix. Que es un Fénix, joder, que no hablamos de un Juggernaut enano… Un impacto por carga. Uno. Si hubiera hecho lo que tocaba, el Fénix ya no estaría ahí. En mi otro flanco las Furias atacan a tíos de R3 sin armaduras y le hacen una herida ¡y la unidad revienta! Lo bueno de mi ejército que es que son mejores en combate, y me fallan así. Dioses, oh Dioses…

Turno 3 Altos Elfos

La hora había llegado. Incluso el Pozo de Corrupción calmó sus aguas en ese preciso instante antes de que los cascos de los corceles élficos resonaran a lo largo del yermo valle lleno de ceniza y rocas. Poseídos por una furia incontrolable otorgada por los mismos poderes oscuros que habían jurado combatir, los Yelmos Plateados cabalgaron por encima de las aguas del pozo gracias al poder de un resplandeciente pendón que decoraba una de sus lanzas de caballería y se abalanzaron sobre la unidad más pequeña de Guerreros del Caos. A su lado descendió de los cielos el Mago de Caledor empuñando lo que parecía una espada hecha de puro fuego, a lomos de su joven e impetuoso Dragón Solar. Cerca de allí, en el flanco oeste, incapaces de dar esquinazo por más tiempo a los Caballeros del Caos, los Leones de Guerra decidieron anticiparse y cargaron. Viendo tal despliegue de valentía de esas nobles bestias, la tripulación del Escolta Celeste susurró unas palabras al oído del Roc tiraba de su nave y descendieron en picado sobre los jinetes del caos a los que pillaron por sorpresa.

Este turno tuve muchas dudas sobre las cargas a realizar. Por un lado, tanto los Yelmos como los Leones tenían que cargar. Pero por el otro era consciente de que el Mago Dragón y el Escolta Celeste eran muy frágiles en cuerpo a cuerpo. Finalmente lo que me hizo decidirme fue la mala suerte que estaba teniendo con ambas unidades a la hora de impactar con sus proyectiles. «A lo mejor en combate la cosa mejora» recuerdo que pensé. Los Yelmos decidieron cargar a la unidad pequeña de Guerreros del Caos por varios motivos. La carga a la unidad de Elegidos con arma a dos manos y su General estaba descartada por suicida. Y, aunque sabía que derrotaría sin problema a la unidad de Bárbaros, no me gustaba hacia dónde me hubiera llevado una persecución. Así que preferí ser «conservador» e ir poco a poco.

El Fénix volvió a la mesa tras la persecución del Carro de Bárbaros (a estas alturas ya debían ser colegas) y se situó en una buena posición para cargar el turno siguiente y afectar al máximo de unidades del caos con su presencia terrorífica. La Guardia del Fénix se resituó para no dar el flanco a los Mastines (2) y encararse al Bruto Despedazador.

En la fase de magia, Nama decidió disparsar el Segundo Sello de Amul, dejándome via libre para lanzar la Espada ïgnea y el Rayo Múltiple, que acabó con la vida (si a eso se le puede llamar vivir) de nada menos que 4 Malditos. A su vez, los Arqueros apuntaron con cuidado al Bruto Despedazador y lograron infligirle una herida.

La fase de combate fue de lo más sangrienta. Entre los Yelmos con furia asesina y el Mago Dragón (y su montura) abatieron nada menos que a 8 Guerreros del Caos. El campeón de la unidad atacó a los Yelmos y eliminó a uno, pero al darse cuenta que al poco tiempo estaba prácticamente solo, dio media vuelta y huyó. Con la precisión que les caracteriza, los elfos lo persiguieron y lo aniquilaron.

La carga combinada de los Yelmos y el Mago Dragón causa estragos en las huestes del caos

Por último, en el flanco occidental, los Leones consiguieron desmontar a un Caballero mientras que con una tirada de «6» en los impactos por carga el Escolta Celeste pisoteó a otros dos. Las cosas pintaban mal para el caos, pero entre los dos jinetes restantes se pulieron a 3 de mis Leones y casi lograron empatar el combate (yo no tenía bono por retaguardia por que el Escolta Celeste no llega a potencia de unidad 5). A pesar de perder de 1 punto, los Caballeros no se desmoralizaron y se prepararon para atacar primero al turno siguiente.

Muy satisfecho por la efectividad de mis tropas en combate, le pasé el turno a Nama.

Nama-Nota. En fin. Nada que añadir. Seis impactos. Yo, con mi carro de bárbaros, uno. Mathy con su barquito tirado por un periquito, seis. Unos elfos que hacen ocho heridas (ocho, ¿eh?) a Guerreros del Caos. Así… no se puede. Es que no se puede. En un turno Mathy había desbaratado mi centro por completo. La parte buena es que reposicionando aún podía cargarme a la unidad de Yelmos (que eran un buen puñado de puntos) y quién sabe si una carga combinada de Malditos por el flanco más Bruto por el frente a la mega-unidad de Guardia de Fénix podían reequilibrar la partida. No tenía muchas esperanzas, pero…

…pero lo veremos mañana.

Acerca de Namarie

Multifriki, aficionado al cine, a los cómics y a los wargames, en especial Warhammer (Fantasy). Co-creador de Cargad y creador de los Manuscritos de Nuth.

7 comentarios en «[Warhammer] Informe de Batalla: Altos Elfos (Mathy) vs Caos (Namarie), parte 2: Turnos 2 y 3»

  1. Hola, soy Mathy. Solamente comentar que, en el segundo turno de Nama, no hacía falta que los Reyes Pútridos chequearan miedo, puesto que la carga resultó fallida. Lo hicimos por costumbre (antes de medir) y lo he relatado. Pero es cierto que era innecesario.

  2. Qué buena partida e informe!! Lo mejor sin duda, las Nama-Notas. Ese tono de humor ameniza mucho la narración canónica de Mathy. Como un dúo cómico vamos.

    Me está sorprendiendo la batalla. Con la cantidad de unidades puestas en la mesa del caos (sacrificando personajes), algunas muy fuertes, y las poquitas de los elfos pensaba que lo tenía pan comido el caos pero veo que no. También pensaba que esa caballería no iba a conseguir romper y van los dioses del caos y ayudan. Qué curioso todo.

    Por el bando elfo me parece buena intervención del mago dragón por el flanco. Utilizar esa unidad sólo para disparar me parece un desperdicio. Un águila, pegaso o similar le hubiera dado la misma movilidad y hubiera costado menos. Si metes un dragón, úsalo.

    Qué ganas de ver el desenlance, aunque a 2 turnos por post, me da que el sexto turno no se juega, jajajaja.

  3. Vaya partidaza! Confieso mi favoritismo por los elfos, pero la mala suerte del Caos hasta el momento puede tornarse en cualquier momento, con temibles consecuencias.

  4. Buenas

    Excelente informe pardeiez. Muy interesante y bien relatado.

    Si se puede pedir algo , por mi parte serian algunas fotillos mas. Se agradece mucho ver partidas con escenografia currada y ejercitos pintados 🙂

    Saludos

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