Saludos, Señores de la Guerra.
Continuamos (re)catalogando los pielesverdes de Warhammer que estuvieron a la venta desde Tercera Edición al Fin de los Tiempos. Supongo que muchos conoceréis la marca Citadel de Games Workshop. Sí, Citadel es la marca, Games Workshop la empresa, Warhammer el juego. Y es que la empresa de Nottingham empezó como una pequeña tienda (como ya sabréis) que importaba y distribuía juegos y miniaturas; de hecho las White Dwarf durante mucho tiempo hablaban de mil juegos de rol y marcas. Bien, Citadel era la «marca propia» para distinguir las miniaturas de otras empresas (como Ral Partha o Mithril), así como de sus propias pinturas (aunque en realidad las fabricaba Coat d’Arms, aún a la venta).
En aquellos lejanos ’80 los escultores de miniaturas eran considerados artistas, de una importancia tan relevante que muchas veces se anunciaba en grande el nombre del escultor para mostrar «sus últimas miniaturas». Tan importante, que algunos escultores tenían «su propia marca» dentro de Games Workshop. Es más que conocida por todos Marauder Miniatures, la marca que (inicialmente) contaba con las piezas de Aly Morrison y su mujer Trish Morrison (ahora que está separada ha recuperado su apellido de soltera, Trish Carden). Imaginaos si hubiera existido la marca Toro dentro de GW con todas las miniaturas de Juan Díaz, Fèlix Paniagua, Edgar Ramos y Pedro Fernández… Pues eso eran los 80. Y una de las marcas fue Iron Claw, para las obras del escultor Bob Olley.
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